La chilena "Jesús", aplaudida en San Sebastián, que sobreexpone a Bayona y "Un monstruo viene a verme"
- por © Carolina G. Guerrero (S.Sebastián)-NOTICINE.com
Este miércoles lucía el sol en San Sebastián, cuyo festival está transcurriendo irregular y anodino, con una programación un tanto desequilibrada, que por ejemplo presenta tres títulos en una sola jornada y en cambio hoy únicamente uno, el chileno "Jesús", para brindar más protagonismo a un título fuera de concurso, "Un monstruo viene a verme / A Monster Calls", del español Juan Antonio Bayona, cuya coprotagonista, Sigourney Weaver recibe el Premio Donostia.
Es un poco extraño, o quizás poco coherente, que este miércoles se proyecte a concurso una película en la sección competitiva, cuando en otras jornadas se baten a duelo tres e incluso cuatro, pero no es por casualidad. El protagonismo lo han centrado los organizadores del festival en presentar el último trabajo de J.A. Bayona, "Un monstruo viene a verme", otra cinta rodada en inglés y con reparto internacional, siguiendo la misma ruta exitosa que su antecesora "Lo imposible".
"Jesús", que como la cinta de Bayona se estrenó días atrás en Toronto, esta dirigida por el director chileno Fernando Guzzoni, que ya estuvo por San Sebastian en el año 2012 con su polémico trabajo "Carne de perro" y se alzó con el premio Kutxa Nuevos Realizadores. Ahora nos presenta "Jesús", otra cinta donde -para no perder la tónica de este año- la violencia es una de sus protagonistas. Se trata de la segunda aproximación del cine chileno al caso del asesinato del joven gay Daniel Zamudio, que despertó muchas conciencias sobre la homofobia.
Jesús su protagonista, apenas mantiene relación con su padre, y la que tienen es distante y fría. Fernando contó en entrevista que él conoció la coincidencia de que muchos jóvenes involucrados en casos de agresión, de muchachos que se dan a las drogas y al alcohol y luego descontrolan hasta llegar al asesinato. En su opinión, el vínculo entre agresores y victimas era la ausencia de la figura paterna. Guzzoni piensa que los progenitores nacidos en los años cincuenta o antes, son como marcianos para sus hijos, y que aparte de darles el nombre y los genes, los dejan a la deriva, con mil carencias, con mil ausencias...
El cineasta chileno comenta que él quiere hacer cine sobre temas que "le impresionan, que me molestan y me duelen".
Jesús es lo que son muchos jóvenes de hoy día, un adolescente con falta de comunicación y referentes sólidos, que se dedica a ver la tele, jugar a dibujar animes, y a bailar en la calle con algunos conocidos, sin dejar de lado ni las drogas ni el alcohol. Pero el cruel destino, pondrá al chico al borde del abismo, cuando lo acusan del crimen de otro adolescente, y es sólo llegado al punto de la emergencia más absoluta, cuando busca a su padre, pidiendo su ayuda, y desde ese momento su relación hasta entonces inexistente cambiará de forma radical.
La película ha sido bien recibida, y los actores (Nicolas Durán y Alejandro Goïc), hacen muy creíbles la trama y los personajes que interpretan.
Por su parte, en un registro completamente opuesto, donde a la cruda realidad se superpone la más poderosa fantasía, Bayona, con "Un monstruo viene a verme / A Monster Calls", vuelve a manipular emocionalmente al espectador, haciéndole sufrir, como en "Lo imposible" o antes en "El orfanato". El cineasta español sabe muy bien qué fibras tocar para dejar desarmado al personal y que se deshaga frente a todos los ingredientes que usa para tal efecto, léase madre soltera joven en fase de cáncer terminal, y niño introvertido, con mundo imaginario, que además es acosado en el colegio.
La cinta tiene unas bellas ilustraciones a modo de acuarelas y consigue en algunos casos transportar al espectador a ese otro lado onírico. Excesivamente manipulada en su aspecto emocional, y tal vez demasiado melodramática, pese a tener a un niño como protagonista es demasiado densa y dura para un público infantil, y podría no interesar tampoco a algunos adultos, salvo en el propio mercado español donde Bayona ya tiene fama tras batir récords de taquilla con "Lo imposible".
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Es un poco extraño, o quizás poco coherente, que este miércoles se proyecte a concurso una película en la sección competitiva, cuando en otras jornadas se baten a duelo tres e incluso cuatro, pero no es por casualidad. El protagonismo lo han centrado los organizadores del festival en presentar el último trabajo de J.A. Bayona, "Un monstruo viene a verme", otra cinta rodada en inglés y con reparto internacional, siguiendo la misma ruta exitosa que su antecesora "Lo imposible".
"Jesús", que como la cinta de Bayona se estrenó días atrás en Toronto, esta dirigida por el director chileno Fernando Guzzoni, que ya estuvo por San Sebastian en el año 2012 con su polémico trabajo "Carne de perro" y se alzó con el premio Kutxa Nuevos Realizadores. Ahora nos presenta "Jesús", otra cinta donde -para no perder la tónica de este año- la violencia es una de sus protagonistas. Se trata de la segunda aproximación del cine chileno al caso del asesinato del joven gay Daniel Zamudio, que despertó muchas conciencias sobre la homofobia.
Jesús su protagonista, apenas mantiene relación con su padre, y la que tienen es distante y fría. Fernando contó en entrevista que él conoció la coincidencia de que muchos jóvenes involucrados en casos de agresión, de muchachos que se dan a las drogas y al alcohol y luego descontrolan hasta llegar al asesinato. En su opinión, el vínculo entre agresores y victimas era la ausencia de la figura paterna. Guzzoni piensa que los progenitores nacidos en los años cincuenta o antes, son como marcianos para sus hijos, y que aparte de darles el nombre y los genes, los dejan a la deriva, con mil carencias, con mil ausencias...
El cineasta chileno comenta que él quiere hacer cine sobre temas que "le impresionan, que me molestan y me duelen".
Jesús es lo que son muchos jóvenes de hoy día, un adolescente con falta de comunicación y referentes sólidos, que se dedica a ver la tele, jugar a dibujar animes, y a bailar en la calle con algunos conocidos, sin dejar de lado ni las drogas ni el alcohol. Pero el cruel destino, pondrá al chico al borde del abismo, cuando lo acusan del crimen de otro adolescente, y es sólo llegado al punto de la emergencia más absoluta, cuando busca a su padre, pidiendo su ayuda, y desde ese momento su relación hasta entonces inexistente cambiará de forma radical.
La película ha sido bien recibida, y los actores (Nicolas Durán y Alejandro Goïc), hacen muy creíbles la trama y los personajes que interpretan.
Por su parte, en un registro completamente opuesto, donde a la cruda realidad se superpone la más poderosa fantasía, Bayona, con "Un monstruo viene a verme / A Monster Calls", vuelve a manipular emocionalmente al espectador, haciéndole sufrir, como en "Lo imposible" o antes en "El orfanato". El cineasta español sabe muy bien qué fibras tocar para dejar desarmado al personal y que se deshaga frente a todos los ingredientes que usa para tal efecto, léase madre soltera joven en fase de cáncer terminal, y niño introvertido, con mundo imaginario, que además es acosado en el colegio.
La cinta tiene unas bellas ilustraciones a modo de acuarelas y consigue en algunos casos transportar al espectador a ese otro lado onírico. Excesivamente manipulada en su aspecto emocional, y tal vez demasiado melodramática, pese a tener a un niño como protagonista es demasiado densa y dura para un público infantil, y podría no interesar tampoco a algunos adultos, salvo en el propio mercado español donde Bayona ya tiene fama tras batir récords de taquilla con "Lo imposible".
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