Mar del Plata a medio camino
- por © Cynthia M. García (Mar del Plata)-NOTICINE.com
13-III-06
El 21 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata ya ha presentado la mitad de sus films a concurso, es decir, nueve títulos, que a pesar de sus diferentes estilos y nacionalidades coinciden en presentar historias sobre personas en busca de algo...de su destino, su lugar en el mundo, su identidad, de escapar a la soledad, de imponerse en una sociedad cada vez más voraz y del amor.
En la primera jornada se pudo ver los trabajos de dos consagrados como Werner Herzog y Kim Ki-duk. El alemán presentó "La salvaje y azul lejanía", una cinta que expone la capacidad del ser humano por explorar, colonizar y destruir, narrado a través de un extraterrestre que analiza el comportamiento del hombre en su historia y como repite estas acciones que terminarán con su propia extinción. El coreano por su parte vuelve a explotar en "El arco" elementos que son habituales en su cine: una localización alejada de la civilización, una mujer sumisa y un hombre dominante. Aquí se presenta a un hombre que ha criado en un barco de pesca a una niña desde los 6 años, con la cual planea casarse cuando cumpla los 17, pero la llegada de un adolescente de la ciudad modifica esa armonía. Con algo de "La isla" y de "Hierro 3" (el triángulo amoroso funciona de forma similar), el director se repite a sí mismo pero no con el resultado de films anteriores, aunque sus imágenes siguen siendo cautivadoras y ha allí que reside su gran talento.
Argentina estuvo presente en dos coproducciones acerca de la supervivencia en la sociedad de hoy en día. La argentino-peruana "Chica tu madre", de Gianfranco Quattrini, narra la historia de un taxista peruano que recorre las calles, mientras se le acumulan problemas: su hija queda embarazada, los directivos de su club de fútbol no le quieren permitir la entrada y comienza una relación más que ocasional con una prostituta. A través de la lectura de las cartas del tarot, una disciplina que está aprendiendo el protagonista, se sigue el devenir de este hombre que muestra la cara de esa Latinoamérica que vive el día a día, donde a pesar de las contrariedades no se pierde el humor y solo resta que el destino le tenga preparado una buena jugada. Muy diferente es la coproducción argentino-española "El método", de Marcelo Piñeyro, una adaptación de la reconocida obra de teatro "El método Grönholm" sobre un grupo de candidatos a un mismo puesto ejecutivo, que deben eliminarse entre ellos para lograr el ansiado objetivo, venciendo psicológicamente a sus rivales y a su propia moral. Aunque el film tiene una puesta algo teatral, se consigue una adecuada representación de ese sistema que ha convertido a las personas en animales voraces y a la ciudad en una selva donde vence el más fuerte, que representa la moraleja de la obra teatral.
Acento argentino también se escuchó en "Animales heridos", del catalán Ventura Pons, una cinta que muestra tres historias de otras tantas parejas, donde como en sus anteriores producciones, el director vuelve a explorar en los deseos humanos, aunque en esta ocasión agrega una interesante mirada crítica de la sociedad catalana a través de personajes de diferentes nacionalidades y extracción social.
La portuguesa "Alice", de Marco Martins, fue sin duda la cinta más dura y angustiante de esta competencia oficial. Aquí el espectador acompaña la incansable y personal búsqueda de un padre, actor de profesión, por encontrar a su pequeña hija desaparecida. La oscuridad con que el director elige mostrar una Lisboa alejada de la imagen postal y su tono pausado hasta la exasperación, trasmiten perfectamente el dolor cotidiano de su protagonista, interpretado por Nuno Lópes, quien puede enseñar su rango interpretativo alternando a ese ser gris y el personaje que debe interpretar en una obra de teatro cómica, que marca el contrapunto de su drama diario. Sin duda, Lópes ya se perfila como uno de los actores a tener en cuenta para el palmarés.
Los restantes tres largometrajes vistos fueron: "Lost and Found", una comedia dramática episódica, con seis capítulos dirigidos por otros tantos realizadores de Europa del este, que tuvieron como consigna la palabra generación, logrando resultados dispares; "Molly´s Way", de Emily Atef, el viaje que inicia una joven para encontrar a un chico en un país extraño, donde terminará por encontrarse a sí misma; y la cubana "Viva Cuba", de Juan Carlos Cremata Malverti, una road movie por momentos simpática, gracias a sus pequeños y carismáticos protagonistas, que narra el habitual dilema de aquellos que se van y los que se quedan, nada más que aquí el drama se representa en un niño y una niña que no se quieren separar pero no pueden hacer valer su voz.
El 21 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata ya ha presentado la mitad de sus films a concurso, es decir, nueve títulos, que a pesar de sus diferentes estilos y nacionalidades coinciden en presentar historias sobre personas en busca de algo...de su destino, su lugar en el mundo, su identidad, de escapar a la soledad, de imponerse en una sociedad cada vez más voraz y del amor.
En la primera jornada se pudo ver los trabajos de dos consagrados como Werner Herzog y Kim Ki-duk. El alemán presentó "La salvaje y azul lejanía", una cinta que expone la capacidad del ser humano por explorar, colonizar y destruir, narrado a través de un extraterrestre que analiza el comportamiento del hombre en su historia y como repite estas acciones que terminarán con su propia extinción. El coreano por su parte vuelve a explotar en "El arco" elementos que son habituales en su cine: una localización alejada de la civilización, una mujer sumisa y un hombre dominante. Aquí se presenta a un hombre que ha criado en un barco de pesca a una niña desde los 6 años, con la cual planea casarse cuando cumpla los 17, pero la llegada de un adolescente de la ciudad modifica esa armonía. Con algo de "La isla" y de "Hierro 3" (el triángulo amoroso funciona de forma similar), el director se repite a sí mismo pero no con el resultado de films anteriores, aunque sus imágenes siguen siendo cautivadoras y ha allí que reside su gran talento.
Argentina estuvo presente en dos coproducciones acerca de la supervivencia en la sociedad de hoy en día. La argentino-peruana "Chica tu madre", de Gianfranco Quattrini, narra la historia de un taxista peruano que recorre las calles, mientras se le acumulan problemas: su hija queda embarazada, los directivos de su club de fútbol no le quieren permitir la entrada y comienza una relación más que ocasional con una prostituta. A través de la lectura de las cartas del tarot, una disciplina que está aprendiendo el protagonista, se sigue el devenir de este hombre que muestra la cara de esa Latinoamérica que vive el día a día, donde a pesar de las contrariedades no se pierde el humor y solo resta que el destino le tenga preparado una buena jugada. Muy diferente es la coproducción argentino-española "El método", de Marcelo Piñeyro, una adaptación de la reconocida obra de teatro "El método Grönholm" sobre un grupo de candidatos a un mismo puesto ejecutivo, que deben eliminarse entre ellos para lograr el ansiado objetivo, venciendo psicológicamente a sus rivales y a su propia moral. Aunque el film tiene una puesta algo teatral, se consigue una adecuada representación de ese sistema que ha convertido a las personas en animales voraces y a la ciudad en una selva donde vence el más fuerte, que representa la moraleja de la obra teatral.
Acento argentino también se escuchó en "Animales heridos", del catalán Ventura Pons, una cinta que muestra tres historias de otras tantas parejas, donde como en sus anteriores producciones, el director vuelve a explorar en los deseos humanos, aunque en esta ocasión agrega una interesante mirada crítica de la sociedad catalana a través de personajes de diferentes nacionalidades y extracción social.
La portuguesa "Alice", de Marco Martins, fue sin duda la cinta más dura y angustiante de esta competencia oficial. Aquí el espectador acompaña la incansable y personal búsqueda de un padre, actor de profesión, por encontrar a su pequeña hija desaparecida. La oscuridad con que el director elige mostrar una Lisboa alejada de la imagen postal y su tono pausado hasta la exasperación, trasmiten perfectamente el dolor cotidiano de su protagonista, interpretado por Nuno Lópes, quien puede enseñar su rango interpretativo alternando a ese ser gris y el personaje que debe interpretar en una obra de teatro cómica, que marca el contrapunto de su drama diario. Sin duda, Lópes ya se perfila como uno de los actores a tener en cuenta para el palmarés.
Los restantes tres largometrajes vistos fueron: "Lost and Found", una comedia dramática episódica, con seis capítulos dirigidos por otros tantos realizadores de Europa del este, que tuvieron como consigna la palabra generación, logrando resultados dispares; "Molly´s Way", de Emily Atef, el viaje que inicia una joven para encontrar a un chico en un país extraño, donde terminará por encontrarse a sí misma; y la cubana "Viva Cuba", de Juan Carlos Cremata Malverti, una road movie por momentos simpática, gracias a sus pequeños y carismáticos protagonistas, que narra el habitual dilema de aquellos que se van y los que se quedan, nada más que aquí el drama se representa en un niño y una niña que no se quieren separar pero no pueden hacer valer su voz.