Jordi Mollà vuelve a probarse como director, con "88"
El catalán Jordi Mollà, con una carrera internacional que le ha llevado a trabajar al lado (normalmente en frente, por hacer de "malo") de Tom Cruise, Benicio del Toro, Dennis Quaid o Johnny Depp, vuelve a probar suerte al otro lado de la cámara, como realizador. Hace ocho años ya hizo la sátira "No somos nadie" y ahora propone un cambio de género hacia el "thriller" parapsicológico, con "88", que está terminando de filmar en Barcelona, su provincia natal.
Ruben Ochandiano, la televisisiva Beatriz Montañez y Hermann Bonnín son los príncipales intérpretes de una historia no muy fácil de comprender sobre el papel: una pareja, a partir de un sueño, entra en una espiral de mutuas desconfianzas que les hacen cambiar tanto... que sus personajes pasan a ser interpretados por otros actores. "Los personajes tienen la capacidad de mutar en otras personas sin que el público lo encuentre raro, todo sigue una lógica. A la película no hay que entenderla, hay que sentirla", asegura Mollá, quien ha escrito el guión a salto de mata entre película y película, junto a Giuseppe Ferlito. De la posible confusión no se libra ni el actor, que a diferencia de su opera prima esta vez sólo queda tras la cámara. Explica que va a filmar cuatro finales porque aún no tiene muy claro cuál poner en el montaje final. Sin duda los que en el futuro compren el DVD podrán elegir el suyo favorito...
Como actor, Mollà -ahora en las pantallas con "Noche y día / Encuentro explosivo"- se siente especialmente seducido por emblemáticos personajes, y si son históricos, mejor. Además del reciente papel del poeta Gil de Biedma, ha sido Godoy y Felipe II, y pronto se convertirá en Fidel Castro en la "biopic" sobre Alina Fernández "Castro's daughter", de Bobby Moresco. En los últimos tiempos también ha participado en otra hagiografía de un personaje del siglo XX, la que Roland Joffé ha hecho en Argentina y España sobre la vida del fundador de la prelatura católica integrista Opus Dei, Escrivá de Balaguer.
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Ruben Ochandiano, la televisisiva Beatriz Montañez y Hermann Bonnín son los príncipales intérpretes de una historia no muy fácil de comprender sobre el papel: una pareja, a partir de un sueño, entra en una espiral de mutuas desconfianzas que les hacen cambiar tanto... que sus personajes pasan a ser interpretados por otros actores. "Los personajes tienen la capacidad de mutar en otras personas sin que el público lo encuentre raro, todo sigue una lógica. A la película no hay que entenderla, hay que sentirla", asegura Mollá, quien ha escrito el guión a salto de mata entre película y película, junto a Giuseppe Ferlito. De la posible confusión no se libra ni el actor, que a diferencia de su opera prima esta vez sólo queda tras la cámara. Explica que va a filmar cuatro finales porque aún no tiene muy claro cuál poner en el montaje final. Sin duda los que en el futuro compren el DVD podrán elegir el suyo favorito...
Como actor, Mollà -ahora en las pantallas con "Noche y día / Encuentro explosivo"- se siente especialmente seducido por emblemáticos personajes, y si son históricos, mejor. Además del reciente papel del poeta Gil de Biedma, ha sido Godoy y Felipe II, y pronto se convertirá en Fidel Castro en la "biopic" sobre Alina Fernández "Castro's daughter", de Bobby Moresco. En los últimos tiempos también ha participado en otra hagiografía de un personaje del siglo XX, la que Roland Joffé ha hecho en Argentina y España sobre la vida del fundador de la prelatura católica integrista Opus Dei, Escrivá de Balaguer.
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