Mayra Hermosillo se sincera con NOTICINE.com sobre el lado menos glamouroso de su debut en la realización, "Vainilla"

por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
Mayra Hermosillo (BT)
Mayra Hermosillo (BT)
La actriz mexicana Mayra Hermosillo debutó como realizadora este mismo mes en Venecia, con "Vainilla", un drama con varias generaciones de mujeres de una misma familia, la misma de Hermosillo, que también escribió el guión. Pronto la cinta continuará su periplo por otros festivales internacionales, incluyendo los de Morelia, Sao Paulo, Toulouse y Huelva. La cineasta lagunera, que ya tiene un segundo guión terminado, contó a NOTICINE.com en exclusiva y con desbordante sinceridad cómo está resultando su primera experiencia tras la cámara.

- ¿Qué tal le fue en Venecia?
Pues yo digo que muy bien. No esperaba como tanta... Bueno, ni esperaba nada, la verdad. Es cierto que estaba muy nerviosa. Era la primera vez que presentaba la película y no tenía la experiencia de estrenar la película con tantas personas que no conozco. Eso para mí sí fue muy fuerte. Y al día siguiente, cuando leí las reseñas, no esperaba que una gente conectara de esa manera con la película, muy bien.

- A la hora de empezar todo este proceso, en un momento en que no recibía tantas ofertas como actriz ¿qué le resultó lo más difícil al escribir el guión?
¿Qué realmente contar de la historia? ¿Cómo contarla? A ver, si bien había escrito dos cortometrajes, de verdad, una cosa es escribir 15 páginas y otra cosa es aventarte con 90 o 95 páginas. Y como que fue muy difícil también, voy a decir algo que parece de terapia, pero fue difícil como ir borrando la "parte víctima" de mi historia. ¡Ay, pobre de mí que no tuve papá! ¡Ay, pobre de mí que no hubo presencia masculina en casa! ¡Ay, pobre de la violencia que se ejerció ante la familia no tradicional! Dije, no, no, o sea, como que eso fue muy difícil de darme cuenta, como yo por mucho tiempo me sostuve de esas ideas. Y al escribir el guión dije no más, ya no quiero. Más bien, de verdad quiero encontrar el poder de haber vivido lo que viví, con quien lo viví y con quien no estuvo también. Y eso a mí me dio mucho miedo. Por esas ideas que te vas generando con los años y te vas sosteniendo para poder existir y decir, bueno, ¿quién soy yo? Yo soy una persona que no tuvo papá. Y entonces desde esa lástima conectar con otras personas. Y la verdad es que dije, ya no quiero, de verdad.

- De alguna manera las mujeres de su familia fueron quienes ocuparon esos vacíos...
Sí, tuve mujeres increíbles en mi vida, con sus debilidades, con sus oscuridades y también con tantas ganas de vivir y otras que tampoco tenían muchas ganas de vivir. Y más bien me agarré de ahí, ¿sabes? Fue hermoso verlas en otros cuerpos, con otras voces, en el set, pero volverlas a ver, ¿no? Porque mi abuela, mi bisabuela y mi tía ya no viven y volverlas a escuchar... Te juro que era como si vinieran a darme una lección después de muchos años. Y fue hermoso volverlas a ver vivas, aunque fuera ficción, verlas vivas, verlas ahí conviviendo como convivíamos hace muchos años. Me dio otra perspectiva de lo que yo me había generado para construirme a mí.



- ¿Se puede decir que la película es una especie de exorcismo de su pasado?
Totalmente. Y de lo que yo creía de los hombres. Me di cuenta también en la película que conviví con todas estas mujeres que al mismo tiempo que yo crecía, pues ellas tenían sus noviazgos, ¿no? Y tenían sus relaciones con sus amores. Unas terminaban, otras no. Pero claro, yo aprendí a ver lo que creía que era el amor. Lo que yo vi fue como las experiencias de ellas que yo adjudiqué, yo las definí como el amor. Y a través de la película me di cuenta que me tocaba hacer mi propia experiencia con los hombres. No de lo que yo había visto, no de lo que yo había aprendido, no de lo que yo había significado con el crecimiento junto a ellas. Sino ya me tocaba a mí. Y claro, me di cuenta a mis 35. A esa edad pensé, caray, he vivido 35 años de mi vida con una filosofía hacia los hombres que no me pertenece. A partir de ahora me toca a mí descubrir quiénes son los hombres en mi universo. ¿Cómo son? ¿Qué significan? ¿Qué lugar tienen? Y te juro, ha sido una cosa muy fuerte porque los hombres que orbitaban mi presente antes de ese momento, muchos salieron de mi vida. Ahora están llegando otros hombres que probablemente hace 5 años no me hubieran llamado la atención de ninguna manera, ni creativamente, ni amorosamente, ni de nada. Y digo, ¡órale! ¡Guau! ¿Cómo se va curando poco a poco la conciencia, no?

- ¿Y cree que la película va a ser importante en ese proceso de curación?
Totalmente, totalmente. Para mí... Yo creo que ya ahorita pasó a otro lugar la película dentro de mi proceso. Te juro que sigo sin entender. O sea, fue una familia, fuimos una familia con muchas carencias económicas, ¿no? Y hacer la película ha sido lo mismo. Ha sido una producción económicamente muy carente. Pero en cuestión humana ha sido muy rica y muy afortunada. Yo creo, o más bien estoy segura, que sin las personas que confiaron en mí y que me quieren y que por eso hicieron la película, la película no sería, te juro, no tendría ni ese corazón ni esa calidad, ni nada. Porque no había dinero. No había dinero. Se levantó con un apoyo del gobierno, pero al ser ópera prima te dan mucho menos y era un estímulo bastante chiquito, 250 000 euros. Y luego nuestro productor Stacy, que él de verdad también otra persona que ha confiado mucho en mí, también puso otra parte, pero es que no pasaba de los 500 mil euros la producción, ¿sabes? Para mí ha sido como, qué loco que me está tocando levantar la película de la misma manera en la que realmente vivimos en su momento de la familia, con una carencia.

- ¿De dónde viene el título?
De esas precariedades, todo el tiempo buscando cómo sacar y por eso el postre, ¿no? Por eso "Vainilla". En mi casa de verdad tenías que esforzarte muchísimo y hacer tus ahorritos para tener postre. Yo sabía de niña que cuando había postre en casa era porque mi mamá había ahorrado. Como si fueran los domingos que te daban las abuelas. Yo lo sabía. Y claro, eso también en terapia me cambió porque dije, claro güey, yo tengo en mi cabeza súper instalado que hay que esforzarse un chingo para tener un instante de dulzura o de tranquilidad o de calma. Y eso ya no lo quiero tampoco en mi vida. Por un lado piense qué bien que nos esforzamos, pero al hacer esta película y decir, güey, cuánto puto esfuerzo, güey, vas a hablar con uno, vas a hablar con otra, vas a pedir, a pedir... finalmente para hacer una película de una hora y media. Que la gente o la puede destruir o va a hacer lo que quiera con ella, porque ya no nos pertenece, ya no... Yo agradezco no haber nacido en una familia adinerada, porque en verdad también tuve la suerte de crecer con personas bastante humanas, ¿no? Si me hubiera tocado estar jodida económicamente y además estar en una casa violenta por todos lados, yo creo que quién sabe quién sería ahorita.

- Y quizás aprecie mucho mejor las cosas buenas que le pasan porque no viene de estar familiarizada con eso...
Totalmente. Por ejemplo, yo no sé cómo actúa el cerebro, de verdad, te lo juro, porque, a ver... opera prima, pero yo no estudié dirección. Claro, como actriz aprendes mucho a observar, o sea, aprendes a estar en un set y como que he sido autodidacta en ese aspecto, ¿no? El haber estado ya en Venecia para estrenar en una competencia, yo ya ni me la podía creer. Era vivir un sueño.

También debió de ser una presión...
Llego a Venecia, vivimos otro sueño y le va bien a la película. Yo ni había pensado en los premios, Jon, yo ni había pensado en nada, pero le va bien a la película y en ese momento, ¿sabes qué me pasó en el cerebro? Me dije, güey, yo no creo esto que está pasando, la única forma en la que yo voy a creer que esto es real es ganándome un premio. Si no me gano el premio es porque esto es una farsa, porque yo no soy suficiente, porque claramente yo no tengo esa calidad, yo no tengo ese lugar, yo no me lo merezco... No sabes qué mal me traté... Tuve que entrar a terapia terminando el festival. Me plantee ¿por qué te tratas así? ¿Por qué te dices esas cosas? Si viajaron 30 personas, desde la Ciudad de México, de Austin, Texas, de París, de España... para estar en el estreno de la película. Éramos 30 personas entre que habían hecho la peli y entre amistades mías muy cercanas que se habían pagado su vuelo, que estaban pagando su hospedaje, que estaban haciendo toda una inversión para poder acompañarnos en ese día tan especial. Y yo, en 3 segundos lo hice chiquito diciendo no, pero no me es suficiente hasta que no me validen personas que no conozco. Fue muy fuerte, muy fuerte, darme cuenta de lo que puede generar el sistema, nuestra industria, que pareciera que nunca es suficiente. Me doy cuenta que podemos ser devorados por la parte del ego, de las inseguridades, de los miedos...

- Probablemente en México hay una mayor segregación entre el mundo masculino y el mundo femenino, ¿no?
Sí, sí, es muy heavy. Imagínate, yo estaba haciendo una serie como actriz y llegó uno de mis colegas que era el protagonista de este proyecto y me dice: "Mayra, obviamente sabemos por qué tú estás aquí, o sea, porque eres como la cuota de la plataforma... Eres mujer y necesitan poner a otra protagonista, pero tú eres la cuota, sí lo sabes, ¿no?". ¡Wow!, o sea, qué fuerte que tu colega en vez de decir mira, por donde sea, me da gusto que estés aquí, pero que te digan que eres "la cuota femenina". Lo que sí siento es que definitivamente en México hay más productores que productoras, hay más actores que actrices... Hay muchos más hombres con el poder de decidir todavía y las mujeres nos vamos abriendo un paso, pero también es muy duro, porque sí siento que hay todavía en la industria. No te puedo hablar fuera de mi industria porque yo veo que gracias a las mujeres que hablan, gracias a las mujeres que marchan, que hacen sus libros, sus tesis, su todo... Yo puedo cuestionarme cosas que nunca me había cuestionado sobre mí como mujer en la sociedad, con los hombres y eso se lo agradezco en persona, que puedo leer, que puedo ver en los medios y que te hacen cuestionarte por lo que expresan.

- Después de Venecia, ¿cuál va a ser el siguiente festival para su película?
Nos vamos a Morelia, ese es el estreno en México, y luego nos vamos a Sao Paulo y luego ya nos invitaron al GLAF en Estados Unidos, que para mí el GLAF, yo sé, yo sé que ha sido todo un tema, porque no es un festival grande y vamos a perder que si Miami, que si Vancouver... No sé qué tanto desmadre traen, pero yo digo, para nosotros el GLAF y Guadalajara nos han ayudado desde la escritura del guión y luego en el work in progress, gracias a ellos pudimos hacer la corrección del color, los efectos visuales, el diseño sonoro y me parece un acto de agradecimiento que hay veces en que tienes que hacer a un lado el laurel de no sé dónde y poder agradecer que gracias a ellos también tu película existe y está en donde está, entonces nos vamos al GLAF en Estados Unidos y el estreno en España es en Huelva.

- ¿Está pensando en una segunda película?
Sí, sí, ya la tengo escrita, hay que seguir con la historia. En este momento nada tienes comprado, no, nada. La gente te dice: "Ay, estrenaste en Venecia" y ponen expectativas de... "a partir de Venecia". Les digo, de verdad, déjenme en paz con las expectativas. A lo mejor nadie me llama, a lo mejor me quedo en una película para toda mi vida. No quiero entrar en ese lugar en el que ya quiero sacar la siguiente porque aunque ya está escrita, pedimos apoyo económico del gobierno de estos estímulos que hay y, por ejemplo, ya nos acaban de dar la noticia de que no quedamos seleccionados la semana pasada. Ya llevo cinco rechazos de este estímulo, cinco, este es mi quinto. A "Vainilla" me la rechazaron cuatro veces, dos en producción, dos en postproducción y este nuevo guión es la primera vez que lo rechazan, o sea, el proyecto en sí, por lo que sea.

- ¿Le inquieta esta incertidumbre?
Como que en la primera peli dices, ok, va, con todo el ánimo y hablas con la gente y dices, güey, pues esto fue lo que nos dieron, o sea, el apoyo chiquito y la gente dice que sí, pero siento que ya una segunda vez yo llegar con la gente a poner mi cara y decir, otra vez te voy a pagar dos pesos es que me van a cachetear. Me van a decir, señora, la primera sí, pero la segunda ya no te pases de lanza, con lo cual estoy de acuerdo. Pero es muy fuerte porque confío o estoy muy tranquila en decir, güey, si no salió ahorita es ganancia, ganancia en que puedo mejorar el guión, podemos mejorar muchas cosas, entonces estoy tranquila.

- ¿Tienen distribución ya en México?
No, en México estamos viendo todavía. Estamos viéndose hablar con Pimienta (una distribuidora de cine independiente), pero no sé cómo va eso...

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