San Sebastián: Leonardo Sbaraglia abduce al público y Johnny Depp complica a reporteros

por © Carolina G.Guerrero (San Sebastián)-NOTICINE.com
Sbaraglia, Lerman y Mónica Ayos (ASG)
Sbaraglia, Lerman y Mónica Ayos (ASG)
Llegando al ecuador del Zinemaldia, con las estrellas internacionales que llegan con cuentagotas (Johnny Depp hizo acto de presencia para presentar su último trabajo como director), una especie de biopic de Modigliani... de la que más tarde hablaremos. En lo que refiere a la Sección Oficial del martes, se presentó -recién llegado de Toronto- lo último de Diego Lerman, "El hombre que amaba los platos voladores", y que tiene como protagonista indiscutible al espectacular Leo Sbaraglia.

La cinta de Lerman es todo un espectáculo en sí misma: el espectáculo de la televisión, de las noticias sensacionales y sensacionalistas, de un reportero y casi showman que se deja la piel en conseguir lo novedoso, en llevar lo último, aunque no exista, a los hogares de los televidentes. Acompañado de su inseparable cámara, este hombre es José de Zer, un Quijote argentino, y su Sancho es un camarógrafo llamado Chango, con esa frase que en la Argentina todo el mundo usa: "¡Seguime, Chango!".

Todo lo que se cuenta en esta película ocurrió en los años 80, en la región argentina de Córdoba, donde creyeron ver avistamientos de OVNIs. Bueno, en realidad lo que vieron fue un círculo en el suelo, en un cerro, y de ahí pues aquello fue creciendo, y creciendo, de la mano de los reporteros televisivos que aportaron sus mejores artes para que la realidad no estropeara una larga serie de reportajes, hasta que se convirtió en algo desmesurado que se desparramó por todos lados.



"El hombre que amaba los platos voladores", desde luego, entretiene. Muy bien ambientada y con Leo clavando el personaje de José de una manera apabullante. Estamos ante el actor que merecería llevarse la Concha a mejor interpretación de este año. El argentino está inconmensurable, arrebatador de talento, calcando a Zer y dando lo mejor en este papel tan complicado.

El personaje central, como bien dijo su director en la rueda de prensa, es un personaje casi mitológico en la Argentina entre los años 70 y 80, y que se hizo popular, como bien ilustra Lerman, en supuestos avistamientos en el cerro Uritorco de Córdoba.

El tono de comedia, un tanto agridulce y con ritmo, hace de este trabajo del director argentino una cinta imprescindible y que no hay que perderse.
La cinta se rodó en un viejo pueblo minero llamado La Carolina. Según Leonardo, es un lugar parado en el tiempo, donde pasó de todo, y nada bueno.

La película ha gustado, aplausos al final de la proyección de una cinta que por momentos es trepidante. Lerman parece que acierta de nuevo con esta historia real llevada a la gran pantalla.

Ojalá que el jurado valore la interpretación de este actor que siempre lo da todo, y se lleve esa Concha.

Y continuando con Johnny Depp, llegó a satisfacción de sus fans, y los atendió muy amablemente. En la posterior rueda de prensa, Depp estuvo encantador. Sus actores comentaron que como director es muy humano, a la par que exigente. Él no ha pasado penurias como el artista del que ha contado su vida. Relata que comenzó en esto por casualidad, casi por accidente.

Y ahora en San Sebastián presenta fuera de concurso "Modi, Three Days on the Wing of Madness", una película que comienza con fuerza, pero que la va perdiendo según avanza, aunque se deja ver, y por supuesto tendrá sus adeptos e incluso adoradores.

Los amantes del artista italiano pueden acercarse a esta visión de Depp, que parece renacer una y otra vez de sus cenizas, reinventándose, ahora como director, volviendo a este festival en olor de multitudes.

Un certamen en el que su director apuesta siempre por recibir a este artista bohemio, que hace las delicias de los fans y de la prensa (aunque las restricciones en las entrevistas por parte de sus publicistas provocaron el plante de varios reporteros internacionales).

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