Huelva: Angeles Cruz cree que México es un país "tremendamente racista, clasista, misógino y centralista"
- por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
La mexicana Angeles Cruz, acompañada por su actriz Myriam Bravo, llegó a la competencia por el Colón de Oro en Huelva con su último trabajo, "Valentina o la Serenidad", un drama sobre el duelo en la infancia, protagonizado por una niña mixteca que pierde a su padre. La también actriz compartió en exclusiva con NOTICINE.com su siguiente proyecto, que la alejará de su región en Oaxaca, para tratar el tema de la vejez, algo que confiesa le preocupa mucho, por la pérdida de facultades que suele conllevar.
- Como la pequeña protagonista, usted tuvo una pérdida en su infancia ¿Le resultó fácil el ficcionar parte de su propia historia?
Creo que lo que tomé de mi propia historia es la sensación, la desolación que yo sentí. A partir de ahí, empecé a escribir totalmente la ficción, creo que me sirvió mucho como detonante el compartir esa sensación, con el personaje de Valentina. Compartir la sensación de explosión, de despojo y ausencia, que a la hora de escribir fluyó de una manera más rápida.
- ¿Cree que es más profundo el dolor durante la infancia o en la edad adulta?
Lo procesamos de manera distinta. Hay una negación que es como la alegoría que hago en la película, sobre el trueno, el rayo y el árbol. Siento que es como si te atravesara un rayo y sintieras una profunda sacudida. Como niña es tan fuerte el estruendo que te puede ensordecer, como adulto lo puedes procesar de manera distinta, aunque siento que es el mismo impacto.
- Usted tiene una más amplia experiencia como actriz que como realizadora. ¿La actuación es un complemento en su vida, o dirigir y actuar son dos partes equilibradas de su vocación?
No lo sé, me sigo preguntando lo mismo. Ahora escribo y dirijo y eso me lleva a una parte muy lúdica, y siento que no sé si es un complemento o voy a terminar abandonando la actuación y dedicarme a dirigir y escribir. Todavía estoy en esa disyuntiva. Sigo disfrutando ambas cosas pero siento que cuando entro a un proyecto me veo arrastrada a ello, cuando dirijo estoy metida en la dirección y no anhelo nada más.
- ¿Se ve siempre haciendo cine en su comunidad?
Sí. Ahora estoy escribiendo una historia en Ciudad de México pero siempre con el lazo a mi comunidad, donde también somos parte de la migración hacia las grandes urbes, y ese sería el siguiente proyecto.
- ¿Qué cineastas considera que le inspiran?
Me inspira Wong Kar-Wai, me mueve mucho su dinámica y sentí que hablaba también de su propia aldea. Kusturica también me gusta mucho, y compañeras del cine oaxaqueño como Luna Marán, Casandra Casasola o Yolanda Cruz. Recuerdo también una película llamada "La teta asustada", me conectó muchísimo con "La tiricia", que es una enfermedad del alma que la nombramos nosotros en mi pueblo.
- ¿Admitiría usted el calificativo de minimalista para su cine?
Sí, me gusta el cine que no me da respuestas, si no que me deja ciertas preguntas en el corazón. Siento que el cine para mí sigue siendo un espacio de reflexión profunda, antes de ser cineasta soy cinéfila y me gusta conectar con las historias. Creo que sí, que me gusta más ese cine que no tiene respuestas, que se está preguntando cosas todavía. Es un cine minimalista en la sensación, en esa experiencia de los sentidos por las imágenes que te llevan a otro lugar.
- ¿Cómo ve el momento actual del cine mexicano en cuanto a las ayudas públicas?
Hubo ajustes en el presupuesto. Con la pandemia tuvimos modificaciones sobre que era lo urgente. En ningún gobierno creo que lo urgente es la cultura. Sin embargo, hubo programas específicos, y esta película cuenta con uno de ellos que es estímulo para creadores indígenas y afrodescendientes. Esto nos ayuda mucho para fortalecer la diversidad de voces que hay en el cine mexicano, porque a pesar de la gran variedad de culturas del cine mexicano la mayoría de películas se hacían en la capital, o como mucho en Guadalajara y Monterrey. Estas nuevas políticas públicas abren el abanico a las comunidades, y sí se contempla una mayor diversidad en el cine. Ahora tenemos películas de toda la República.
- Por los movimientos indigenistas que están ocurriendo en México, ¿piensa que hay que combatir un cierto racismo temático en el cine mexicano?
Creo que sí, creo que vivimos en un país tremendamente racista y clasista, aparte de misógino, machista y centralista. Creo que hemos estado haciendo nuestro trabajo desde nuestros pueblos, pero nos veíamos muy solos en ese camino. Se están haciendo políticas públicas que pueden abrir eso, pero creo que falta un camino enorme por recorrer y que hay una resistencia por parte de la gente que antes recibía estos apoyos y se ven desplazados. Se están dando algunos pasos que nos ayudan desde las comunidades a poder tener una voz que nos represente en las distintas manifestaciones artísticas.
- ¿Puede contarnos algo más sobre ese próximo proyecto que se desarrollaría en la periferia de Ciudad de México?
Sí, se llama "Olvido" y es sobre una pareja de viejos que están perdiendo su relación y la memoria. En ese cúmulo de pérdidas, me interesa averiguar qué es lo que nos mantiene en la vida, aunque todavía no tengo una respuesta. Esto ha sido una continua reflexión a la hora de escribir el guión. Me preocupa mucho la vejez, también la mía.
Myriam Bravo
- ¿Cómo llegó a la película?
He trabajado con Angeles desde su primer proyecto de dirección, que fue "La tiricia". Y he ido acompañándola en cada uno de los proyectos que ella ha escrito y dirigido, y en el caso de Valentina tengo la fortuna de participar casi desde la escritura del guión, Ángeles conoce mi trabajo y he tenido la oportunidad de participar con el papel de la mamá de Valentina.
- ¿Nota la diferencia entre ser dirigida por una actriz y ser dirigida por alguien que solo es direct@r?
Pienso que sí, muchas veces los directores que no tienen formación actoral tienen muy confuso su lenguaje a la hora de dirigirnos. Creo que en el trabajo con Angeles, el hecho de que ella conozca nuestras herramientas de una manera muy generosa nos va guiando.
Transcripción: Alejandro González.
Sigue nuestras últimas noticias por X (TWITTER).
- Como la pequeña protagonista, usted tuvo una pérdida en su infancia ¿Le resultó fácil el ficcionar parte de su propia historia?
Creo que lo que tomé de mi propia historia es la sensación, la desolación que yo sentí. A partir de ahí, empecé a escribir totalmente la ficción, creo que me sirvió mucho como detonante el compartir esa sensación, con el personaje de Valentina. Compartir la sensación de explosión, de despojo y ausencia, que a la hora de escribir fluyó de una manera más rápida.
- ¿Cree que es más profundo el dolor durante la infancia o en la edad adulta?
Lo procesamos de manera distinta. Hay una negación que es como la alegoría que hago en la película, sobre el trueno, el rayo y el árbol. Siento que es como si te atravesara un rayo y sintieras una profunda sacudida. Como niña es tan fuerte el estruendo que te puede ensordecer, como adulto lo puedes procesar de manera distinta, aunque siento que es el mismo impacto.
- Usted tiene una más amplia experiencia como actriz que como realizadora. ¿La actuación es un complemento en su vida, o dirigir y actuar son dos partes equilibradas de su vocación?
No lo sé, me sigo preguntando lo mismo. Ahora escribo y dirijo y eso me lleva a una parte muy lúdica, y siento que no sé si es un complemento o voy a terminar abandonando la actuación y dedicarme a dirigir y escribir. Todavía estoy en esa disyuntiva. Sigo disfrutando ambas cosas pero siento que cuando entro a un proyecto me veo arrastrada a ello, cuando dirijo estoy metida en la dirección y no anhelo nada más.
- ¿Se ve siempre haciendo cine en su comunidad?
Sí. Ahora estoy escribiendo una historia en Ciudad de México pero siempre con el lazo a mi comunidad, donde también somos parte de la migración hacia las grandes urbes, y ese sería el siguiente proyecto.
- ¿Qué cineastas considera que le inspiran?
Me inspira Wong Kar-Wai, me mueve mucho su dinámica y sentí que hablaba también de su propia aldea. Kusturica también me gusta mucho, y compañeras del cine oaxaqueño como Luna Marán, Casandra Casasola o Yolanda Cruz. Recuerdo también una película llamada "La teta asustada", me conectó muchísimo con "La tiricia", que es una enfermedad del alma que la nombramos nosotros en mi pueblo.
- ¿Admitiría usted el calificativo de minimalista para su cine?
Sí, me gusta el cine que no me da respuestas, si no que me deja ciertas preguntas en el corazón. Siento que el cine para mí sigue siendo un espacio de reflexión profunda, antes de ser cineasta soy cinéfila y me gusta conectar con las historias. Creo que sí, que me gusta más ese cine que no tiene respuestas, que se está preguntando cosas todavía. Es un cine minimalista en la sensación, en esa experiencia de los sentidos por las imágenes que te llevan a otro lugar.
- ¿Cómo ve el momento actual del cine mexicano en cuanto a las ayudas públicas?
Hubo ajustes en el presupuesto. Con la pandemia tuvimos modificaciones sobre que era lo urgente. En ningún gobierno creo que lo urgente es la cultura. Sin embargo, hubo programas específicos, y esta película cuenta con uno de ellos que es estímulo para creadores indígenas y afrodescendientes. Esto nos ayuda mucho para fortalecer la diversidad de voces que hay en el cine mexicano, porque a pesar de la gran variedad de culturas del cine mexicano la mayoría de películas se hacían en la capital, o como mucho en Guadalajara y Monterrey. Estas nuevas políticas públicas abren el abanico a las comunidades, y sí se contempla una mayor diversidad en el cine. Ahora tenemos películas de toda la República.
- Por los movimientos indigenistas que están ocurriendo en México, ¿piensa que hay que combatir un cierto racismo temático en el cine mexicano?
Creo que sí, creo que vivimos en un país tremendamente racista y clasista, aparte de misógino, machista y centralista. Creo que hemos estado haciendo nuestro trabajo desde nuestros pueblos, pero nos veíamos muy solos en ese camino. Se están haciendo políticas públicas que pueden abrir eso, pero creo que falta un camino enorme por recorrer y que hay una resistencia por parte de la gente que antes recibía estos apoyos y se ven desplazados. Se están dando algunos pasos que nos ayudan desde las comunidades a poder tener una voz que nos represente en las distintas manifestaciones artísticas.
- ¿Puede contarnos algo más sobre ese próximo proyecto que se desarrollaría en la periferia de Ciudad de México?
Sí, se llama "Olvido" y es sobre una pareja de viejos que están perdiendo su relación y la memoria. En ese cúmulo de pérdidas, me interesa averiguar qué es lo que nos mantiene en la vida, aunque todavía no tengo una respuesta. Esto ha sido una continua reflexión a la hora de escribir el guión. Me preocupa mucho la vejez, también la mía.
Myriam Bravo
- ¿Cómo llegó a la película?
He trabajado con Angeles desde su primer proyecto de dirección, que fue "La tiricia". Y he ido acompañándola en cada uno de los proyectos que ella ha escrito y dirigido, y en el caso de Valentina tengo la fortuna de participar casi desde la escritura del guión, Ángeles conoce mi trabajo y he tenido la oportunidad de participar con el papel de la mamá de Valentina.
- ¿Nota la diferencia entre ser dirigida por una actriz y ser dirigida por alguien que solo es direct@r?
Pienso que sí, muchas veces los directores que no tienen formación actoral tienen muy confuso su lenguaje a la hora de dirigirnos. Creo que en el trabajo con Angeles, el hecho de que ella conozca nuestras herramientas de una manera muy generosa nos va guiando.
Transcripción: Alejandro González.
Sigue nuestras últimas noticias por X (TWITTER).