Berlín 06: Una lección de humanidad y cine por el octogenario Sidney Lumet

por © J.A. (Berlín)-NOTICINE.com
Isabella
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Chabrol, Huppert y su borracheraIsabella16-II-06

A los 81 años, concursó sin complejos Sidney Lumet, autor de inolvidables películas como "Doce hombres sin piedad", "Serpico", "Tarde de perros", "Network, un mundo implacable" o "Veredicto final", en la Sección Oficial de la 56 Berlinale, este jueves, provocando risas y aplausos. Su "Find me guilty" (Declárenme culpable) es un relato irónico y humano del más largo proceso contra una familia mafiosa en la historia de los Estados unidos, con un inesperado Vin Diesel como protagonista. Otra cinta de tribunales, la francesa "L'ivresse du pouvoir", de Chabrol, y la occidentalizada cinta china "Isabella" resultaron menos convincentes en este concurso que va llegando a su fin.

A pesar de haber sido "Find me guilty" una de las cintas que mejor sabor de boca han dejado en esta edición del certamen aleman, de lograr el difícil objetivo de hacernos simpatizar con una familia entera de peligrosos mafiosos, y de revelar a Vin Diesel como algo más que un saco de músculos, tal vez sea un film demasiado ortodoxo, convencional y "hollywoodiense" para merecer la atención que merecería del jurado este sábado.

Para títular un comentario exclusivo sobre esta cinta basada en hechos reales con la que regresa a la gran pantalla Lumet, a sus 81 años, seis después de su último trabajo cinematográfico, "Gloria", podríamos usar el dicho andaluz: "To er mundo e güeño". Tras casi dos años encerrados a diario en una sala de audiencia, se produce una extraña familiaridad humana entre acusados, letrados de la defensa, jurado y juez, del que sólo queda fuera el "malo", que no es otro que el fiscal.

Enfrente, el "bueno" de esta película es un mafioso narcotraficante llamado Giacomo "Jackie" DiNorscio, quien tras ser condenado a 30 años por posesión de un cargamento de cocaína, tiene una oportunidad de salvación si a cambio condena a otros miembros de su "familia", los Lucchese, un trato que no acepta de ninguna manera por fidelidad a los suyos. Cuando la veintena de mafiosos -entre ellos el propio DiNorscio- comparecen ante el tribunal por una larga serie de cargos, "Jackie", decepcionado por su abogado anterior, decide prescindir de él y hacer uso de su derecho constitucional a la propia defensa.

El proceso, que duró 21 meses a finales de la década de los 80, arranca con DiNorscio decidido a transmitir su sentido del humor a la sala, calificándose no de gangster, sino de "gagster" (chistoso). Sus peculiares métodos y su lenguaje barriobajero, unidos a una natural simpatía e inteligencia van a ser decisivos en crear un clima especial casi "fraternal" en el juicio, que batió un record de duración en la historia de la Justicia norteamericana.

Lumet, autor del guión al lado de T.J. Mancini y Robert J. McCrea, se declara fascinado por los contrastes de su personaje central, "uno de los más salvajes de mi carrera, con un amplio dossier criminal, y paradojicamente capaz de concitar nuestra simpatía y de emocionarnos".

Divertida y entrañable, "Find me guilty" es una producción independiente y aún inédita en Estados Unidos, capaz de seducir a un amplio público y por tanto menos "experimental" que muchas de las cintas que aquí se proyectan.

Un juicio muy diferente es el que nos propone otro veterano, esta vez francés, Claude Chabrol, con "L’ivresse du pouvoir" (La borrachera del poder), en el que una ambiciosa jueza (Isabelle Huppert) lleva a los tribunales a los directivos de una empresa controlada por el Estado, implicados en casos de soborno y corrupción. Libremente inspirada por la "affaire ELF", la nueva colaboración entre Chabrol y su actriz fetiche sufre de una excesiva verborrea, en la que ocasionalmente hay también humor e ironía, sin que por ello se prescinda de una trama conyugal casi melodramática entre la fría jueza y su esposo, que se siente marginado en las prioridades de su ya famosa mujer.

Sin embargo, da la sensación de que el conocido superviviente de la "Nouvelle vague" no acaba de tomarse en serio su propia historia (varios personajes tienen apellidos que son claros juegos de palabras sobre sus personalidades), y a pesar de la sucesión de diálogos no termina de definir a su personaje central, cuyas motivaciones el espectador no acaba teniendo muy claras.

Para terminar la apretada jornada del jueves, una cinta oriental, aunque muy "occidentalizada", "Isabella", la historia de un policía de la colonia portuguesa de Macao que en visperas de la devolución a China conoce a una muchacha con la que se acuesta, y que resulta ser su ignorada hija. División de opiniones en la sala...