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La película "Sobre las olas", dirigida por Horacio Alcalá y protagonizada por Ángeles Cruz, tuvo su estreno en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), en su actual edición número 40. El largometraje compite en dos secciones del certamen: el Premio Maguey, centrado en temáticas LGTB, y Hecho en Jalisco, que reconoce producciones con raíces locales.

Rodada en un 90 en locaciones de Los Altos de Jalisco y el Lago de Chapala, la cinta es una coproducción entre México, España y Francia, respaldada por Film Jalisco y Estudios Churubusco Azteca. El proyecto fue producido por Aitor Echeverría para The Aurora Project, y cuenta con un elenco en el que destacan, además de Cruz, Roko, Nacho Guerreros, Diego Landaluce, Alejandra Herrera, Costanza Andrade y el bailarín Joaquín de Luz.

La historia se sitúa en la isla ficticia de Magdala, donde dos mujeres enfrentan transformaciones vitales en medio de un ambiente cargado de simbolismo. Por un lado, Gloria Zamora, una madre que busca prosperar para su hijo, comienza a mostrar una ambición que la aleja de su comunidad. Por otro, Rocío Aldama, una actriz española que sueña con interpretar a Sara Montiel, viaja a la isla y queda atrapada en su atmósfera incierta, donde las voces del entorno y los deseos ocultos entrelazan lo real con lo imaginado.

El guion, concebido a partir de una idea de Alcalá y escrito por Ángeles Cruz, nació —según el director— de una experiencia onírica. "Un día tuve un sueño con lo que terminaría siendo la escena final de ‘Sobre las olas’. Le conté mi sueño y así se construyó el guion", relató. La colaboración entre ambos fue fundamental en el desarrollo de los personajes. "Ángeles tenía clara la idea sobre que estos personajes no serían de plástico, pues debían tener corazón; y así lo hicimos", señaló.

Desde el inicio, el equipo buscó contrastar el realismo de los personajes con elementos fantásticos propios del realismo mágico, un lenguaje cinematográfico que Alcalá ya había explorado en su anterior filme, "Finlandia". "Me gusta mucho el realismo mágico, creo que se me puede dar bien. Somos de la tierra de Juan Rulfo, y hay cosas que traemos en la sangre. Esta cinta empieza como cine costumbrista, pasa por el realismo mágico y termina en el surrealismo", explicó.



Uno de los elementos distintivos del film es su banda sonora, compuesta por el ensamble noruego Trondheim Voices, especializado en jazz experimental. La música fue realizada íntegramente a través de improvisación vocal. Alcalá explicó que estas voces femeninas representan "los pensamientos internos universales" y que integrarlas con la trama fue uno de los mayores retos narrativos.

"Sobre las olas" no solo se construyó desde una perspectiva personal, sino también desde lo territorial. Filmada en lugares como Tepatitlán de Morelos, Ferrería de Tula (Tapalpa), Ajijic y el Lago de Chapala, la película tiene un fuerte anclaje en la geografía jalisciense. "Las vacas que aparecen son las de mi papá. Rodamos en su rancho", contó Alcalá. A pesar de algunas escenas filmadas en España y Francia, el grueso del rodaje se concentró en México. "En Europa solo grabamos cuatro escenas: una casa de un vecino en Madrid, la Filmoteca y una calle".

El proceso de producción también implicó desafíos técnicos y culturales, sobre todo por la mezcla de equipos mexicanos y europeos. "Había palabras que no se entendían entre ellos, porque significaban cosas distintas", explicó. Sin embargo, contar con el mismo equipo de "Finlandia" facilitó el trabajo. Otro punto clave fue el respaldo económico de Filma Jalisco, que ofreció incentivos a la producción. "Fuimos de los primeros en recibir el cash rebate. Acababa de salir ese año, aplicamos y nos vino muy bien. La verdad es que Filma Jalisco nos salvó", dijo sin rodeos.

El director, originario de Jalisco y exintegrante del Cirque du Soleil, considera que el estreno en el FICG tiene una carga simbólica particular. "Es el mejor festival para nosotros, el que más visibilidad nos da. La película va sobre coincidencias, y yo creo que todo ha sido una coincidencia: el 40 aniversario del FICG, que yo sea de Jalisco, que la película esté rodada aquí, estrenada aquí".

Respecto a la recepción internacional, Alcalá es consciente de que ciertos elementos de la narrativa podrían no ser comprendidos fuera del contexto mexicano. "Creo que muy difícilmente se va a entender en Europa por el tema y por las situaciones, porque estarán catalogadas como brujería o cosas así. Pero para nosotros son parte del día a día".

En la trama, la figura del cura Don Marcario se pliega a los deseos de Gloria, quien manipula a su entorno a medida que gana poder. La hija de Gloria, Trinidad, actúa como narradora y también como conciencia del relato, con un monólogo interior que juzga los actos de su madre y guía al espectador en una atmósfera donde lo real y lo simbólico se confunden.

"Sobre las olas" se construye desde un imaginario particular, en donde las voces se convierten en presencia y la tierra en personaje. "La inspiración proviene de mis propias vivencias", confesó Alcalá. "Era una vida sencilla, pero siempre sentí que había algo más allá de lo visible".

La película es, en sus palabras, una exploración sobre "cómo el poder y el dinero pueden transformar a personas comunes", y cómo esas transformaciones, a veces sutiles, a veces violentas, se reflejan en la comunidad, en el paisaje, y en las voces que no siempre se escuchan, pero que nunca dejan de hablar.

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