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17-I-03

Si los datos ya adelantados en semanas pasadas sobre la situación de la industria cinematográfica española en 2002 ofrecían un balance negativo, los redactores del informe anual encargado por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, presentado este jueves, piensan que para crisis fuerte, la que se vivirá a lo largo del recién estrenado 2003. Bajo el título definitorio de "La crisis", el estudio que ha dirigido el profesor José María Álvarez Monzoncillo, de la Universidad Rey Juan Carlos, dibuja un panorama de descenso en las producciones, la recaudación y la cuota de mercado, así como un futuro próximo nada brillante, al no cumplir las cadenas de televisión con la normativa legal de invertir en cine y no estar todavía nada clara la fusión entre las plataformas digitales, que dejaron el pasado año de adquirir cine español y europeo.

"Teniendo en cuenta que ha descendido la asistencia al cine, se va a comprar menos cine español fuera debido a la recesión económica que vive todo el mundo, se puede pensar en un retroceso de recaudación y espectadores para 2003, y en este sentido, se puede decir que este va a ser un año crítico para el cine español", asegura Álvarez Monzoncillo. Por su parte, el vicepresidente de la Academia, el guionista y director Joaquín Oristrell, comentó que no es responsabilidad de su institución ni valorar los datos ni dar recetas, sino "exponer la situación de la forma más racional posible para que sirva de reflexión a los profesionales del sector".

En las cifras del cine español durante 2002 destacan los números rojos. Si la recaudación en general bajó en un 3%, a pesar del aumento en el precio de las entradas y la inflación causada por la instauración del euro, la del cine nacional en concreto descendió en 29 puntos más, hasta el 32%, pasando de 110 millones de euros en 2001, a 75 el pasado año. Los elementos fundamentales que generan esta situación son, en opinión del informe de la Academia, el fraccionamiento entre las productoras, el caracter reducido del mercado nacional, el gran peso de las distribuidoras norteamericanas, y el exceso de estrenos (más de 10 nuevos títulos semanales). Según Alvarez Monzoncillo, el 70% de las películas estrenadas pierde dinero -"aunque no sólo en el cine español, sino también al norteamericano"- e incluso el 40% de las salas (3.500 en España) no resultó rentable en 2002.

El sector se "apretó el cinturón" durante el pasado año, rodándose menos películas y más baratas. El presupuesto medio de una cinta bajó desde 3 millones de euros hace dos años a 2,4 millones el pasado 2002. Algo menos de la tercera parte de las cintas filmadas dispuso de un millón de euros, y el 22,7% de entre dos y tres millones.