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14-X-04

Aún cuando países de Europa, Asia y América integran la competencia en el Festival de cine de Bogotá que hasta el 14 se desarrolla aquí, es el de la región, ese que se extiende del Bravo a la Patagonia, el que se impone entre la crítica y el público tanto locales como el que asiste al evento.

Entre manifestaciones contra la privatización de los sectores educacionales y de la salud, ataques de estudiantes y trabajadores contra el FMI y su modelo neo-liberal, transcurren las arduas sesiones fílmicas que han dejado todo tipo de sensaciones.

"Caribe", por ejemplo, del costarricense Esteban Ramírez, trae una historia autóctona, ecologista, que protesta contra las invasiones petrolíferas al mar de esta parte; el novel director arma una historia ágil, con notable montaje y música que transpira los ritmos caribeños, pero hay que reprocharle sobre todo dos defectos: el pintoresquismo de la fotografía y la melodramática trama central, con un Jorge Perugorría dueño de un sobrio desempeño.

"Garrincha, estrella solitaria", del brasileño Milton Alentar Jr, ofrece un apreciable trayecto con adiciones documentales, sobre la cumbre y caída del ídolo del fútbol carioca en los años 60 y 70. Acertada narración y montaje eficiente caracterizan esta cinta que brinda, asimismo, un desempeño actoral de primera.

La peruana "Paloma de papel", de Fabricio Aguilar, focaliza la tragedia de los niños secuestrados por los terroristas en ese país; la fuerza de la historia, contada linealmente pero sin concesiones al melodrama en que pudo caer, muestra la principal carta de triunfo de una obra tan austera como conmovedora. Si no fuera por un superfluo trovador que anticipa los capítulos del film, la boliviana "El corazón de Jesús", de un graduado en San Antonio de los Baños, Marcos Loayza, fuera perfecta por su manejo del humor negro, las actuaciones y la certera narración, alores que no obstante, saltan a la vista.

No corre la misma suerte la chilena "Los debutantes", de Andrés Waissbluth, demasiado críptica y retorcida en una exposición que sólo deja para el desenlace el impacto de sus conflictos, mientras "Punto y raya", de la venezolana Elia Schneider, resulta una agradable buddy movie, sin embargo irregular, sin la energía del debut de esta interesante directora, "Huelepega" .

Colombia compite con dos títulos, "El rey", de Antonio Dorado, un sensible biopic sobre un bandido que llega a ser un narco famoso, recortado contra el panorama social que vio nacer y ascender el negocio de la droga en la nación; y "Colombianos", un acto de fe, comedia de Carlos Fernández de Soto que cuestiona con buen pulso la maternidad en un mundo de violencia y crisis económica como la que vive el país. Ambos se insertan dentro del cierto renacimiento que vive el cine aquí, y aspiran no sólo a los tres premios principales (Círculos precolombinos de oro, plata y bronce) sino al lauro de mejor film colombiano.