Crítica: "Días de gracia", 30 jornadas en la tierra de nadie

'Días de gracia'


Por Déborah Farjí

Desde "Amores perros" (México, 2000) no había llegado a la pantalla grande una película nacional con un planteamiento claro y una estructura narrativa digna acerca de la sofocante violencia que vive este país en la actualidad. 30 días intercalados en el tiempo de los mundiales de futbol Corea Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. En ellos, un policía, un joven boxeador y varias víctimas se desenvuelven en el mundo de la trampa, el secuestro y la extorsión.   

Escrita y dirigida por Everardo Gout, "Días de gracia" no es una película de futbol, éste sirve solo de conexión temática y segundo plano para el escenario de una interminable guerra entre bandidos. Empezando con el pie derecho en su primer largometraje, Gout retrata la tierra de nadie, el México en donde a diario se sobrevive de milagro, sin reglas más que las de los reyes de la droga y lo ajeno.   

Violenta de principio a fin, la cinta resalta por su delicado cuidado técnico que se convierte en un apabullante viaje visual. La fotografía a cargo de Luis David Sansans ("Conejo en la luna", 2004), el uso de cámara en mano, edición rápida, así como los efectos visuales, adentran inmediatamente en la tensión que viven todos los involucrados, buenos y malos. Aunado a esto, el diseño de sonido de Enrique Greiner ("Salvando al soldado Pérez", 2011) y Frédéric Le Louet ("Hellboy", 2004) no da tregua, construye una atmósfera impetuosa e irreflexiva, a la que uno termina acostumbrándose, como sucede en la vida diaria.   

Con tan alto estándar profesional, contrasta la rigidez de la actuación y los diálogos, se sienten inorgánicos, caídos en el cliché -como en la mayoría de las producciones nacionales de la última década-, y le restan credibilidad a la historia. Remata el uso de una voz en off pseudo poética que no sólo suena ridícula sino que minimiza el terror que seguramente sufre una víctima de secuestro; aspectos que, para su fortuna, no han afectado la favorable percepción de la cinta en el extranjero.   

Tenoch Huerta ("Sin nombre", 2009) Carlos Bardem ("Celda 211", 2009), Dolores Heredia ("Santito"s, 1999) y Kristian Ferrer ("El infierno", 2010) dan vida a los protagonistas sumidos en un torbellino sin aparente salida. Se agradece la ausencia de caras conocidas, aunque ciertas inconsistencias de carácter y detalles imprecisos del guión causan confusión.   

"Días de gracia" tiene la fuerza para impactar y satisfacer de manera entretenida con una trama más bien cruenta, que poco quisiera el espectador en estos tiempos ir a ver. Aunque su matiz es serio, su producción es lo suficientemente comercial y ágil para llamar la atención de incluso aquellos que como Gout reflexiona "coquetean entre robarse un radio y convertirse en criminales profesionales" en un intento por hacerles ver el panorama de dolor que causa tanta violencia.

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