Hablamos en Rotterdam con Laura Amelia Guzmán sobre su película "La hembrita"
- por © Miguel Cabeza (Rotterdam)-NOTICINE.com
El Festival de Rotterman acoge en su competencia oficial al film dominicano "La hembrita", de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. La cinta, desde el intimismo de una mujer madura que sufre del síndrome del "nido vacío" hace un retrato de los pecados de la sociedad nacional, con la corrupción, el racismo y el clasismo a la cabeza. NOTICINE.com habló en la ciudad holandesa con Guzmán, quien cuenta cómo esta vez ha tenido la voz cantante en su dupla creativa.
- ¿De qué manera se repartieron Israel y usted el trabajo en la película?
El se hizo un poquito a un lado en esta ocasión. Lo escribió, yo creo que para incentivarme a contarlo. Son cosas tan personales que no son fáciles de escribir, pero sí son fáciles de platicar entre parejas, cosas muy íntimas. Él me animaba a escribir o realizaba una primera línea que me motivaban a mí a escribir una segunda. Llevamos como veinte años haciendo esto juntos y me encanta.
- Comentó que "La Hembrita" es una historia basada en su vida, ¿cómo es plasmar eso en unas cuantas hojas y luego en una película todo eso?
Es la primera vez que yo firmo como directora sola porque Israel y yo siempre hemos trabajado juntos. En este caso, a diferencia de las películas anteriores donde siempre veíamos al otro, es un primer intento de mirar hacia algo más personal, un universo más mío.
- Usted viene de otro mundo muy distinto. ¿Cómo plantea ese acercamiento hacia los menos favorecidos?
Pues ese universo es mi universo. Desde niña soy una persona empática con todos los mundos y he sabido navegar por distintos grupos. Como que he tenido esa facilidad. Creo que he logrado con "Hembrita" ser muy justa con ambos universos que, aunque son muy distintos, convergen.
- ¿Los personajes también representan cómo esos mundos convergen?
Creo que Dominique (el personaje central) es susceptible al mundo de Carmen (la niña), a escuchar sus historias. Para mí era importante esos momentos en los que Carmen cuenta cosas que están pasando en su casa y a Dominique realmente le interesan. No es fácil dibujar esos contrastes de una manera que no sea grotesca. Creo que en cada uno de esos personajes hay un ser humano que comprendió su rol en la película, ayudó a humanizar estos personajes, un trabajo que he logrado yo sola. Los actores en la vida real tienen roles similares y han podido enriquecer mucho a sus personajes.
- ¿Cree que Dominique está sola contra el mundo?
Sí. El esposo ve algo y se escapa. Saca al hijo y luego trata de irse con ella, pero a ella no le queda otra que quedarse. Ella va quedando solita. Carmen también tiene su vida que atender, la vida la llama porque de repente hay otras personas que la necesitan. Sin embargo, yo creo que Núñez sí se siente afectado y en peligro muchas veces por los casos de corrupción.
- Dominique carga con mucha de la trama, ¿tuvo alguna dificultad a la hora de dirigir a la actriz Cecilia García?
Hay muchos rasgos atados a la cultura de la República Dominicana que tienen todas las mujeres. Cecilia me brindaba cosas que son muy genuinas, muy de ella, puso mucho de ella en este personaje. De hecho, la dificultad mayor fue cortar en edición porque habían escenas y momentos tan buenos y genuinos que era difícil prescindir de ellos. Además, era su primer papel dramático y yo tenía un poquito de miedo.
- En cuanto a cómo se va desentramando esa historia de corrupción, ¿es un símbolo de cómo va cayendo un régimen?
Sí, hace como un paralelo de la construcción de esta ciudad por la clase social baja y ese desarrollo va un poco en detrimento de este régimen. Dominique vive en el piso más alto de la torre, pero ya le están construyendo otra más grande. Antes ellos eran los más grandes, pero ahora vienen otros, pues hay otros intereses y los movimientos de Dominique son diferentes a como eran anteriormente.
- ¿Hasta qué punto tienen esa responsabilidad de acercar a los espectadores el tema de la corrupción en la República Dominicana?
Siento que como realizadores tenemos una responsabilidad de compartir, incluso de hacer un retrato para nuestra sociedad de que estas cosas pasan en el cotidiano. Cuando lo pones en una pantalla la gente creo que uno se hace consciente.
Transcripción: Gema Vaquero
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- ¿De qué manera se repartieron Israel y usted el trabajo en la película?
El se hizo un poquito a un lado en esta ocasión. Lo escribió, yo creo que para incentivarme a contarlo. Son cosas tan personales que no son fáciles de escribir, pero sí son fáciles de platicar entre parejas, cosas muy íntimas. Él me animaba a escribir o realizaba una primera línea que me motivaban a mí a escribir una segunda. Llevamos como veinte años haciendo esto juntos y me encanta.
- Comentó que "La Hembrita" es una historia basada en su vida, ¿cómo es plasmar eso en unas cuantas hojas y luego en una película todo eso?
Es la primera vez que yo firmo como directora sola porque Israel y yo siempre hemos trabajado juntos. En este caso, a diferencia de las películas anteriores donde siempre veíamos al otro, es un primer intento de mirar hacia algo más personal, un universo más mío.
- Usted viene de otro mundo muy distinto. ¿Cómo plantea ese acercamiento hacia los menos favorecidos?
Pues ese universo es mi universo. Desde niña soy una persona empática con todos los mundos y he sabido navegar por distintos grupos. Como que he tenido esa facilidad. Creo que he logrado con "Hembrita" ser muy justa con ambos universos que, aunque son muy distintos, convergen.
- ¿Los personajes también representan cómo esos mundos convergen?
Creo que Dominique (el personaje central) es susceptible al mundo de Carmen (la niña), a escuchar sus historias. Para mí era importante esos momentos en los que Carmen cuenta cosas que están pasando en su casa y a Dominique realmente le interesan. No es fácil dibujar esos contrastes de una manera que no sea grotesca. Creo que en cada uno de esos personajes hay un ser humano que comprendió su rol en la película, ayudó a humanizar estos personajes, un trabajo que he logrado yo sola. Los actores en la vida real tienen roles similares y han podido enriquecer mucho a sus personajes.
- ¿Cree que Dominique está sola contra el mundo?
Sí. El esposo ve algo y se escapa. Saca al hijo y luego trata de irse con ella, pero a ella no le queda otra que quedarse. Ella va quedando solita. Carmen también tiene su vida que atender, la vida la llama porque de repente hay otras personas que la necesitan. Sin embargo, yo creo que Núñez sí se siente afectado y en peligro muchas veces por los casos de corrupción.
- Dominique carga con mucha de la trama, ¿tuvo alguna dificultad a la hora de dirigir a la actriz Cecilia García?
Hay muchos rasgos atados a la cultura de la República Dominicana que tienen todas las mujeres. Cecilia me brindaba cosas que son muy genuinas, muy de ella, puso mucho de ella en este personaje. De hecho, la dificultad mayor fue cortar en edición porque habían escenas y momentos tan buenos y genuinos que era difícil prescindir de ellos. Además, era su primer papel dramático y yo tenía un poquito de miedo.
- En cuanto a cómo se va desentramando esa historia de corrupción, ¿es un símbolo de cómo va cayendo un régimen?
Sí, hace como un paralelo de la construcción de esta ciudad por la clase social baja y ese desarrollo va un poco en detrimento de este régimen. Dominique vive en el piso más alto de la torre, pero ya le están construyendo otra más grande. Antes ellos eran los más grandes, pero ahora vienen otros, pues hay otros intereses y los movimientos de Dominique son diferentes a como eran anteriormente.
- ¿Hasta qué punto tienen esa responsabilidad de acercar a los espectadores el tema de la corrupción en la República Dominicana?
Siento que como realizadores tenemos una responsabilidad de compartir, incluso de hacer un retrato para nuestra sociedad de que estas cosas pasan en el cotidiano. Cuando lo pones en una pantalla la gente creo que uno se hace consciente.
Transcripción: Gema Vaquero
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