Entrevista con Gonzalo Salazar-Simpson, nuevo director de la Escuela de Cine de Madrid
- por © J.A.-NOTICINE.com
El productor Gonzalo Salazar-Simpson (fundador de LAZONA) es el nuevo director de la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de Madrid (ECAM), en sustitución de su primer y único responsable, el cineasta y exdirector general de cine Fernando Méndez Leite (que lo fue desde 1994 hasta el año pasado). Con su compañía ha producido varias obras de teatro y películas como la ganadora del Goya "No habrá paz para los malvados", "23-F. La película" o "Concursante", y ahora toma con un desafío formar a los futuros cineastas madrileños y españoles en general. En entrevista con NOTICINE.com, Salazar-Simpson plantea su plan de trabajo.
- ¿Su gestión será continuista o está aplicando cambios importantes?
Obviamente, si han cambiado de director es porque el Patronato y la Junta Rectora querían un cambio de rumbo. Las cosas que me gustan y considero están bien hechas de la gestión anterior las mantendré y lo que es mejorable lo cambiaré. Las novedades se moverán en tres direcciones: el cambio del plan de estudios, que creo que se puede mejorar cambiando su estructura, aumentar la visibilidad de la escuela y mejorar su imagen, y lo tercero acrecentar las posibilidades laborales de nuestros alumnos. Respecto del nuevo plan de estudios, se trata de tener una concepción audiovisual y no sólo cinematográfica de la carrera; dar cabida a todo el que quiera estudiar, con la profundidad que quiera, a través de un primer año común que contempla todo, y a partir del segundo se especializan. Los curiosos por el cine vienen a la escuela, hacen el primero y se van. Y los que quieren hacer del cine su profesión se quedan. También quiero abrir el horizonte a los que han hecho Formación Profesional en Imagen y Sonido, que de alguna manera puedan terminar y completar estudios en la escuela. Finalmente, sin que sea prioritario ahora mismo, me gustaría lograr un Grado Universitario. Se trata de captar a los alumnos cuyos padres tienen "titulitis". Si eso significa sacrificar lo prácticos y profesionales que somos, sin embargo, renunciaría a esto último.
- Háblenos con más detalle de esos objetivos...
Queremos, para mejorar las posibilidades laborales de nuestros alumnos, tender puentes con el mundo profesional. Me gustaría que entendieran los estudiantes que esto es el principio de una carrera profesional y no el final de una carrera académica. El treinta y pico de nuestros vienen de la Universidad, de Comunicación Audiovisual, y llevan tres o cuatro años formándose, y no se trata de eternizarse estudiando. Pretendo que haya una relación institucional entre la escuela y la industria, que los profesores estén en activo en la industria y descubran el talento emergente entre sus alumnos y lo capten. También quiero generar una relación con marcas, porque hay una salida para creadores audiovisuales, que sepan que la ECAM existe y hay gente muy preparada. Por último quisiera conformar una comunidad ECAM con los antiguos alumnos y los nuevos, que se conozcan y compartan experiencias.
- En el exterior, la escuela de cine española más reconocida parece ser la de Cataluña, la ESCAC... Háganos una comparación.
Ellos han hecho muy bien muchas cosas y pretendo emularlas, y hay otras cosas que nosotros hemos hecho mejor y pretendo ponerlas en valor. Tenemos un plan de estudios diferente. Nosotros tres años, ellos cuatro. Tienen un grado oficial, nosotros no. En su caso la facultad interviene... Lo que tengo que mejorar es sobre todo, cómo ellos, la imagen. Tienen un departamento para eso desde hace 18 años y la ECAM no disponía hasta ahora de una sección de marketing. Se han esforzado y han obtenido resultados.
- Pero además la ESCAC tiene una productora propia y hace películas...
Lo que han hecho bien con la productora es sobre desde el punto de vista de comunicación, porque tienen uno o dos proyectos que producen al año, y cuando un director recoge un Goya le da las gracias a la escuela, porque ha sido su productora, cosa que los alumnos nuestros no pueden hacer porque han trabajado con una productora privada. Desde ese punto de vista de imagen es muy bueno tener una productora, pero yo no lo quiero hacer, porque creo que es limitar las posibilidades profesionales de mis alumnos. ¿Para qué quiero producir una peli al año si tengo 80 productoras en Madrid? Prefiero que trabajen con ellos, y no competir yo con el sector privado. Estrategicamente no me conviene. Nosotros somos más fuertes que ellos en algunas cosas, como que todos los alumnos nuestros hacen prácticas y en su caso, teniendo cerca de 800 alumnos, más que los nuestros, sólo llevan a cabo unas cuantas prácticas al año. Los alumnos presentan proyectos y se seleccionan. De esa manera, es posible que algunos acaben sus cuatro años sin tener un corto propio. A mi eso me parece una carencia, porque los nuestros sí lo hacen. Tenemos muchas más prácticas y ese es nuestro mejor punto. Damos teoría pero sobre todo damos una formación muy práctica. Más que cortos hacemos "mini pelis", muy profesionalizadas, trabajadas como si fueran un largo. De esta manera salen sabiendo hacer una película.
- Méndez Leite llevaba tiempo sin dirigir y no rodó nada mientras fue director de la ECAM. En su caso, ¿Seguirá trabajando en LAZONA y lo compatibilizará?
La productora seguirá abierta y yo tengo una estructura de cine y otra de teatro y me estoy dando cuenta de lo prescindible que soy. Voy a dedicar todo mi tiempo a la escuela hasta que sea capaz de decidir los cambios e implantarlos. Tengo tipos muy buenos en cada sector.
- Da la sensación de que el aficionado joven, a pesar de disponer de una amplísima lista de películas que ver, como nunca antes en la historia, de todas las épocas, rechaza lo antiguo, lo clásico... ¿También lo hacen los que quieren ser cineastas?
Mis alumnos entran sabiendo muchísimo y han visto mucho cine. Los exámenes que se hacían eran precisamente de eso. Además tenemos una videoteca con más de 10 000 títulos y procuramos que vean mucho cine. Nos traemos a la industria para que vean películas nuevas y de paso conozcan a los alumnos, ponemos también clásicos comentados y las películas favoritas de gente reconocida. El que quiere hacer cine tiene que tener ese bagaje. Aunque el espectador joven no lo tenga el profesional sí debe, para no repetirse con otros.
- ¿Su gestión será continuista o está aplicando cambios importantes?
Obviamente, si han cambiado de director es porque el Patronato y la Junta Rectora querían un cambio de rumbo. Las cosas que me gustan y considero están bien hechas de la gestión anterior las mantendré y lo que es mejorable lo cambiaré. Las novedades se moverán en tres direcciones: el cambio del plan de estudios, que creo que se puede mejorar cambiando su estructura, aumentar la visibilidad de la escuela y mejorar su imagen, y lo tercero acrecentar las posibilidades laborales de nuestros alumnos. Respecto del nuevo plan de estudios, se trata de tener una concepción audiovisual y no sólo cinematográfica de la carrera; dar cabida a todo el que quiera estudiar, con la profundidad que quiera, a través de un primer año común que contempla todo, y a partir del segundo se especializan. Los curiosos por el cine vienen a la escuela, hacen el primero y se van. Y los que quieren hacer del cine su profesión se quedan. También quiero abrir el horizonte a los que han hecho Formación Profesional en Imagen y Sonido, que de alguna manera puedan terminar y completar estudios en la escuela. Finalmente, sin que sea prioritario ahora mismo, me gustaría lograr un Grado Universitario. Se trata de captar a los alumnos cuyos padres tienen "titulitis". Si eso significa sacrificar lo prácticos y profesionales que somos, sin embargo, renunciaría a esto último.
- Háblenos con más detalle de esos objetivos...
Queremos, para mejorar las posibilidades laborales de nuestros alumnos, tender puentes con el mundo profesional. Me gustaría que entendieran los estudiantes que esto es el principio de una carrera profesional y no el final de una carrera académica. El treinta y pico de nuestros vienen de la Universidad, de Comunicación Audiovisual, y llevan tres o cuatro años formándose, y no se trata de eternizarse estudiando. Pretendo que haya una relación institucional entre la escuela y la industria, que los profesores estén en activo en la industria y descubran el talento emergente entre sus alumnos y lo capten. También quiero generar una relación con marcas, porque hay una salida para creadores audiovisuales, que sepan que la ECAM existe y hay gente muy preparada. Por último quisiera conformar una comunidad ECAM con los antiguos alumnos y los nuevos, que se conozcan y compartan experiencias.
- En el exterior, la escuela de cine española más reconocida parece ser la de Cataluña, la ESCAC... Háganos una comparación.
Ellos han hecho muy bien muchas cosas y pretendo emularlas, y hay otras cosas que nosotros hemos hecho mejor y pretendo ponerlas en valor. Tenemos un plan de estudios diferente. Nosotros tres años, ellos cuatro. Tienen un grado oficial, nosotros no. En su caso la facultad interviene... Lo que tengo que mejorar es sobre todo, cómo ellos, la imagen. Tienen un departamento para eso desde hace 18 años y la ECAM no disponía hasta ahora de una sección de marketing. Se han esforzado y han obtenido resultados.
- Pero además la ESCAC tiene una productora propia y hace películas...
Lo que han hecho bien con la productora es sobre desde el punto de vista de comunicación, porque tienen uno o dos proyectos que producen al año, y cuando un director recoge un Goya le da las gracias a la escuela, porque ha sido su productora, cosa que los alumnos nuestros no pueden hacer porque han trabajado con una productora privada. Desde ese punto de vista de imagen es muy bueno tener una productora, pero yo no lo quiero hacer, porque creo que es limitar las posibilidades profesionales de mis alumnos. ¿Para qué quiero producir una peli al año si tengo 80 productoras en Madrid? Prefiero que trabajen con ellos, y no competir yo con el sector privado. Estrategicamente no me conviene. Nosotros somos más fuertes que ellos en algunas cosas, como que todos los alumnos nuestros hacen prácticas y en su caso, teniendo cerca de 800 alumnos, más que los nuestros, sólo llevan a cabo unas cuantas prácticas al año. Los alumnos presentan proyectos y se seleccionan. De esa manera, es posible que algunos acaben sus cuatro años sin tener un corto propio. A mi eso me parece una carencia, porque los nuestros sí lo hacen. Tenemos muchas más prácticas y ese es nuestro mejor punto. Damos teoría pero sobre todo damos una formación muy práctica. Más que cortos hacemos "mini pelis", muy profesionalizadas, trabajadas como si fueran un largo. De esta manera salen sabiendo hacer una película.
- Méndez Leite llevaba tiempo sin dirigir y no rodó nada mientras fue director de la ECAM. En su caso, ¿Seguirá trabajando en LAZONA y lo compatibilizará?
La productora seguirá abierta y yo tengo una estructura de cine y otra de teatro y me estoy dando cuenta de lo prescindible que soy. Voy a dedicar todo mi tiempo a la escuela hasta que sea capaz de decidir los cambios e implantarlos. Tengo tipos muy buenos en cada sector.
- Da la sensación de que el aficionado joven, a pesar de disponer de una amplísima lista de películas que ver, como nunca antes en la historia, de todas las épocas, rechaza lo antiguo, lo clásico... ¿También lo hacen los que quieren ser cineastas?
Mis alumnos entran sabiendo muchísimo y han visto mucho cine. Los exámenes que se hacían eran precisamente de eso. Además tenemos una videoteca con más de 10 000 títulos y procuramos que vean mucho cine. Nos traemos a la industria para que vean películas nuevas y de paso conozcan a los alumnos, ponemos también clásicos comentados y las películas favoritas de gente reconocida. El que quiere hacer cine tiene que tener ese bagaje. Aunque el espectador joven no lo tenga el profesional sí debe, para no repetirse con otros.