San Sebastián: La dura vida de la clase trabajadora londinense y el mensaje de acogida de Pedro Almodóvar
- por © Carolina G.Guerrero (San Sebastián)-NOTICINE.com
Ya en sus últimas jornadas, el festival donostiarra está siendo visitado por bastantes celebridades, como Pamela Anderson, Tilda Swinton, Monica Bellucci acompañada de su pareja Tim Burton, Paolo Sorrentino, que nos ha deleitado en la sección Perlas con esa preciosa y emocional película titulada "Parthenope" (de la cual hablaremos cuando se acerque su estreno), Gia Coppola, Mike Leigh y, por supuesto, Pedro Almodóvar, quien recibe este jueves su premio Donostia con la presencia del presidente del gobierno, algo inusual en estos actos e incómodo para los medios que cubren esta gala, por razones obvias.
Pero ahora lo que nos ocupa son las cintas que concursaban por la Concha de Oro. La británico-española "Mi única familia / Hard Truths", de Mike Leigh, es una de ellas, y muy posiblemente una de las favoritas al preciado galardón, pues tiene muchos componentes que la hacen merecedora de este premio.
El último trabajo del británico Leigh, conocido por su cine social, narra la historia de una familia, y sobre todo de la madre, un ama de casa cansada, amargada y harta de su vida, que carece de sentido. Se queja todo el tiempo, nadie la entiende, su marido está ausente y pasa muchas horas extra en una empresa de reformas, mientras que su típico hijo adolescente se refugia en un microhábitat aparte, evadiéndose de la realidad cotidiana.
De esto precisamente trata esta película, de la cotidianidad de una familia de color en un barrio periférico de Londres. La protagonista, interpretada por la gran actriz Marianne Jean-Baptiste, es una mujer acostumbrada a ser lo que le han enseñado, moviéndose en un medio hostil donde los blancos siempre tienen las de ganar. Aparte de su continua frustración, esta mujer no descansa, vive instalada en el terror, en el miedo a todo. El director de "Secretos y mentiras" sabe captar muy bien las sutilezas y el interior de sus personajes; en este caso, lo borda, y le da un ritmo y una credibilidad absoluta a este relato social, donde también muestra los problemas sociales que enfrentan muchas familias que viven en algunos barrios de la capital londinense.
Esta cinta ha gustado muchísimo, y tiene, como puede comprobarse al verla, muchas posibilidades de estar en el palmarés final de un festival en el que se intenta que todo esté en su sitio, aunque la realidad sea otra. Aquí en el Zinemaldia también se crea mucha periferia, todo como en la vida real...
Y como todo está un poco extraño al final de este festival, la película del día es esta británica, ya que el resto de la jornada está dedicada al premio Donostia de Pedro Almodóvar, quien viene de Venecia con un León bajo el brazo y su "La habitación de al lado", que se proyecta por primera vez en España después de que el director manchego recoja este merecido premio a su trayectoria como director.
En su previo encuento con la prensa, el manchego habló y mucho de uno de sus temas favoritos: el ambiente político español, y en concreto, las polémicas de las derechas sobre la emigración. Tras afirmar que todas sus películas "son políticas sin serlo", ya que hablan de libertad, Almodóvar mostró su indignación por la cosificación que se hace de los emigrantes que llegan en pateras (pequeños barcos) a Canarias y otras costas españolas, especialmente a los menores: "Esos niños que vienen no acompañados o cualquier migrante, es una barbaridad que se les trate así. Es profundamente estúpido porque un niño invadiendo España no tiene el menor sentido. Es tremendamente injusto".
Agregó que la acogida debería ser justamente la opuesta, porque "somos un país envejecido y serían sangre nueva para rejuvenecer España. Además, hay varios problemas que se solucionarían".
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Pero ahora lo que nos ocupa son las cintas que concursaban por la Concha de Oro. La británico-española "Mi única familia / Hard Truths", de Mike Leigh, es una de ellas, y muy posiblemente una de las favoritas al preciado galardón, pues tiene muchos componentes que la hacen merecedora de este premio.
El último trabajo del británico Leigh, conocido por su cine social, narra la historia de una familia, y sobre todo de la madre, un ama de casa cansada, amargada y harta de su vida, que carece de sentido. Se queja todo el tiempo, nadie la entiende, su marido está ausente y pasa muchas horas extra en una empresa de reformas, mientras que su típico hijo adolescente se refugia en un microhábitat aparte, evadiéndose de la realidad cotidiana.
De esto precisamente trata esta película, de la cotidianidad de una familia de color en un barrio periférico de Londres. La protagonista, interpretada por la gran actriz Marianne Jean-Baptiste, es una mujer acostumbrada a ser lo que le han enseñado, moviéndose en un medio hostil donde los blancos siempre tienen las de ganar. Aparte de su continua frustración, esta mujer no descansa, vive instalada en el terror, en el miedo a todo. El director de "Secretos y mentiras" sabe captar muy bien las sutilezas y el interior de sus personajes; en este caso, lo borda, y le da un ritmo y una credibilidad absoluta a este relato social, donde también muestra los problemas sociales que enfrentan muchas familias que viven en algunos barrios de la capital londinense.
Esta cinta ha gustado muchísimo, y tiene, como puede comprobarse al verla, muchas posibilidades de estar en el palmarés final de un festival en el que se intenta que todo esté en su sitio, aunque la realidad sea otra. Aquí en el Zinemaldia también se crea mucha periferia, todo como en la vida real...
Y como todo está un poco extraño al final de este festival, la película del día es esta británica, ya que el resto de la jornada está dedicada al premio Donostia de Pedro Almodóvar, quien viene de Venecia con un León bajo el brazo y su "La habitación de al lado", que se proyecta por primera vez en España después de que el director manchego recoja este merecido premio a su trayectoria como director.
En su previo encuento con la prensa, el manchego habló y mucho de uno de sus temas favoritos: el ambiente político español, y en concreto, las polémicas de las derechas sobre la emigración. Tras afirmar que todas sus películas "son políticas sin serlo", ya que hablan de libertad, Almodóvar mostró su indignación por la cosificación que se hace de los emigrantes que llegan en pateras (pequeños barcos) a Canarias y otras costas españolas, especialmente a los menores: "Esos niños que vienen no acompañados o cualquier migrante, es una barbaridad que se les trate así. Es profundamente estúpido porque un niño invadiendo España no tiene el menor sentido. Es tremendamente injusto".
Agregó que la acogida debería ser justamente la opuesta, porque "somos un país envejecido y serían sangre nueva para rejuvenecer España. Además, hay varios problemas que se solucionarían".
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