Özpetek divide opiniones en una Mostra con tendencias depresivas
- por © E.E. (Venecia)-NOTICINE.com
No se está del todo a gusto este año en la Mostra de Venecia. No es que haya habido cambios espectaculares en el apartado oficial, aunque sí se ha notado una mayor presencia italiana, sino que a un nivel cinematográfico discutible en las pantallas se ha sumado la sequía estelar, en un certamen que en la pasada edición y en las anteriores había sido constante desfile de famosos. Algunos dirán que esto es secundario siempre que haya buen cine en el concurso por los leones, pero el problema es que tampoco lo hay. La última cinta del turco-italiano Ferzan Özpetek, "Un giorno perfetto", por desgracia no ha mejorado esa imagen.
Y es que este drama obsesivo que de entrada interesaría mucho a las ministras españolas, al tratar el tema de la violencia doméstica, ha dividido a la crítica, con un dominio del desencanto. Por una parte el considerado "Almodóvar italiano" por su aportación a la internacionalidad fílmica de su país de adopción y la inclusión de elementos "gays" en sus historias, plantea el conflicto entre un hombre devorado por la paranoia de los celos y el abandono, a la sazón guardaespaldas de un político, y la esposa que se ha separado de él.
El turco-italiano se deja llevar por lo melodramático e introduce elementos secundarios, relacionados con el trabajo de su protagonista, del todo superfluos. Falta emoción, y aunque ha sido -según confesaba en rueda de prensa- su intento el de humanizar a un psicópata, hasta convertirlo también en víctima, lo que vemos en pantalla deja que desear y plantea no pocos motivos de discusión.
Ha agudizado las críticas generales a esta edición la otra cinta en competencia este sábado, "Plastic city", de Yu Lik-wai, una coproducción internacional rodada en Brasil y con mezcla de actores orientales y brasileiros, que con la excusa de mostrarnos los manejos de la mafia que vende productos falsificados "made in China" de marcas de lujo, deriva en lo que algunos han calificado de insufrible "videoclip" o de "videocración". Poca historia para tanto y tan pretencioso derroche visual.
Por el momento, las primeras jornadas de esta 65 Mostra no han brindado la película redonda que todos esperan en un festival de esta trayectoria e importancia. Sólo Arriaga se ha salvado de la quema, y no sin detractores. Se discute también la amplia presencia italiana en diversas secciones (cuatro títulos en la oficial), pero sobre todo se echa de menos el glamour de los años precedentes, donde cada día llegaba cargado de estrellas navegando por la laguna hasta recalar en el Lido.
Y es que este drama obsesivo que de entrada interesaría mucho a las ministras españolas, al tratar el tema de la violencia doméstica, ha dividido a la crítica, con un dominio del desencanto. Por una parte el considerado "Almodóvar italiano" por su aportación a la internacionalidad fílmica de su país de adopción y la inclusión de elementos "gays" en sus historias, plantea el conflicto entre un hombre devorado por la paranoia de los celos y el abandono, a la sazón guardaespaldas de un político, y la esposa que se ha separado de él.
El turco-italiano se deja llevar por lo melodramático e introduce elementos secundarios, relacionados con el trabajo de su protagonista, del todo superfluos. Falta emoción, y aunque ha sido -según confesaba en rueda de prensa- su intento el de humanizar a un psicópata, hasta convertirlo también en víctima, lo que vemos en pantalla deja que desear y plantea no pocos motivos de discusión.
Ha agudizado las críticas generales a esta edición la otra cinta en competencia este sábado, "Plastic city", de Yu Lik-wai, una coproducción internacional rodada en Brasil y con mezcla de actores orientales y brasileiros, que con la excusa de mostrarnos los manejos de la mafia que vende productos falsificados "made in China" de marcas de lujo, deriva en lo que algunos han calificado de insufrible "videoclip" o de "videocración". Poca historia para tanto y tan pretencioso derroche visual.
Por el momento, las primeras jornadas de esta 65 Mostra no han brindado la película redonda que todos esperan en un festival de esta trayectoria e importancia. Sólo Arriaga se ha salvado de la quema, y no sin detractores. Se discute también la amplia presencia italiana en diversas secciones (cuatro títulos en la oficial), pero sobre todo se echa de menos el glamour de los años precedentes, donde cada día llegaba cargado de estrellas navegando por la laguna hasta recalar en el Lido.