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La liberación sexual de las mujeres maduras es el tema central de "Memorias de un cuerpo que arde", el film de la costarricense Antonella Sudasassi que participa en la sección Panorama de la Berlinale. Este falso documental contempla de la evolución sobre la represión y aceptación de una sexualidad al servicio del hombre en su juventud, hasta la búsqueda del placer propio, un tema que el cine rara vez trata en las mujeres en edad de ser abuelas. NOTICINE.com habló en exclusiva con la cineasta tica sobre este trabajo que Sudasassi considera emociona y crea empatía intergeneracional.

- ¿Qué fue lo que le llevó a hacer esta película?
De alguna forma, después de haber hecho el "Despertar de las hormigas", me empezaron a surgir muchas preguntas de cómo habrá sido para mis abuelas. Y en ese momento yo ya no tenía a mi abuela materna y mi abuela paterna estaba como en el último cachito de la memoria. Entonces empecé conversando con ella, preguntándole cómo fue esto, cómo fue lo otro, pero ya no podía profundizar con ella, porque era como que me contaba lo mismo siempre y ya no podía ahondar en las conversaciones. Entonces decidí empezar a hablar con otras mujeres hablar y fueron casi dos años y medio de entrevistas. Busqué hablar con mujeres muy diferentes, de diferentes contextos. De alguna con muchísimos recursos económicos, educación alta, ¿verdad? Y luego con otras de tal vez no tantos recursos. Y empecé a encontrar muchas, muchos puntos de encuentro, o sea, muchas similitudes en cómo atravesaron y vivieron y experimentaron las diferentes cosas en sus vidas, las diferentes metamorfosis de una mujer en sus vidas. Es todo como lo que yo sentía. Esa metamorfosis, pues, la vivían desde lugares muy similares, como desde la frustración, la angustia, el desconocimiento, la desinformación, la incertidumbre. Entonces, bueno, yo dije, ok, aquí hay algo recurrente, hay algo muy interesante. Y ya después de dos años y medio, empecé a escuchar y a partir de ahí escribí el guion.

- Entonces, la mujer que le inspiró a hacer esta película, ¿de algún modo fue su abuela?
Fueron mis abuelas. Fue a partir de la conversación que tuve con ellas. Eso fue quizás lo que inspiró la película.

- ¿Por qué parece que dan miedo los deseos sexuales de las mujeres maduras?
Sí, yo creo que tendemos a santificar a nuestras madres, ¿no? O sea, a partir de cierta edad ellas son casi como vírgenes. De alguna manera se convierten en vírgenes nuevamente... o en santas. Es como esa figura materna que nos cuida, que nos protege, pero jamás pensarla como un ser sexual. Y bueno, yo quería desmitificar de alguna forma esa idea, y realmente preguntarles cómo habían vivido su sexualidad y cómo la viven ahora, cuando la gente piensa que ya no existe.

- Hábleme de la combinación de estilos en su película, de mostrar el artificio del cine antes de la acción ¿Cuál era su objetivo?
Realmente fue algo que fue surgiendo. Lo primero que empecé fue con las conversaciones. Yo empecé conversando con estas mujeres, pero muy desde el principio me dijeron que no quería salir en cámaras. Entonces ya presupone algo que tengo que resolver eventualmente. Es decir, me obliga a pensar cómo y qué voy a mostrar en pantalla, pero sí, fue muy interesante. O sea, incluso fue sorprendente para mí que fuera así como, no es que yo no quiero salir en cámaras, yo no quiero que me reconozcan, porque había un miedo a herir a las personas queridas, había un miedo a contar cosas. Digamos, o le dábamos cierta libertad a poder contar cosas y que no las reconocieran para no lastimar a sus hijos, a su ex marido, a su pareja. Entonces esa libertad nos permitió, creo que sí, ahondar muchísimo más. Cuando ellas ya saben que no van a salir en cámaras o que incluso me pidieron cambiar el pitch de las voces para que no las reconocieran del todo, ahí es donde ellas se encuentran con cierta libertad de contarme más a profundidad lo que querían contarme. Creo que había una necesidad de hablar, sin duda alguna. Les surgía contar sus historias. Y bueno, también fue un proceso yo creo que terapéutico para todas. Porque hay algo que yo cuento, que es que mucha de la investigación se hizo durante la pandemia. Entonces hablábamos una vez a la semana y era como cita terapéutica, cita psicológica tal vez. Ellas además estaban súper enclaustradas, digamos. O sea, no podían salir, eran adultas mayores, la familia ni las visitaba, casi que ni las llamaban. Y a veces me decían, es que sos la única persona con la que hablo toda la semana. Entonces era fuerte. Entonces yo creo que esa, a pesar de la distancia física, nos dio una intimidad que nos permitió hablar abiertamente sobre los mismos temas.



- ¿Por qué los subrayados en los monólogos de su personaje central? (lo dice la voz en voz, lo dice la actriz inmediatamente)?
Sí, yo creo que eso ya a la hora de escribir el guion, las escuché por primera vez cuando me lo contaban a mí, como que eran frases que yo decía, guau, ¿sabes? Un, ¿por qué no me escucharon? O sea, ese reclamo tan fuerte de, me pasó todo esto y cuando quise hablar, no me escucharon. Para mí era súper fuerte, ¿sabes? O el de la cruz, esa es la cruz que me tocó cargar, la de la culpa. Eran como cosas tan fuertes que yo decía, es que esto no puede pasar desapercibido. Entonces yo creo que por ahí había una búsqueda de subrayar este reclamo colectivo.

- ¿Cómo ve el futuro de las mujeres de su generación en cuanto a la satisfacción o insatisfacción sexual?
Yo creo que a pesar de las frustraciones, hay un sentimiento, digamos, en la película y en ellas en general, de que por suerte ya las cosas han cambiado, de que realmente, bueno, sigue habiendo un proceso de sanación, de cambio, pero que realmente va a ser distinto y está siendo diferente para ellas. Incluso ahora a sus 70, que ya ellas sienten la libertad de ser personas, de disfrutar su sexualidad, de decir, me vale todo. Y realmente disfrutar, ser felices, ser plenas.

- ¿La aparente libertad sexual que viven las jóvenes de hoy es real o esconde el mantenimiento de desigualdades fruto del machismo?
Qué difícil tirar juicios de valor sobre la libertad sexual aparente que existe ahora... Sin duda alguna, a diferencia de antes, hay muchísimas más informaciones. Antes, o sea, decir, no había asistido a internet, no se decía nada y no se hablaba de nada. Ahora, por supuesto que hay temas, y hay información. Ahora es que se hace con esa información, ¿no? Es decir, cómo se disfruta realmente de forma plena de la sexualidad.

- Sol Carballo, actriz en la película, ¿qué opina usted de ese tema?
Yo creo que sí, definitivamente, hay un empoderamiento. Actualmente de los cuerpos de las mujeres, o sea, de nuestros propios cuerpos, de nuestra propia sexualidad. Pero sigue habiendo caminos que recorrerse. Sobre todo, en relación con el machismo, ¿no? Porque las chicas están más empoderadas, y sí, tratan y lo logran, pero el cambio también tiene que venir por el lado de los hombres o compañeros. Bueno, compañeras, compañeres o compañeros.

- Antonella, ¿qué reacciones ha tenido la película en el festival? ¿Le ha gustado, conmovido, sorprendido?
El público ha sido amoroso. Muchas mujeres agradeciendo, y hombres también agradeciendo. Sí, la verdad que ha sido muy lindo. Mira, hasta nos sorprendieron dándole un ramo de rosas a Sol. La respuesta de la audiencia ha sido muy calurosa, y además muy conmovedora de alguna forma, porque se nos acercaban, muchas personas dijeron que la película les hizo reír, llorar, todo... La gente como que se siente cercana, y no sé... Se me acercó una chica diciéndome que necesitaba que su madre y su abuela vieran la película. "Yo me ofrezco a darles los subtítulos gratis en la traducción a rumano, pero necesito que la vean", me dijo. Entonces ha sido muy hermoso porque conecta con la gente y conecta con esa necesidad de establecer un diálogo con sus padres, con sus abuelas.

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