La Unión Europea ampliará sus ayudas públicas a la distribución y exhibición

por © Verónica López-NOTICINE.com
Joaquín Almunia
La Comisión Europea (CE) ha presentado este jueves una revisión de las normas para conceder ayudas públicas al cine y a obras audiovisuales en general. Se pretende zanjar así el conflicto abierto, que se había creado por medio de una carta firmada por Pedro Almodóvar, Wim Wenders, Ken Loach o los hermanos Dardenne. A los directores les preocupaba la ley existente, que fundamentalmente limitaba los apoyos a la producción, pero no tanto al resto de los sectores de la industria, la distribución y exhibición. El objetivo es "fomentar una creación audiovisual vibrante en Europa a la vez que preservar la diversidad cultural en toda la Unión Europea", ha declarado el vicepresidente de la CE y responsable de la competencia Joaquín Almunia.

Entre las novedades se destaca la posibilidad de generar un mayor apoyo a las coproducciones entre los distintos Estados miembros, además de no limitar las ayudas, exclusivamente, a la fase de producción, como se había hecho hasta ahora. Es por ello que se pretende ampliarlas a “todas las fases, desde su concepción hasta su proyección en salas", incluidos por tanto, los distribuidores y los espacios de proyección.

Desde Bruselas, Joaquín Almunia garantiza la “viabilidad y competitividad” del cine europeo. Se pretende seguir apostando por la pluralidad cultural de cada país de la UE, pero “sin crear distorsiones” en el mercado interior. En un principio, el apoyo que puede concederse a una película seguirá estando limitada al 50 por ciento del presupuesto del rodaje. Sin embargo, las fases de distribución y promoción podrán favorecerse de una ayuda cuya proporción será similar. Además, el vicepresidente del Ejecutivo comunitario ha señalado que las coproducciones, que implican a más de un país de la UE, se pueden beneficiar hasta un 60 por ciento del presupuesto de producción.

Sin embargo, los nuevos criterios para conceder subvenciones públicas al cine sigue manteniendo el concepto de “territorialidad”. El destinatario tiene la obligación de gastar un porcentaje de la ayuda (no podrá exceder del 80 por ciento del presupuesto total de la producción) en el país que se le ha concedido. Según Almunia estos gastos deben ser “proporcionales” para así mantener un “equilibrio justo” entre los intereses nacionales y los europeos.

No habrá límites, por un lado, para los apoyos a guiones y desarrollo de proyectos audiovisuales y por otro lado, para las obras consideradas de “especial dificultad”. Las bases para establecer este tipo de producciones serán competencia de las autoridades nacionales. Finalmente, con la finalidad de mejorar la conservación y accesibilidad del patrimonio audiovisual, los Estados miembros “deben promover y apoyar que los productores depositen una copia de las obras que hayan recibido ayudas para su preservación y una no comercial”.

Las preocupaciones del cine irán desapareciendo de aquí a dos años. Es el plazo máximo que tienen los gobiernos europeos en adaptar los modelos de apoyo al cine a estas nuevas reglas.