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La venezolana Mariana Rondón, ganadora de la Concha de Oro con "Pelo malo" hace once años, ha sido esta vez relegada al apartado paralelo Horizontes Latinos, donde ha estrenado mundialmente "Zafari", en la que la atención a un hipopótamo en un zoológico caraqueño desencadena una serie de eventos en un entorno cada vez más salvaje. NOTICINE.com habló en exclusiva con la cineasta.

- Cuéntenos un poco, ¿cómo surge esta historia? ¿Qué quiere contar?
Es un homenaje a Zafiro, que era otro hipopótamo que vivía ahí en el mismo lugar. Empezamos a escribir una historia de cómo puede llegar a ser este mundo. Queríamos hablar de violencia, de miedo y de cómo las pequeñas necesidades podían construir las grandes tragedias.

- En un tiempo récord pasa de ser más o menos bueno, con carencias, a apocalíptico, ¿no?
Pues sí, porque uno no puede llegar a la elipsis si no conoce el lugar ideal. Entonces, aquella luz hermosa y aquella agua azul cristalina solo sabe que le hacen falta una vez que ya las tiene, y yo necesitaba que el espectador ahora pasara por ese proceso de tenerlo en la retina a irlo adquiriendo.

- ¿Partía de una base real?
Lo que sí queríamos era no limitarlo a eso, a un país que no tuvo comida. El ser humano va y cae una y otra vez en esta misma crisis. Es una crisis recurrente a la que volvemos una y otra vez. Estamos perdiendo también la oportunidad de decir "oye, ¿qué está pasando?". Por supuesto que a mí personalmente me duele, pero quería verlo con un lente más grande, más angular. Por eso traté de construir una fábula que nos pudiera abarcar a todos.



-  ¿Hay cierto homenaje a estos animales que murieron en algún zoológico?
Hay un homenaje muy grande porque sucede en todas partes. Acaba de suceder en el zoológico de Ucrania, sucedió en la revolución francesa, sucedió en todas partes. Pero siempre en relación con el ser humano.

- ¿Fue difícil rodar con animales?
No, eso es una belleza. Justo ahora le decía a un compañero si se acordaba cuando el animal se volteaba mientras lo estábamos filmando. Me veía y pensaba “no puede ser de verdad, me está viendo de verdad y me está reclamando”.

- ¿La película le ha quedado como usted quería o se ha ido transformando durante el rodaje?
Estoy sorprendida porque ayer estuve reunida con un grupo que leyó el guion desde el inicio y que, además, participaron económicamente en la película, y me decían “es idéntica al guion”. Eso me ha sorprendido porque no es verdad, no es idéntica, pero ellos no han sentido que cambiara nada.

- ¿Quería una especie de película de terror o no?
Esa fue la intención durante todo el tiempo. Quería coquetear con los géneros porque voy a confesar que, después de todo, lo que quería hacer era una película sobre el miedo, tanto el que se puede superar como el que no. El miedo le da la fuerza al personaje para romper con todo, entonces, para mí, el miedo era algo importante y quería dejarle al espectador la posibilidad de que, si quería, pudiera tomar la película como de terror.

 - ¿Y se ve dirigiendo algún proyecto de terror?
Sí, sí. Creo que tengo buena mano para el terror. Hay un proyecto ahora que no es de terror, ¿o sí? Digamos que es de terror, pero no de género.

- ¿Cómo se siente cuando viene a promocionar películas a festivales? ¿Le gusta o le da pereza?
No sé si es pereza, es más bien timidez, porque yo disfruto mucho armando este mundo y este universo, pero la autopromoción sí me cuesta.



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