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La cosecha de nominaciones hispanas a los Globos de Oro ha sido este año generosa. A producciones como "Frankenstein" (mejor película), "O agente secreto" y "Sirât" (mejor película en lengua no inglesa) se les ha sumado un buen puñado de nombres propios: Guillermo del Toro (director), Oscar Isaac, Wagner Moura, Benicio del Toro, Jacob Elordi (actores protagonistas o de reparto en cine), Jacob Elordi (de nuevo), Selena Gómez, Diego Luna y Jenna Ortega (actores en TV).

Luego de previos intentos en los que resultó derrotado frente a Netflix, Paramount, a través de su estructura Paramount Skydance, anunció una oferta pública de adquisición no solicitada (OPA hostil) por la totalidad de las acciones en circulación de Warner Bros. Discovery. La propuesta, valorada en 30 dólares por acción en efectivo, mejora la de la plataforma de streaming, y llega después de que, según Paramount, la empresa dirigida por David Zaslav rechazara seis aproximaciones previas.

Aunque la vampírica "Sinners" (17) y la revolucionaria "One Battle After Another" (14) la superan numéricamente, "Frankenstein", de Guillermo del Toro ha logrado una estimable cantidad de citas , 11, en las nominaciones a los 31 Premios Critics Choice, anunciadas este viernes. Y la cosa no acaba ahí, numerosos actores y técnicos hispanos, además del propio "Memo", han logrado candidaturas.

En un movimiento que los analistas de Wall Street y los ejecutivos de la industria consideran que alterará el curso del negocio del entretenimiento, Netflix ha adquirido el considerado segundo estudio más poderoso de Hollywood, Warner Bros. Discovery (WBD), que incluye sus estudios de cine y televisión, así como su competidora en línea HBO Max y el canal de cable HBO. Esta compra sigue a una guerra de ofertas que se extendió durante semanas y que enfrentó al gigante del streaming con Paramount Skydance y Comcast.

Por Santiago Echeverría     

Se diría que la rápida compra de Warner Bros. por parte de Netflix ha pillado a contrapié a mucha gente en Hollywood. Sindicatos, dueños de salas y no pocos productores independientes han mostrado sus temores sobre el alcance del negocio, que amenaza con cambiar el modelo de la industria fílmica tal y como la conocíamos hasta ahora.