Encamina Cinema Jove su recta final con interesante cine internacional
- por © Ana López Belda (Valencia)-NOTICINE.com
23-VI-05
El Festival Internacional Cinema Jove de Valencia ha atravesado ya su ecuador. Esta 20ª edición ha traído producciones muy diferentes entre sí, pero todas ellas de alta calidad. Abundan las ideas frescas que acercan al público a las salas de proyección. Obviamente no podemos decir que las salas se llenen tanto como en un cine comercial un sábado por la noche. Pero hay que tener en cuenta muchos factores. En primer lugar, hay bastante gente que realmente no sabe en qué consiste un festival de cine,por lo que ven los carteles publicitarios pero éstos no les dicen nada. De aquellos que suelen acudir a este tipo de eventos,si no todos, la mayoría estudian o trabajan.
Quizás la fecha no es la más adecuada para los estudiantes, que están en plenos exámenes. En cuanto a la gente que trabaja, sólo pueden acudir, como mucho, a las dos últimas sesiones. Y es ahí donde se ve el efecto: En las sesiones matinales que se programan (pases para prensa abiertos al público) no hay público no profesional prácticamente. En la primera sesión, la de las cuatro de la tarde, "la hora de los valientes", como la definió el otro día un espectador en el ascensor hacia una de las salas de proyección, apenas doce personas dispersas observan la película con atención. En la sesión de las seis se amplía más el aforo. Y es definitivamente en la de las ocho y la de las diez y media cuando la sala prácticamente se llena. Lo curioso del tema es que da igual la película que se proyecte, lo fundamental es la hora. A la gente que disfruta de los festivales le gusta ver buen cine, y como el programa está bien diseñado la gente acude.
Las películas que se han presentado en estos días de la Sección Oficial, por otra parte, han dejado un buen sabor de boca. "El amor (Primera parte)", de Alejandro Fadel, Martin Mauregui, Santiago Mitre y Juan Schnitman (Argentina. 2004), interesante cinta rodada a ocho manos, que nos cuenta la evolución de una historia de amor, desde el enamoramiento hasta la ruptura. Desprende frescura y agilidad en su modo de contar la historia y nos presenta unos personajes bien trabajados, capaces de transmitir sensaciones.
"Hamasa Haaroch", de Eran Kolirin (Israel. 2004), que lejos de ser una película típica, nos muestra una historia circular contada en un solo día. En ella vemos unos cuantos personajes centrales (parte de la misma familia) que se mueven por una ciudad tratando de resolver sus conflictos internos pero sin conseguirlo.
"Der wald vor lauter bäumen", de Maren Ade (Alemania. 2004) es la historia de una joven profesora de pueblo que empieza a trabajar en un instituto de la ciudad e intenta traer nuevos aires a la escuela, aunque no consigue adaptarse.
"Im norwind", de Bettina Oberli (Suiza. 2004), nos acerca la historia de una familia normal en la que hay más problemas de los que parecía en un principio. El padre en paro, no se atreve a confesar su pérdida de empleo, la madre presenta una gran inestabilidad emocional y la hija un carácter difícil. Esta situación provoca un gran vacío de comunicación que conseguirá crear conflictos en el seno familiar.
En cuanto al resto de la programación, también parece estar gustando al público. Los comentarios tras las proyecciones de Jiri Menzel hacen especial alusión a la calidad de su obra cinematográfica. Y los cortometrajes siguen aportando ideas originales y buen hacer...
En resumen, Cinema jove continúa en la línea que había empezado: progresa adecuadamente.
El Festival Internacional Cinema Jove de Valencia ha atravesado ya su ecuador. Esta 20ª edición ha traído producciones muy diferentes entre sí, pero todas ellas de alta calidad. Abundan las ideas frescas que acercan al público a las salas de proyección. Obviamente no podemos decir que las salas se llenen tanto como en un cine comercial un sábado por la noche. Pero hay que tener en cuenta muchos factores. En primer lugar, hay bastante gente que realmente no sabe en qué consiste un festival de cine,por lo que ven los carteles publicitarios pero éstos no les dicen nada. De aquellos que suelen acudir a este tipo de eventos,si no todos, la mayoría estudian o trabajan.
Quizás la fecha no es la más adecuada para los estudiantes, que están en plenos exámenes. En cuanto a la gente que trabaja, sólo pueden acudir, como mucho, a las dos últimas sesiones. Y es ahí donde se ve el efecto: En las sesiones matinales que se programan (pases para prensa abiertos al público) no hay público no profesional prácticamente. En la primera sesión, la de las cuatro de la tarde, "la hora de los valientes", como la definió el otro día un espectador en el ascensor hacia una de las salas de proyección, apenas doce personas dispersas observan la película con atención. En la sesión de las seis se amplía más el aforo. Y es definitivamente en la de las ocho y la de las diez y media cuando la sala prácticamente se llena. Lo curioso del tema es que da igual la película que se proyecte, lo fundamental es la hora. A la gente que disfruta de los festivales le gusta ver buen cine, y como el programa está bien diseñado la gente acude.
Las películas que se han presentado en estos días de la Sección Oficial, por otra parte, han dejado un buen sabor de boca. "El amor (Primera parte)", de Alejandro Fadel, Martin Mauregui, Santiago Mitre y Juan Schnitman (Argentina. 2004), interesante cinta rodada a ocho manos, que nos cuenta la evolución de una historia de amor, desde el enamoramiento hasta la ruptura. Desprende frescura y agilidad en su modo de contar la historia y nos presenta unos personajes bien trabajados, capaces de transmitir sensaciones.
"Hamasa Haaroch", de Eran Kolirin (Israel. 2004), que lejos de ser una película típica, nos muestra una historia circular contada en un solo día. En ella vemos unos cuantos personajes centrales (parte de la misma familia) que se mueven por una ciudad tratando de resolver sus conflictos internos pero sin conseguirlo.
"Der wald vor lauter bäumen", de Maren Ade (Alemania. 2004) es la historia de una joven profesora de pueblo que empieza a trabajar en un instituto de la ciudad e intenta traer nuevos aires a la escuela, aunque no consigue adaptarse.
"Im norwind", de Bettina Oberli (Suiza. 2004), nos acerca la historia de una familia normal en la que hay más problemas de los que parecía en un principio. El padre en paro, no se atreve a confesar su pérdida de empleo, la madre presenta una gran inestabilidad emocional y la hija un carácter difícil. Esta situación provoca un gran vacío de comunicación que conseguirá crear conflictos en el seno familiar.
En cuanto al resto de la programación, también parece estar gustando al público. Los comentarios tras las proyecciones de Jiri Menzel hacen especial alusión a la calidad de su obra cinematográfica. Y los cortometrajes siguen aportando ideas originales y buen hacer...
En resumen, Cinema jove continúa en la línea que había empezado: progresa adecuadamente.