Colaboración: El atrevido cine cubano en los festivales de septiembre
- por © NOTICINE.com
Por Rolando Díaz *
Con regocijo y orgullo observo como dos cineastas cubanos de generaciones más recientes que la mía, han colocado sus obras en San Sebastián y Toronto, dos grandes y reconocidos Festivales de Cine que marcan un recorrido halagüeño para "Vicenta B", de Carlos Lechuga, y "El Caso Padilla", de Pavel Giroud.
Estoy convencido, aunque no les he preguntado, que mis colegas de generación se sienten igual de felices. Varias generaciones de cineastas cubanos han luchado para contar historias que han resultado "incómodas" para el Poder. La historia comenzó con P.M. (Pasado Meridiano), dirigida en 1961 por Alberto Cabrera Infante y Orlando Jiménez Leal. Pero siguieron un grupo importante de títulos que en su momento fueron ignorados, marginados o aplazados...Algunos no llegaron ni a realizarse. La relación sería mucho más larga de lo que muchos piensan e implicaría a todas las generaciones que dirigieron, dirigen o intentan hacer cine en Cuba.
Los tiempos han cambiado, pero en otras épocas muchas de aquellas arriesgadas películas fueron denostadas, consideradas como que no eran "buen cine", y muchos Festivales Internacionales las ignoraban. Eso lo sabemos. Todos los sabemos.
Incluso está fresco aún el caso de "Santa y Andrés" cuando el Festival de La Habana en Nueva York aceptó presiones "externas" para que la película de Lechuga fuera sacada de la programación Oficial del Evento. Estoy (estamos, lo sabemos todos) seguro que NO existe un único caso… Aunque las pruebas para demostrar esto queden (muchas de ellas) en el territorio del olvido o de la "improbabilidad" de demostrarlo, o en el territorio de los "rumores", los comentarios a sottovoce, lo imprevisible, o en el extenso campo de las anécdotas personales.
Hoy, repito; las cosas han cambiado y una parte de la izquierda realmente democrática (no toda la izquierda) que organiza estos certámenes, no recibe presiones que otrora podrían (dependiendo del Festival y sus dirigentes) haber aceptado. Seguramente, cuando sucedió el hecho en términos históricos, un documental como el de "El Caso Padilla" difícilmente hubiera sido programado en algún Festival Internacional de Cine. Lo sabemos todos. Pero hoy, felizmente, ¡sí!
Felicito a Carlos, amigo más cercano y a Pavel, a quién no conozco personalmente, por estos logros y por el valor que ambos han tenido. Esperemos que esta noticia cree un interés renovado por los cineastas cubanos y por una mirada (que siempre ha existido) que nos acerque más a las zonas oscuras que ha atravesado la historia nacional más reciente.
(*): Rolando Díaz es cineasta cubano, autor de películas como "Si me comprendieras" y "Los pájaros tirándole a la escopeta". "Una elefanta sobre la tela de una araña" es su último trabajo.
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Con regocijo y orgullo observo como dos cineastas cubanos de generaciones más recientes que la mía, han colocado sus obras en San Sebastián y Toronto, dos grandes y reconocidos Festivales de Cine que marcan un recorrido halagüeño para "Vicenta B", de Carlos Lechuga, y "El Caso Padilla", de Pavel Giroud.
Estoy convencido, aunque no les he preguntado, que mis colegas de generación se sienten igual de felices. Varias generaciones de cineastas cubanos han luchado para contar historias que han resultado "incómodas" para el Poder. La historia comenzó con P.M. (Pasado Meridiano), dirigida en 1961 por Alberto Cabrera Infante y Orlando Jiménez Leal. Pero siguieron un grupo importante de títulos que en su momento fueron ignorados, marginados o aplazados...Algunos no llegaron ni a realizarse. La relación sería mucho más larga de lo que muchos piensan e implicaría a todas las generaciones que dirigieron, dirigen o intentan hacer cine en Cuba.
Los tiempos han cambiado, pero en otras épocas muchas de aquellas arriesgadas películas fueron denostadas, consideradas como que no eran "buen cine", y muchos Festivales Internacionales las ignoraban. Eso lo sabemos. Todos los sabemos.
Incluso está fresco aún el caso de "Santa y Andrés" cuando el Festival de La Habana en Nueva York aceptó presiones "externas" para que la película de Lechuga fuera sacada de la programación Oficial del Evento. Estoy (estamos, lo sabemos todos) seguro que NO existe un único caso… Aunque las pruebas para demostrar esto queden (muchas de ellas) en el territorio del olvido o de la "improbabilidad" de demostrarlo, o en el territorio de los "rumores", los comentarios a sottovoce, lo imprevisible, o en el extenso campo de las anécdotas personales.
Hoy, repito; las cosas han cambiado y una parte de la izquierda realmente democrática (no toda la izquierda) que organiza estos certámenes, no recibe presiones que otrora podrían (dependiendo del Festival y sus dirigentes) haber aceptado. Seguramente, cuando sucedió el hecho en términos históricos, un documental como el de "El Caso Padilla" difícilmente hubiera sido programado en algún Festival Internacional de Cine. Lo sabemos todos. Pero hoy, felizmente, ¡sí!
Felicito a Carlos, amigo más cercano y a Pavel, a quién no conozco personalmente, por estos logros y por el valor que ambos han tenido. Esperemos que esta noticia cree un interés renovado por los cineastas cubanos y por una mirada (que siempre ha existido) que nos acerque más a las zonas oscuras que ha atravesado la historia nacional más reciente.
(*): Rolando Díaz es cineasta cubano, autor de películas como "Si me comprendieras" y "Los pájaros tirándole a la escopeta". "Una elefanta sobre la tela de una araña" es su último trabajo.
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