Hablamos con Leonardo Sbaraglia en Málaga sobre "Amame / Errante corazón"
- por © Carolina G. Guerrero (Málaga)-NOTICINE.com
Tras estrenarse en la Argentina el año pasado y presentarse en el Festival de Chicago, la cinta de Leonardo Sbaraglia "Amame / Errante corazón", un drama sobre las relaciones paterno filiales de un hombre homosexual, compite en el español Festival de Málaga. NOTICINE.com habló allí con el versátil y prolífico actor bonaerense.
- ¿Cómo recibió este personaje?
A mi llegó este guion por varios lados de manera mágica. Primero quiero decir que estoy muy agradecido de haber hecho esta película porque creo que son de esos personajes que están como bendecidos. Aunque es un guion arriesgado porque te tienes que desnudar de cuerpo y alma y al director yo no lo conocía, pero claro me empezó a escribir una amiga directora de casting, un amigo director, otro amigo director de casting. Me dijeron: te va a llegar un guion que estaría bueno que lo leas. A veces te llegan guiones y si estás trabajando no tienes tiempo de leerlos, mi representante, Ramón, que es amigo mío hace 30 años, me dice léelo y después hablamos. Me entusiasmé, me dieron muchas ganas de hacerlo, me encontré al director y me dice esto tiene mucho de lenguaje narrativo, de cámara en mano, como si algo estuviera ocurriendo ahí y efectivamente el rodaje fue muy vivo, feroz, salvaje, y estoy feliz de haberla hecho.
- ¿Cómo se ha preparado el personaje?
Cualquier relación paterna, filial es misteriosa, insondable y no hay reglas ni manuales, uno va aprendiendo cómo hacerlo a tumbos. Creo que siempre las películas y los personajes que a uno le tocan hacer te interpelan, modifican, movilizan y te hacen pensar en tu propia vida. Es una relación muy rara la que tienen este padre y esta hija, nada que ver con la que yo tengo con la mía, pero quizás tenga que aprender de esa relación. Es preciosa y al mismo tiempo dura, difícil y extraña. También nos habla de los nuevos vínculos, todo se va transformando hoy en día, no sé si en España, pero nosotros en Argentina estamos viviendo una revolución total y en ese sentido mi hija de 16 años viene viviendo desde los 13 manifestaciones, cuestiones por el aborto, toda una revolución feminista importantísima, que nos hace poner en crisis a todos nuestros valores de manera muy positiva. Todo se está desarmando y volviendo a armar. Es buenísimo eso, estamos en ese sentido menos rígidos, con más movimiento. Creo que puedo aprender mucho más ahora en ese aspecto, y del mundo que viene de mi hija y mi sobrina, más que del de mis padres.
- ¿Es difícil mantener esa tensión?
Lo que pasa es que yo en este personaje en particular me animé al vacío, a la deriva y cuando uno está a la deriva quizás estás indefenso. Entonces expresivamente tal vez se vió algo de eso, de estar a la intemperie, al arrojo de cierto infierno. El personaje en determinando momento creo que intuitivamente empieza a entender que si ese infierno o dolor no lo atraviesa, nunca va a poder superar esa ansiedad que tiene. Pero lo más difícil para mí del personaje está más allá de sus emociones. Soy una persona muy emocional, y en ese sentido no me fue una dificultad particularmente acentuada. Lo que más me costó fue quizás esa energía, porque yo no soy así. Soy más calmado, sosegado, tranquilo y este personaje es puro fuego que va a quemarse. Eso fue lo más complicado, encontrar el punto para no pasarse de exagerado. Ahí también hay una gran responsabilidad y virtud de Leonardo Brzezicki. El sabía lo que quería hacer y la manera en la quería hacerlo y lo quiero muchísimo. Nos hemos hermanado con este trabajo porque ha sido muy sagrado y lindo.
- ¿Dónde se encuentra más cómodo en el cine, en el teatro o la televisión?
La verdad que a mí me gustan los tres, sobre todo el cine y el teatro. Lo que pasa es que en lo audiovisual y televisivo es más difícil crear las condiciones buenas para poder elaborar algo. No quiere decir que no lo encuentre... A veces ese propio límite puede ser una virtud, en el sentido de que el tener poco tiempo te hace lanzarte más. He adquirido más conocimientos haciendo televisión porque tienes que aprender del arrojo. Pero, claro, los resultados que puedes conseguir no son tan hondos como los que puede obtener en unas elaboraciones que vienes haciendo desde hace tiempo en el teatro. Realice una serie de televisión que se llama "En terapia", de HBO, que se pasó aquí, hacíamos un capítulo por día de 30 minutos y fue maravilloso. El cine tiene ese detalle, esa particularidad de la elaboración de lo mínimo que con un pensamiento se ve todo el personaje. No quiere decir que no ocurra también en el teatro, en él pasan cosas impresionantes porque tienes un evento sagrado y único. Tú sabes que en una función tienes que darlo todo. No se repite y está la gente ahí, es un encuentro amoroso y único, donde estas tejiendo al personaje en vivo y no lo vas a hacer como lo hiciste en la otra función ni en la siguiente.
- ¿El gato que aparece tiene algo que ver con Félix y con Ziggy?
No, no, yo adopte después en la pandemia y adopte a uno en la primera cuarentena y al otro en la segunda, cuánto hay que aprender de ellos...
- ¿A qué nivel situaría el cine español y qué opina del festival de Málaga?
La última vez que estuve en el Festival de Málaga fue en el 20 aniversario, cuando me dieron el premio Sur y justo ese mismo año me tocó el premio a mejor actor, no me lo podía creer, y ahora vengo a los 25, feliz de estar aquí. En relación a lo que es el terreno audiovisual y teatral de España que no lo vivo cotidianamente, aunque sí en los últimos años, por lo que he observado se está pasando por un momento increíble. No he visto ninguna de las películas que están aquí, pero voy al teatro cada vez que puedo. Algunas series, por ejemplo, "Antidisturbios", es de las mejores cosas que he visto en habla hispana. Hay que estar a un nivel tan alto para hacer una cosa así, en el aspecto interpretativo, narración, dirección... Es impresionante.
- ¿Ha notado algún cambio en su carrera después de filmar con Almodóvar?
Sí, siempre he trabajado mucho por suerte, y trabajar con Almodóvar es un antes y un después. A veces te tocan momentos bisagras con "Plata quemada", "Caballos salvajes", "Intacto", "Relato", "Dolor y gloria", hay situaciones que cada cinco o cuatro años, hasta diez, vas teniendo como un upgrade. Obviamente, trabajar con Almodóvar, que es de los mejores directores que hay en el universo, es un regalo. Aparte que no me monto en ese carro, porque la realidad es otra, ya que Almodóvar a lo mejor no me llama nunca más, fue eso y lo vivo con toda la alegría y el agradecimiento de haberlo conocido a él, a Antonio, a Penélope y a toda la gente. Pienso que hay que gratificar, a uno muchas veces - y más en esta profesión- se le va un poco la olla y te empiezas a comparar. Cuando hacemos lo que queremos, estamos en un festival fantástico, nos pagan por ello y estamos con gente maravillosa.
-¿Qué próximos trabajos tiene en mente?
Un montón de trabajos. En España tengo una película de acción con Mario Casas, hago un personaje muy pequeño de reparto, una especie de antagónico, muy bonito, se llama "Bird Box". Está dirigida por los hermanos Pastor y va a ser para Netflix.
Transcripción: Nuria Medina
Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.
- ¿Cómo recibió este personaje?
A mi llegó este guion por varios lados de manera mágica. Primero quiero decir que estoy muy agradecido de haber hecho esta película porque creo que son de esos personajes que están como bendecidos. Aunque es un guion arriesgado porque te tienes que desnudar de cuerpo y alma y al director yo no lo conocía, pero claro me empezó a escribir una amiga directora de casting, un amigo director, otro amigo director de casting. Me dijeron: te va a llegar un guion que estaría bueno que lo leas. A veces te llegan guiones y si estás trabajando no tienes tiempo de leerlos, mi representante, Ramón, que es amigo mío hace 30 años, me dice léelo y después hablamos. Me entusiasmé, me dieron muchas ganas de hacerlo, me encontré al director y me dice esto tiene mucho de lenguaje narrativo, de cámara en mano, como si algo estuviera ocurriendo ahí y efectivamente el rodaje fue muy vivo, feroz, salvaje, y estoy feliz de haberla hecho.
- ¿Cómo se ha preparado el personaje?
Cualquier relación paterna, filial es misteriosa, insondable y no hay reglas ni manuales, uno va aprendiendo cómo hacerlo a tumbos. Creo que siempre las películas y los personajes que a uno le tocan hacer te interpelan, modifican, movilizan y te hacen pensar en tu propia vida. Es una relación muy rara la que tienen este padre y esta hija, nada que ver con la que yo tengo con la mía, pero quizás tenga que aprender de esa relación. Es preciosa y al mismo tiempo dura, difícil y extraña. También nos habla de los nuevos vínculos, todo se va transformando hoy en día, no sé si en España, pero nosotros en Argentina estamos viviendo una revolución total y en ese sentido mi hija de 16 años viene viviendo desde los 13 manifestaciones, cuestiones por el aborto, toda una revolución feminista importantísima, que nos hace poner en crisis a todos nuestros valores de manera muy positiva. Todo se está desarmando y volviendo a armar. Es buenísimo eso, estamos en ese sentido menos rígidos, con más movimiento. Creo que puedo aprender mucho más ahora en ese aspecto, y del mundo que viene de mi hija y mi sobrina, más que del de mis padres.
- ¿Es difícil mantener esa tensión?
Lo que pasa es que yo en este personaje en particular me animé al vacío, a la deriva y cuando uno está a la deriva quizás estás indefenso. Entonces expresivamente tal vez se vió algo de eso, de estar a la intemperie, al arrojo de cierto infierno. El personaje en determinando momento creo que intuitivamente empieza a entender que si ese infierno o dolor no lo atraviesa, nunca va a poder superar esa ansiedad que tiene. Pero lo más difícil para mí del personaje está más allá de sus emociones. Soy una persona muy emocional, y en ese sentido no me fue una dificultad particularmente acentuada. Lo que más me costó fue quizás esa energía, porque yo no soy así. Soy más calmado, sosegado, tranquilo y este personaje es puro fuego que va a quemarse. Eso fue lo más complicado, encontrar el punto para no pasarse de exagerado. Ahí también hay una gran responsabilidad y virtud de Leonardo Brzezicki. El sabía lo que quería hacer y la manera en la quería hacerlo y lo quiero muchísimo. Nos hemos hermanado con este trabajo porque ha sido muy sagrado y lindo.
- ¿Dónde se encuentra más cómodo en el cine, en el teatro o la televisión?
La verdad que a mí me gustan los tres, sobre todo el cine y el teatro. Lo que pasa es que en lo audiovisual y televisivo es más difícil crear las condiciones buenas para poder elaborar algo. No quiere decir que no lo encuentre... A veces ese propio límite puede ser una virtud, en el sentido de que el tener poco tiempo te hace lanzarte más. He adquirido más conocimientos haciendo televisión porque tienes que aprender del arrojo. Pero, claro, los resultados que puedes conseguir no son tan hondos como los que puede obtener en unas elaboraciones que vienes haciendo desde hace tiempo en el teatro. Realice una serie de televisión que se llama "En terapia", de HBO, que se pasó aquí, hacíamos un capítulo por día de 30 minutos y fue maravilloso. El cine tiene ese detalle, esa particularidad de la elaboración de lo mínimo que con un pensamiento se ve todo el personaje. No quiere decir que no ocurra también en el teatro, en él pasan cosas impresionantes porque tienes un evento sagrado y único. Tú sabes que en una función tienes que darlo todo. No se repite y está la gente ahí, es un encuentro amoroso y único, donde estas tejiendo al personaje en vivo y no lo vas a hacer como lo hiciste en la otra función ni en la siguiente.
- ¿El gato que aparece tiene algo que ver con Félix y con Ziggy?
No, no, yo adopte después en la pandemia y adopte a uno en la primera cuarentena y al otro en la segunda, cuánto hay que aprender de ellos...
- ¿A qué nivel situaría el cine español y qué opina del festival de Málaga?
La última vez que estuve en el Festival de Málaga fue en el 20 aniversario, cuando me dieron el premio Sur y justo ese mismo año me tocó el premio a mejor actor, no me lo podía creer, y ahora vengo a los 25, feliz de estar aquí. En relación a lo que es el terreno audiovisual y teatral de España que no lo vivo cotidianamente, aunque sí en los últimos años, por lo que he observado se está pasando por un momento increíble. No he visto ninguna de las películas que están aquí, pero voy al teatro cada vez que puedo. Algunas series, por ejemplo, "Antidisturbios", es de las mejores cosas que he visto en habla hispana. Hay que estar a un nivel tan alto para hacer una cosa así, en el aspecto interpretativo, narración, dirección... Es impresionante.
- ¿Ha notado algún cambio en su carrera después de filmar con Almodóvar?
Sí, siempre he trabajado mucho por suerte, y trabajar con Almodóvar es un antes y un después. A veces te tocan momentos bisagras con "Plata quemada", "Caballos salvajes", "Intacto", "Relato", "Dolor y gloria", hay situaciones que cada cinco o cuatro años, hasta diez, vas teniendo como un upgrade. Obviamente, trabajar con Almodóvar, que es de los mejores directores que hay en el universo, es un regalo. Aparte que no me monto en ese carro, porque la realidad es otra, ya que Almodóvar a lo mejor no me llama nunca más, fue eso y lo vivo con toda la alegría y el agradecimiento de haberlo conocido a él, a Antonio, a Penélope y a toda la gente. Pienso que hay que gratificar, a uno muchas veces - y más en esta profesión- se le va un poco la olla y te empiezas a comparar. Cuando hacemos lo que queremos, estamos en un festival fantástico, nos pagan por ello y estamos con gente maravillosa.
-¿Qué próximos trabajos tiene en mente?
Un montón de trabajos. En España tengo una película de acción con Mario Casas, hago un personaje muy pequeño de reparto, una especie de antagónico, muy bonito, se llama "Bird Box". Está dirigida por los hermanos Pastor y va a ser para Netflix.
Transcripción: Nuria Medina
Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.