Alberto Rodríguez escribe sobre "El hombre de las mil caras"
- por Super User
Por Alberto Rodríguez *
El hombre de las mil caras es una historia de ficción, un thriller de timadores, de tramposos. Inspirada en hechos reales y en el libro de investigación de Manuel Cerdán, "Paesa: el espía de las mil caras". Cuando sucedieron los hechos narrados en la película yo era aún estudiante de Imagen y Sonido. Rafael Cobos, también guionista, estudiaba Derecho, carrera que finalmente abandonó. Creo que ganó el Cine y probablemente la Justicia.
Recuerdo el caso Roldán como uno de los escándalos políticos más mediáticos y dantescos de los años noventa. Fui uno de los millones de españoles que se preguntó: ¿dónde está Roldán?
Intento que mis prejuicios me ayuden a descubrir un punto de vista más interesante de la realidad. Mis recuerdos del caso Roldán me llevaban a pensar en un prófugo que había protagonizado una rocambolesca huida por medio mundo y al que, finalmente, habían detenido en el sudeste asiático, concretamente en Laos, gracias a una increíble e intrincada operación policial.
Lo que me resultó más sorprendente desde el principio es que, cuando leía el libro de Manuel Cerdán por primera vez, no paraba de pensar en que la historia era parecida a las noticias que se ven a diario en la televisión o se leen en los periódicos. Parecía un reflejo de lo que vivimos veinte años después, por desgracia. Las importantes decisiones de los grandes hombres, los asuntos de Estado, el espionaje internacional, la venta de
armas… todo quedaba reducido a una especie de juego elemental de timadores y timados.
En el fondo creo que no hablamos de políticos corruptos, de espías, de jueces, ladrones o truhanes en general. Hablamos de cómo gira el mundo, desde las alturas, desde donde Harry Lime veía a las personas como hormiguitas en El tercer hombre. De cómo se mueven las grandes fortunas, cómo se toman las grandes decisiones, cómo se articulan los mecanismos más oscuros y sucios de los Estados. Es una historia de tramposos, de timadores, que habla sobre el engaño y el arte de la mentira.
Una vez que se decidió abordar el proyecto pasamos una fase bastante larga de documentación, entrevistas… y en la que tratamos de saber y conocer todo lo que pudimos acerca de la historia. Pronto nos dimos cuenta de que cada cual tenía su propia versión de los hechos y que iba a ser muy complejo dar con algo que se pareciera a la verdad absoluta del caso. Seguramente en este país unas cuantas personas, quizás menos de dos o tres, sepan realmente qué sucedió y nosotros no estamos entre ellas. Así que después de darle muchas vueltas decidimos escribir una película que contuviese los hechos más o menos probados de la historia real y contarla de manera que el espectador sea consciente de que lo que está viendo es la "película" de esta historia. Hacerlo de otra forma hubiese sido una impostura por nuestra parte.
De alguna manera, la historia que teníamos que contar era la de Francisco Paesa, uno de los personajes más intrigantes que hemos tenido en este país. Un personaje misterioso ligado a los servicios secretos españoles que prácticamente ha hecho de todo en su vida. Un personaje muy oscuro y difícil de definir que tuvo mucha relevancia porque estuvo ligado a la fuga y posterior entrega de Roldán. Y no dejaba de ser la historia de un mentiroso.
(*): El sevillano Alberto Rodríguez ha desarrollado en su tierra natal la mayor parte de su carrera fílmica, salvo su opera prima, codirigida por Santi Amodeo, "El factor Pilgrim". Luego vendría "El Traje" y su primer éxito popular, "Siete vírgenes". Menos suerte tuve con el drama existencialista de treintañeros inmaduros "After". Se consagró con "Grupo 7" y de nuevo con "La isla mínima". Ahora llega a los cines, tras ser muy aplaudida en San Sebastián, su nueva cinta, coescrita con su habitual colaborador Rafael Cobos.
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El hombre de las mil caras es una historia de ficción, un thriller de timadores, de tramposos. Inspirada en hechos reales y en el libro de investigación de Manuel Cerdán, "Paesa: el espía de las mil caras". Cuando sucedieron los hechos narrados en la película yo era aún estudiante de Imagen y Sonido. Rafael Cobos, también guionista, estudiaba Derecho, carrera que finalmente abandonó. Creo que ganó el Cine y probablemente la Justicia.
Recuerdo el caso Roldán como uno de los escándalos políticos más mediáticos y dantescos de los años noventa. Fui uno de los millones de españoles que se preguntó: ¿dónde está Roldán?
Intento que mis prejuicios me ayuden a descubrir un punto de vista más interesante de la realidad. Mis recuerdos del caso Roldán me llevaban a pensar en un prófugo que había protagonizado una rocambolesca huida por medio mundo y al que, finalmente, habían detenido en el sudeste asiático, concretamente en Laos, gracias a una increíble e intrincada operación policial.
Lo que me resultó más sorprendente desde el principio es que, cuando leía el libro de Manuel Cerdán por primera vez, no paraba de pensar en que la historia era parecida a las noticias que se ven a diario en la televisión o se leen en los periódicos. Parecía un reflejo de lo que vivimos veinte años después, por desgracia. Las importantes decisiones de los grandes hombres, los asuntos de Estado, el espionaje internacional, la venta de
armas… todo quedaba reducido a una especie de juego elemental de timadores y timados.
En el fondo creo que no hablamos de políticos corruptos, de espías, de jueces, ladrones o truhanes en general. Hablamos de cómo gira el mundo, desde las alturas, desde donde Harry Lime veía a las personas como hormiguitas en El tercer hombre. De cómo se mueven las grandes fortunas, cómo se toman las grandes decisiones, cómo se articulan los mecanismos más oscuros y sucios de los Estados. Es una historia de tramposos, de timadores, que habla sobre el engaño y el arte de la mentira.
Una vez que se decidió abordar el proyecto pasamos una fase bastante larga de documentación, entrevistas… y en la que tratamos de saber y conocer todo lo que pudimos acerca de la historia. Pronto nos dimos cuenta de que cada cual tenía su propia versión de los hechos y que iba a ser muy complejo dar con algo que se pareciera a la verdad absoluta del caso. Seguramente en este país unas cuantas personas, quizás menos de dos o tres, sepan realmente qué sucedió y nosotros no estamos entre ellas. Así que después de darle muchas vueltas decidimos escribir una película que contuviese los hechos más o menos probados de la historia real y contarla de manera que el espectador sea consciente de que lo que está viendo es la "película" de esta historia. Hacerlo de otra forma hubiese sido una impostura por nuestra parte.
De alguna manera, la historia que teníamos que contar era la de Francisco Paesa, uno de los personajes más intrigantes que hemos tenido en este país. Un personaje misterioso ligado a los servicios secretos españoles que prácticamente ha hecho de todo en su vida. Un personaje muy oscuro y difícil de definir que tuvo mucha relevancia porque estuvo ligado a la fuga y posterior entrega de Roldán. Y no dejaba de ser la historia de un mentiroso.
(*): El sevillano Alberto Rodríguez ha desarrollado en su tierra natal la mayor parte de su carrera fílmica, salvo su opera prima, codirigida por Santi Amodeo, "El factor Pilgrim". Luego vendría "El Traje" y su primer éxito popular, "Siete vírgenes". Menos suerte tuve con el drama existencialista de treintañeros inmaduros "After". Se consagró con "Grupo 7" y de nuevo con "La isla mínima". Ahora llega a los cines, tras ser muy aplaudida en San Sebastián, su nueva cinta, coescrita con su habitual colaborador Rafael Cobos.
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