Hernán Jabes, un cineasta que no teme molestar, nos habla de su paso con "Jezabel" por Barcelona
- por © Carolina G. Guerrero (Barcelona)-NOTICINE.com
El venezolano afincado en México Hernán Jabes ha presentado en el BCN Film Fest "Jezabel", una provocadora crónica social de la clase alta en su país. En charla exclusiva con NOTICINE.com, el cineasta comparte sus ideas sobre lo políticamente incorrecto, la transgresión y -en última instancia- la condición humana.
- El origen de "Jezabel" es literario, ¿Qué le interesó del libro?
Sí, por ahí por el año 2014-15 me llega a las manos este libro y empiezo a leer el libro y me lo comí en un día, digamos en horas, y salgo así y le digo a mi mujer, que es asistente de dirección y que trabajó en la película, “mi amor hay que hacer esta película, léete esto ya por favor”. Entonces, así lo hicimos, nos convencimos y empezamos a buscar al escritor, que no lo conocía y ya no estaba en Venezuela, vivía aquí en Madrid, entonces fui a contactarlo y convencerlo, plantearle el proyecto y el cayó, lo embauqué rápidamente. Estuvo muy entusiasmado y nos pusimos entre los dos a adaptar el libro durante un año y medio más o menos.
- Tengo entendido que el método para comunicarse fue por internet...
Claro no había Zoom, era Skype, eso fue así 2014-15. Sí estuvo difícil por los horarios encontrarnos, pero cada vez que nos encontrábamos era un proceso, hicimos click enseguida, eso fue básico para que la escritura fluyera. Además, descubrimos que habíamos estudiado en el mismo colegio. El es menor que yo, por eso no habíamos coincidido, pero por ahí empezamos a divertirnos un rato.
- ¿Qué es lo que más le atrajo de esta novela?
Fue precisamente su falta de corrección política, su desparpajo, su grosería, su espontaneidad... Pero, sobre todo, la analogía a nuestra sociedad, a nuestra política, a nuestro país. Eso fue lo que dije “Ahh”. Los simbolismos que tiene, lo que aparenta ser una película de adolescentes, de gente privilegiada, bueno estaba, no sé si lo sentiste, pero impregnada de un toque político importante, que no es la esencia de la historia pero está ahí. Entonces esa analogía a mí me fascinó.
- Hay muchos puntos en los que se habla de la corrupción.
Sí, una corrupción moral, a todos los niveles.
- El personaje de Alain se apresta a ser detestado enseguida, se enfrenta a un monstruo que tiene memoria selectiva. ¿Qué le provocó a usted esa especie de monstruo?
La maldad, una vez más el poder de manipulación, de engaño, de todo lo que hace la maldad. Revisarnos un poco porque yo creo que todos tenemos un poquito de Alain. Digamos que todos tenemos un poquito del personaje, pero que logramos controlar de alguna manera y pues hay gente que no, gente más psicopática. Pero, además, es un poco la relación que tenemos con nuestros estados y con nuestro políticos y con nuestra sociedad: manipulación, engaño, enamoramiento... el dominio del poder y esa analogía directa que rebotaba me sirvió para trabajar el personaje.
- Lo que más me fascinó de la película son los dos momentos en los que cuenta la visión de él, como lo recuerda él y luego como fue en realidad, lo que se asemeja más a la realidad.
Bueno, yo de verdad creo que hemos construido nuestra memoria en base a recuerdos, que hoy en día son muy distintos quizá. Hay algunos que pueden ser nuestros, otros incluso que pueden ser anécdotas o memorias de otros que las hicimos nuestras. Hemos manipulado nuestro pasado y, situaciones que quizá fueron muy oscuras, hoy las vemos más luminosas, o al revés. Es algo particular y esencial del ser humano y en este caso, vuelvo a la analogía, la manipulación de la memoria en nuestra sociedad, que parece que nos olvidamos de las cosas que suceden y las volvemos a repetir y las volvemos a repetir y las volvemos a repetir. Entonces, la memoria aquí es muy importante porque sí la manipulamos, y nuestro personaje incluso lo hace para sí mismo. Finalmente Alain es un ser social, educado en buenos colegios, por decir buenos, con una buena familia. Es un tipo social, entonces la memoria era necesaria para el manipularla, para poder seguir viviendo básicamente.
- Quiso contar en algún momento con María Conchita Alonso, le hacía ilusión...
Claro, el casting fue así, yo quería. Todos con los que trabajé fueron seleccionados porque yo fui detrás de ellos, no hice casting, sino que el productor y yo teníamos gente que admirábamos del teatro, del cine, gente joven, gente mayor, y entonces fui buscándolos y entre ellos María Conchita, que bueno es un símbolo de la televisión y el cine venezolano y hollywoodense, que para nosotros es un personaje admirable, encantadora y lo sigue siendo y yo quería que ella fuera la mamá de Alain.
- Su película estuvo en el Festival de Miami aunque fuera de competición ¿Cómo le fue allí?
Excelente, porque fue una proyección estratégica. Yo tengo ambiciones como cineasta independiente, entonces hablamos con el festival de Miami para ver si podían darnos un espacio y nosotros invitar a gente particular y especial que nos pudiera apoyar con el film. El festival nos abrió esa puerta para poder hacer la proyección y fue fantástica, fue nuestra primera proyección con el público. Imagínate tú la emoción de cómo les caerá la película, cómo la sentirán. Sabemos que puede traer incomodidades a mucha gente, pero fue fantástica la apreciación tanto de los venezolanos como los que no. Agarraron la película creo que por donde había que agarrarla.
- Parte de la cinta está rodada en Caracas ¿Nos puede contar un poco cómo fue el rodaje?
Yo ya vivía en México, Adrián -el productor- todavía no, y viajamos a Caracas en un momento que era muy difícil la situación allá, porque no se conseguía nada de nada. Todo fue muy cuesta arriba en ese sentido pero a la vez trabajamos con un equipo de personas que nos queríamos, nos conocíamos de muchos años, y por lo tanto el rodaje fluyó maravillosamente y fue fantástico. No tuvimos ningún problema en el rodaje de esos que se suelen tener. Como te decía, mi mujer fue asistente de dirección, mi hija mayor nos ayudó siendo acting coach para los jóvenes, para que entendieran cómo se habla, porque no todos ellos eran adolescentes, más bien más grandes, y mis chicos pequeños andaban también en la filmación. Convivimos todos en una misma locación con los actores, fue bien interesante el proceso.
- Al final, cuando ya estuvo el producto terminado ¿Resultó como se había imaginado?
Mejor, de hecho superó mis expectativas porque, imagínate, la pandemia nos detuvo y fue un palazo a nivel de todo, pero a la película le vino muy bien porque yo pude tener el tiempo y la tranquilidad de experimentar, de buscar nuevas soluciones, de trabajar con la editora, que es Clementina Mantineli. Yo necesitaba como el punto de vista femenino, entonces a la película le vino muy bien ese tiempo y como te digo superó mis expectativas porque, al entrar Clementina, hizo dos movimientos en el montaje y me abrió la luz, entonces fue mejor de lo que yo pensaba.
- El comentario general aquí en Barcelona ha sido que se trata de una película dura de ver.
Sí, de hecho, una española ese día, que estaba sentada al lado de nosotros, nos pilló que éramos los de la película y se puso a charlar con nosotros y ella me dijo: “Ay qué buena película, increíble actuación, la fotografía, pero me hubiera gustado no verla”... Entonces yo digo, no se si tomarlo como un elogio, porque definitivamente yo entiendo eso y está para provocar e incomodar en muchos aspectos, pero es que a la vez yo también entiendo eso y de verdad. Yo tengo una familia y niños y juego y trato de tener una visión positiva de la vida, pero en el cine, no sé por qué, me sale esta cosa oscura, que yo lo justifico diciendo que creo que estamos muy encandilados por una comunicación en la que no podemos decir ni hablar de ciertas cosas. No podemos ofender, tiene que ser todo grato, todo tiene que ser maravilloso, inclusivo, dominar un lenguaje incluso que nos permita que nadie se ofenda, o sea, como Disney. Es una cosa que nos tiene encandilados. Yo pienso por el otro lado que en medida que sigamos así, la hipocresía es más grande. Porque tú puedes, solo hablando con lenguaje inclusivo, ser incluyente, cuando realmente por dentro no lo eres, y eso me refiero a estados, a sociedades, a la gente en sí. Creo que una película como esta te muestra nuestro lado oscuro, donde no nos revisamos, nos ponemos a ver y de repente se plantea un debate que es interesante plantear y donde, creo yo, en un mundo tan iluminado con esta luz que nos encandila, mientras que en la oscuridad absoluta, espesa, una chispa mínima ilumina todo, y esa luz es la que me interesa a mí. Como le pasó al actor, que se le acercó una mujer, y le dijo “Eric, te felicito, pero yo me voy a mi casa ya, porque he quedado devastada, a hablar con mi hija a ver qué no sé, qué sí sé”, a sentarse, a comunicarse con ella. Yo no sé cuál será la relación de ambas, pero que eso suceda por una película a mí me parece bárbaro, es la intención. Imagínate, chicos que lo tienen todo, que no tienen ningún tipo de preocupación... Que además están en un país donde, y eso es muy venezolano del momento, que está en conflicto bélico en las calles. Viven encerrados, no tienen esa cosa del cuando éramos adolescentes nosotros, que crecimos y salimos a la calle y lo primero que hicimos fue salir a descubrir el mundo. Ellos no, están encerrados en la casa de alguien, todo así. A las siete de la noche, Caracas era una zona con toque de queda, entonces esa generación vivió encerrada, y dentro de ese encierro, un adolescente encuentra la manera de vivir experiencias, que es lo que uno busca como adolescente, y si no hay una conducción familiar, una mínima ética moral, imagínate tú, entonces es un poco la analogía, vuelvo a la analogía que me parece fabulosa.
- ¿El que no sea políticamente correcta puede perjudicarle?
Me está pasando y yo no quiero aceptarlo, no puede ser que los festivales, la cultura, se vea limitada también ante una postura, ante una tendencia, en Europa. Es lo que yo he sentido, a lo mejor estoy totalmente equivocado, pero estas ganas de no ofender, de no levantar no sé cuánto, es global, no es Europa. A mí me sorprende también que la gente aquí en Europa se sienta impactada por unas escenas de sexo. Me sorprende porque siempre he considerado a Europa como vanguardista, de gente abierta, gente que ha vivido las mil y una, con mil y tantos años de sociedad más que nosotros, que todavía estamos en caos tratando de organizarnos. No sé si es la comunicación o qué, pero yo lo he sentido... Y te soy sincero, me harté un poquito de eso y quiero manejar la película yo a mi manera, estoy haciendo lo que puedo por moverla y, que hayamos quedado en este festival, en Barcelona, para mi es una maravilla enorme porque no sé si se repetirá, no sé si vuelva a pasar, y quiero aprovecharlo al máximo. Además nos ayuda que se vaya construyendo una opinión de la película, una reputación, que me ayuda a mí a levantar su nombre. No sabes toda la chamba que lleva, de manera independiente. Ahorita la distribuidora internacional Latido la tomó para sí, que fue una felicidad, porque les encantó la película y quieren jugársela, y yo fascinado, algo le vieron, y eso me encanta, que alguien se la juegue.
- Por las conclusiones que estoy sacando, el camino está siendo un poco pedregoso...
Es el cine independiente, absolutamente. Esta película se empezó a rodar sin el dinero completo, pero como el actor tenía que cambiar físicamente, yo siempre pensé que iba a parar, que iba a filmar una parte y que iba a parar unos meses para engordar, para cambiar, para que incluso esos recuerdos fueran psicológicamente recuerdos para el tratamiento actoral, que fue fabuloso. En ese tiempo de parar yo iba a conseguir más dinero para seguir con la película, súper jugada, pero lo logramos. En esa parte entraron los mexicanos, porque hicimos una demo de la primera parte, mientras el actor cambiaba. Pudimos seguir y culminar el rodaje, después tuvimos un pequeño premio, súper grande en el sentido simbólico, pero pequeño en realidad de dinero, en México, para terminarla. Eso nos impulsó para conseguir los coproductores necesarios que terminaron los efectos especiales, la mezcla de sonido, todas esas cosas de postproducción.
- ¿Tiene algún proyecto ahora?
Bueno, ahorita estoy súper de cabeza con esto, pero sí tengo un guion maravilloso, un poco más optimista. Es hora de reconciliarme un poquito con le mensaje, que la gente salga un poco más con el espíritu más arriba, sin dejar el drama, sin dejar la oscuridad, y tiene que ver con España también, es así histórico, una cosa súper ambiciosa, pero es hermosísima, íntima también.
Transcripción: Alejandro Moreno
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- El origen de "Jezabel" es literario, ¿Qué le interesó del libro?
Sí, por ahí por el año 2014-15 me llega a las manos este libro y empiezo a leer el libro y me lo comí en un día, digamos en horas, y salgo así y le digo a mi mujer, que es asistente de dirección y que trabajó en la película, “mi amor hay que hacer esta película, léete esto ya por favor”. Entonces, así lo hicimos, nos convencimos y empezamos a buscar al escritor, que no lo conocía y ya no estaba en Venezuela, vivía aquí en Madrid, entonces fui a contactarlo y convencerlo, plantearle el proyecto y el cayó, lo embauqué rápidamente. Estuvo muy entusiasmado y nos pusimos entre los dos a adaptar el libro durante un año y medio más o menos.
- Tengo entendido que el método para comunicarse fue por internet...
Claro no había Zoom, era Skype, eso fue así 2014-15. Sí estuvo difícil por los horarios encontrarnos, pero cada vez que nos encontrábamos era un proceso, hicimos click enseguida, eso fue básico para que la escritura fluyera. Además, descubrimos que habíamos estudiado en el mismo colegio. El es menor que yo, por eso no habíamos coincidido, pero por ahí empezamos a divertirnos un rato.
- ¿Qué es lo que más le atrajo de esta novela?
Fue precisamente su falta de corrección política, su desparpajo, su grosería, su espontaneidad... Pero, sobre todo, la analogía a nuestra sociedad, a nuestra política, a nuestro país. Eso fue lo que dije “Ahh”. Los simbolismos que tiene, lo que aparenta ser una película de adolescentes, de gente privilegiada, bueno estaba, no sé si lo sentiste, pero impregnada de un toque político importante, que no es la esencia de la historia pero está ahí. Entonces esa analogía a mí me fascinó.
- Hay muchos puntos en los que se habla de la corrupción.
Sí, una corrupción moral, a todos los niveles.
- El personaje de Alain se apresta a ser detestado enseguida, se enfrenta a un monstruo que tiene memoria selectiva. ¿Qué le provocó a usted esa especie de monstruo?
La maldad, una vez más el poder de manipulación, de engaño, de todo lo que hace la maldad. Revisarnos un poco porque yo creo que todos tenemos un poquito de Alain. Digamos que todos tenemos un poquito del personaje, pero que logramos controlar de alguna manera y pues hay gente que no, gente más psicopática. Pero, además, es un poco la relación que tenemos con nuestros estados y con nuestro políticos y con nuestra sociedad: manipulación, engaño, enamoramiento... el dominio del poder y esa analogía directa que rebotaba me sirvió para trabajar el personaje.
- Lo que más me fascinó de la película son los dos momentos en los que cuenta la visión de él, como lo recuerda él y luego como fue en realidad, lo que se asemeja más a la realidad.
Bueno, yo de verdad creo que hemos construido nuestra memoria en base a recuerdos, que hoy en día son muy distintos quizá. Hay algunos que pueden ser nuestros, otros incluso que pueden ser anécdotas o memorias de otros que las hicimos nuestras. Hemos manipulado nuestro pasado y, situaciones que quizá fueron muy oscuras, hoy las vemos más luminosas, o al revés. Es algo particular y esencial del ser humano y en este caso, vuelvo a la analogía, la manipulación de la memoria en nuestra sociedad, que parece que nos olvidamos de las cosas que suceden y las volvemos a repetir y las volvemos a repetir y las volvemos a repetir. Entonces, la memoria aquí es muy importante porque sí la manipulamos, y nuestro personaje incluso lo hace para sí mismo. Finalmente Alain es un ser social, educado en buenos colegios, por decir buenos, con una buena familia. Es un tipo social, entonces la memoria era necesaria para el manipularla, para poder seguir viviendo básicamente.
- Quiso contar en algún momento con María Conchita Alonso, le hacía ilusión...
Claro, el casting fue así, yo quería. Todos con los que trabajé fueron seleccionados porque yo fui detrás de ellos, no hice casting, sino que el productor y yo teníamos gente que admirábamos del teatro, del cine, gente joven, gente mayor, y entonces fui buscándolos y entre ellos María Conchita, que bueno es un símbolo de la televisión y el cine venezolano y hollywoodense, que para nosotros es un personaje admirable, encantadora y lo sigue siendo y yo quería que ella fuera la mamá de Alain.
- Su película estuvo en el Festival de Miami aunque fuera de competición ¿Cómo le fue allí?
Excelente, porque fue una proyección estratégica. Yo tengo ambiciones como cineasta independiente, entonces hablamos con el festival de Miami para ver si podían darnos un espacio y nosotros invitar a gente particular y especial que nos pudiera apoyar con el film. El festival nos abrió esa puerta para poder hacer la proyección y fue fantástica, fue nuestra primera proyección con el público. Imagínate tú la emoción de cómo les caerá la película, cómo la sentirán. Sabemos que puede traer incomodidades a mucha gente, pero fue fantástica la apreciación tanto de los venezolanos como los que no. Agarraron la película creo que por donde había que agarrarla.
- Parte de la cinta está rodada en Caracas ¿Nos puede contar un poco cómo fue el rodaje?
Yo ya vivía en México, Adrián -el productor- todavía no, y viajamos a Caracas en un momento que era muy difícil la situación allá, porque no se conseguía nada de nada. Todo fue muy cuesta arriba en ese sentido pero a la vez trabajamos con un equipo de personas que nos queríamos, nos conocíamos de muchos años, y por lo tanto el rodaje fluyó maravillosamente y fue fantástico. No tuvimos ningún problema en el rodaje de esos que se suelen tener. Como te decía, mi mujer fue asistente de dirección, mi hija mayor nos ayudó siendo acting coach para los jóvenes, para que entendieran cómo se habla, porque no todos ellos eran adolescentes, más bien más grandes, y mis chicos pequeños andaban también en la filmación. Convivimos todos en una misma locación con los actores, fue bien interesante el proceso.
- Al final, cuando ya estuvo el producto terminado ¿Resultó como se había imaginado?
Mejor, de hecho superó mis expectativas porque, imagínate, la pandemia nos detuvo y fue un palazo a nivel de todo, pero a la película le vino muy bien porque yo pude tener el tiempo y la tranquilidad de experimentar, de buscar nuevas soluciones, de trabajar con la editora, que es Clementina Mantineli. Yo necesitaba como el punto de vista femenino, entonces a la película le vino muy bien ese tiempo y como te digo superó mis expectativas porque, al entrar Clementina, hizo dos movimientos en el montaje y me abrió la luz, entonces fue mejor de lo que yo pensaba.
- El comentario general aquí en Barcelona ha sido que se trata de una película dura de ver.
Sí, de hecho, una española ese día, que estaba sentada al lado de nosotros, nos pilló que éramos los de la película y se puso a charlar con nosotros y ella me dijo: “Ay qué buena película, increíble actuación, la fotografía, pero me hubiera gustado no verla”... Entonces yo digo, no se si tomarlo como un elogio, porque definitivamente yo entiendo eso y está para provocar e incomodar en muchos aspectos, pero es que a la vez yo también entiendo eso y de verdad. Yo tengo una familia y niños y juego y trato de tener una visión positiva de la vida, pero en el cine, no sé por qué, me sale esta cosa oscura, que yo lo justifico diciendo que creo que estamos muy encandilados por una comunicación en la que no podemos decir ni hablar de ciertas cosas. No podemos ofender, tiene que ser todo grato, todo tiene que ser maravilloso, inclusivo, dominar un lenguaje incluso que nos permita que nadie se ofenda, o sea, como Disney. Es una cosa que nos tiene encandilados. Yo pienso por el otro lado que en medida que sigamos así, la hipocresía es más grande. Porque tú puedes, solo hablando con lenguaje inclusivo, ser incluyente, cuando realmente por dentro no lo eres, y eso me refiero a estados, a sociedades, a la gente en sí. Creo que una película como esta te muestra nuestro lado oscuro, donde no nos revisamos, nos ponemos a ver y de repente se plantea un debate que es interesante plantear y donde, creo yo, en un mundo tan iluminado con esta luz que nos encandila, mientras que en la oscuridad absoluta, espesa, una chispa mínima ilumina todo, y esa luz es la que me interesa a mí. Como le pasó al actor, que se le acercó una mujer, y le dijo “Eric, te felicito, pero yo me voy a mi casa ya, porque he quedado devastada, a hablar con mi hija a ver qué no sé, qué sí sé”, a sentarse, a comunicarse con ella. Yo no sé cuál será la relación de ambas, pero que eso suceda por una película a mí me parece bárbaro, es la intención. Imagínate, chicos que lo tienen todo, que no tienen ningún tipo de preocupación... Que además están en un país donde, y eso es muy venezolano del momento, que está en conflicto bélico en las calles. Viven encerrados, no tienen esa cosa del cuando éramos adolescentes nosotros, que crecimos y salimos a la calle y lo primero que hicimos fue salir a descubrir el mundo. Ellos no, están encerrados en la casa de alguien, todo así. A las siete de la noche, Caracas era una zona con toque de queda, entonces esa generación vivió encerrada, y dentro de ese encierro, un adolescente encuentra la manera de vivir experiencias, que es lo que uno busca como adolescente, y si no hay una conducción familiar, una mínima ética moral, imagínate tú, entonces es un poco la analogía, vuelvo a la analogía que me parece fabulosa.
- ¿El que no sea políticamente correcta puede perjudicarle?
Me está pasando y yo no quiero aceptarlo, no puede ser que los festivales, la cultura, se vea limitada también ante una postura, ante una tendencia, en Europa. Es lo que yo he sentido, a lo mejor estoy totalmente equivocado, pero estas ganas de no ofender, de no levantar no sé cuánto, es global, no es Europa. A mí me sorprende también que la gente aquí en Europa se sienta impactada por unas escenas de sexo. Me sorprende porque siempre he considerado a Europa como vanguardista, de gente abierta, gente que ha vivido las mil y una, con mil y tantos años de sociedad más que nosotros, que todavía estamos en caos tratando de organizarnos. No sé si es la comunicación o qué, pero yo lo he sentido... Y te soy sincero, me harté un poquito de eso y quiero manejar la película yo a mi manera, estoy haciendo lo que puedo por moverla y, que hayamos quedado en este festival, en Barcelona, para mi es una maravilla enorme porque no sé si se repetirá, no sé si vuelva a pasar, y quiero aprovecharlo al máximo. Además nos ayuda que se vaya construyendo una opinión de la película, una reputación, que me ayuda a mí a levantar su nombre. No sabes toda la chamba que lleva, de manera independiente. Ahorita la distribuidora internacional Latido la tomó para sí, que fue una felicidad, porque les encantó la película y quieren jugársela, y yo fascinado, algo le vieron, y eso me encanta, que alguien se la juegue.
- Por las conclusiones que estoy sacando, el camino está siendo un poco pedregoso...
Es el cine independiente, absolutamente. Esta película se empezó a rodar sin el dinero completo, pero como el actor tenía que cambiar físicamente, yo siempre pensé que iba a parar, que iba a filmar una parte y que iba a parar unos meses para engordar, para cambiar, para que incluso esos recuerdos fueran psicológicamente recuerdos para el tratamiento actoral, que fue fabuloso. En ese tiempo de parar yo iba a conseguir más dinero para seguir con la película, súper jugada, pero lo logramos. En esa parte entraron los mexicanos, porque hicimos una demo de la primera parte, mientras el actor cambiaba. Pudimos seguir y culminar el rodaje, después tuvimos un pequeño premio, súper grande en el sentido simbólico, pero pequeño en realidad de dinero, en México, para terminarla. Eso nos impulsó para conseguir los coproductores necesarios que terminaron los efectos especiales, la mezcla de sonido, todas esas cosas de postproducción.
- ¿Tiene algún proyecto ahora?
Bueno, ahorita estoy súper de cabeza con esto, pero sí tengo un guion maravilloso, un poco más optimista. Es hora de reconciliarme un poquito con le mensaje, que la gente salga un poco más con el espíritu más arriba, sin dejar el drama, sin dejar la oscuridad, y tiene que ver con España también, es así histórico, una cosa súper ambiciosa, pero es hermosísima, íntima también.
Transcripción: Alejandro Moreno
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