Guédiguian defiende a la clase obrera en la Mostra de Valencia
- por © Jesús Sánchez-NOTICINE.com
"A todos los obreros del mundo" dedicó el francés Robert Guédiguian, uno de los maestros del cine social europeo, la Palmera de Honor que le entregaron durante la gala inaugural de la 37 edición de la Mostra de Valencia, en España, dedicado al cine mediterráneo. Esto ocurría el pasado jueves noche, y al día siguiente se presento el ciclo integral de su obra que la Mostra ha programado de acuerdo con el Institut Valencià de Cultura.
Robert Guédiguian, con 68 años, es considerado como uno de los directores que mejor y con más honestidad muestra las personalidades del ambiente mediterráneo, así como por su interés en la retratación de las clases populares y el cine político, como también lo hacen el director británico, Ken Loach, o el griego, Costa Gavras. El director ha hecho 22 películas entre las que podemos encontrar nombres como "La casa frente al mar" (2017), "Gloria Mundi" (2019) o "De todo corazón" (1998), con la que ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de San Sebastián.
"Me he acordado de mis padres,que eran obreros y no tenían voz. Siento que mi misión era ser su portavoz. He escrito por ellos y por todos esos pueblos que nunca están en primer plano", expresó el cineasta marsellés, quien estuvo acompañado durante la gala de su esposa y protagonista de la mayor parte de su cine, Ariane Ascaride.
Al presentar su ciclo retrospectivo, Robert Guédiguian señaló que "el clima es un elemento común a todas las cinematografías del área mediterránea. El Mediterráneo, que es un mar cerrado, y sus paisajes confieren una estructura propia a nuestros relatos. Siempre hay un rasgo común en las películas rodadas en Grecia, Italia, Argelia o España".
Guédiguian agregó que en sus películas "parto de realidades locales para hablar de temas universales con los que se pueden identificar personas de todo el mundo. Me siento más cómodo rodando en mi entorno, en mi ciudad, sobre situaciones culturales, políticas y sociales que me son próximas, pero que tienen un alcance universal".
Sobre los rasgos definitorios de su cine, el director marsellés admitió que tiene preferencias por cintas que se estructuran en torno a dos actores y una actriz, con los que he trabajado desde mis inicios, en los años ochenta: Gérard Meylan, Jean-Pierre Darroussin y Ariane Ascaride, que es mi mujer. Es gente de mi edad. Hemos evolucionado y crecido juntos".
"Luego, se han ido incorporando a mis películas nuevas generaciones de actores y actrices que aportan nuevas perspectivas a mi cine. Mis ideas no se han modificado en todos estos años, sigo siendo comunista, pero sí que he ido evolucionando en la manera de concebir el cine", concluyó.
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Robert Guédiguian, con 68 años, es considerado como uno de los directores que mejor y con más honestidad muestra las personalidades del ambiente mediterráneo, así como por su interés en la retratación de las clases populares y el cine político, como también lo hacen el director británico, Ken Loach, o el griego, Costa Gavras. El director ha hecho 22 películas entre las que podemos encontrar nombres como "La casa frente al mar" (2017), "Gloria Mundi" (2019) o "De todo corazón" (1998), con la que ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de San Sebastián.
"Me he acordado de mis padres,que eran obreros y no tenían voz. Siento que mi misión era ser su portavoz. He escrito por ellos y por todos esos pueblos que nunca están en primer plano", expresó el cineasta marsellés, quien estuvo acompañado durante la gala de su esposa y protagonista de la mayor parte de su cine, Ariane Ascaride.
Al presentar su ciclo retrospectivo, Robert Guédiguian señaló que "el clima es un elemento común a todas las cinematografías del área mediterránea. El Mediterráneo, que es un mar cerrado, y sus paisajes confieren una estructura propia a nuestros relatos. Siempre hay un rasgo común en las películas rodadas en Grecia, Italia, Argelia o España".
Guédiguian agregó que en sus películas "parto de realidades locales para hablar de temas universales con los que se pueden identificar personas de todo el mundo. Me siento más cómodo rodando en mi entorno, en mi ciudad, sobre situaciones culturales, políticas y sociales que me son próximas, pero que tienen un alcance universal".
Sobre los rasgos definitorios de su cine, el director marsellés admitió que tiene preferencias por cintas que se estructuran en torno a dos actores y una actriz, con los que he trabajado desde mis inicios, en los años ochenta: Gérard Meylan, Jean-Pierre Darroussin y Ariane Ascaride, que es mi mujer. Es gente de mi edad. Hemos evolucionado y crecido juntos".
"Luego, se han ido incorporando a mis películas nuevas generaciones de actores y actrices que aportan nuevas perspectivas a mi cine. Mis ideas no se han modificado en todos estos años, sigo siendo comunista, pero sí que he ido evolucionando en la manera de concebir el cine", concluyó.
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