Cannes 2006: González Iñárritu, otro latino con firmes aspiraciones a la Palma de Oro
- por © E.E.(Cannes)-NOTICINE.com / Fotos: Reuters-AP
23-V-06
Babel es la torre que, de acuerdo a la Biblia, los hombres quisieron elevar para alcanzar el cielo; una empresa que Dios castigó haciendo que sus constructores comenzasen a hablar lenguas diferentes y no pudieran entenderse, provocando la confusión y posteriormente su dispersión. Este mito es el que da título y nutre al film más reciente del mexicano Alejandro González Iñárritu, “Babel”, el cual recibió una estupenda acogida en su presentación en el Festival Internacional de Cine de Cannes, donde ya figura en la corta lista de favoritos a la Palma de Oro.
Como sus anteriores largometrajes, “Amores perros” y “21 gramos”, Gonzalez Iñárritu vuelve a confiar en el talento como guionista de su compatriota Guillermo Arriaga -ganador del premio a mejor guión en Cannes 2005 por “Los tres entierros de Melquides Estrada-, como director de fotografía de Rodrigo Prieto y como músico del oscarizado argentino Gustavo Santaolalla. Al igual que sus predecesoras es una cinta coral, entrelazada, que habla sobre la incomunicación, haciendo esta vez referencia a la mitológica Babel, precisamente para subrayar que la falta de comunicación no proviene de las diferencias idiomáticas.
“Creo que la barrera del idioma es muy fácil de romper. Para mí el problema es las ideas y los preconceptos que tenemos, eso es lo que realmente nos separa. Sobre eso trata la película. Este film es acerca de aquello que nos separa y aquello que nos une. Ese es el elemento clave: lo que nos hace la misma gente viviendo en un mismo mundo y no cuáles son nuestras diferencias”, declaró ante la prensa González Iñárritu, quien está acompañado en Cannes por buena parte de su ecléctico elenco, que incluye a Gael García Bernal y Cate Blanchett, aunque no por su máxima estrella: Brad Pitt, quien se excusó vía e-mail por no poder viajar, por encontrarse a punto de ser padre en cualquier momento. La trama de “Babel” sigue tres historias, una que se desarrolla en Marruecos, otra en México y la restante en Japón, que a pesar de la longitud de su metraje, se sigue con interés hasta el final.
Francia presentó su segunda esperanza para llevarse el premio máximo, “Flandres”, de Bruno Dumont (“La vida de Jesús”, “La humanidad”), centrada en un hombre (interpretado por Samuel Boidin) que ha pasado su vida viviendo para su granja y su amor de juventud (Adelaïde Leroux), que es enviado al frente de guerra donde descubrirá la camaradería, la barbarie y el temor.
“El punto de partida del film es el título. Los paisajes vienen primero, es allí donde comienza la historia. Pasé una cantidad increíble de tiempo caminando por esas granjas para encontrar inspiración. Tengo una relación misteriosa con esta tierra natal”, explicó Dumont sobre la génesis de este pretencioso film, al cual considera acerca del amor, aunque muchos espectadores no concuerden con él por lo extremo de sus imágenes, que empieza con encuentros sexuales apasionados en el ámbito rural, para luego dar lugar al salvajismo de la guerra, que el director cuenta gráficamente y regodeándose en imágenes que muestran violaciones en tiempo real y muerte de niños, lo cual provocó el abandono de la sala por excesiva.
Babel es la torre que, de acuerdo a la Biblia, los hombres quisieron elevar para alcanzar el cielo; una empresa que Dios castigó haciendo que sus constructores comenzasen a hablar lenguas diferentes y no pudieran entenderse, provocando la confusión y posteriormente su dispersión. Este mito es el que da título y nutre al film más reciente del mexicano Alejandro González Iñárritu, “Babel”, el cual recibió una estupenda acogida en su presentación en el Festival Internacional de Cine de Cannes, donde ya figura en la corta lista de favoritos a la Palma de Oro.
Como sus anteriores largometrajes, “Amores perros” y “21 gramos”, Gonzalez Iñárritu vuelve a confiar en el talento como guionista de su compatriota Guillermo Arriaga -ganador del premio a mejor guión en Cannes 2005 por “Los tres entierros de Melquides Estrada-, como director de fotografía de Rodrigo Prieto y como músico del oscarizado argentino Gustavo Santaolalla. Al igual que sus predecesoras es una cinta coral, entrelazada, que habla sobre la incomunicación, haciendo esta vez referencia a la mitológica Babel, precisamente para subrayar que la falta de comunicación no proviene de las diferencias idiomáticas.
“Creo que la barrera del idioma es muy fácil de romper. Para mí el problema es las ideas y los preconceptos que tenemos, eso es lo que realmente nos separa. Sobre eso trata la película. Este film es acerca de aquello que nos separa y aquello que nos une. Ese es el elemento clave: lo que nos hace la misma gente viviendo en un mismo mundo y no cuáles son nuestras diferencias”, declaró ante la prensa González Iñárritu, quien está acompañado en Cannes por buena parte de su ecléctico elenco, que incluye a Gael García Bernal y Cate Blanchett, aunque no por su máxima estrella: Brad Pitt, quien se excusó vía e-mail por no poder viajar, por encontrarse a punto de ser padre en cualquier momento. La trama de “Babel” sigue tres historias, una que se desarrolla en Marruecos, otra en México y la restante en Japón, que a pesar de la longitud de su metraje, se sigue con interés hasta el final.
Francia presentó su segunda esperanza para llevarse el premio máximo, “Flandres”, de Bruno Dumont (“La vida de Jesús”, “La humanidad”), centrada en un hombre (interpretado por Samuel Boidin) que ha pasado su vida viviendo para su granja y su amor de juventud (Adelaïde Leroux), que es enviado al frente de guerra donde descubrirá la camaradería, la barbarie y el temor.
“El punto de partida del film es el título. Los paisajes vienen primero, es allí donde comienza la historia. Pasé una cantidad increíble de tiempo caminando por esas granjas para encontrar inspiración. Tengo una relación misteriosa con esta tierra natal”, explicó Dumont sobre la génesis de este pretencioso film, al cual considera acerca del amor, aunque muchos espectadores no concuerden con él por lo extremo de sus imágenes, que empieza con encuentros sexuales apasionados en el ámbito rural, para luego dar lugar al salvajismo de la guerra, que el director cuenta gráficamente y regodeándose en imágenes que muestran violaciones en tiempo real y muerte de niños, lo cual provocó el abandono de la sala por excesiva.