"Una noche de amor" y "Los modernos": La pareja y su crisis, desde ópticas australes, en Huelva
- por © M.J.F.C. (Huelva)-NOTICINE.com
El Festival de Cine Iberoamericano de Huelva ha exhibido este martes, al iniciar la segunda mitad de su competencia, dos películas con elementos de humor y drama en torno a las parejas en crisis y la eterna lucha entre la fidelidad y la libertad, ambas con origen en cinematografías australes, la Argentina con "Una noche de amor", de Hernán Guerschuny, y la uruguaya "Los modernos", de Marcela Matta y Mauro Sarser.
Estrenada el pasado febrero en Buenos Aires con buena aceptación del público, "Una noche de amor" es la historia de Leonel (Sebastián Wainraich) y Paola (Carla Peterson), quienes llevan doce años casados. Guionista él y psicóloga ella, gozan del éxito laboral, tienen dos hijos pequeños y disfrutan de la tranquilidad de un matrimonio bien avenido aunque, en el caso de Leonel, la tentación viva en el mismo edificio. Una noche en la que tienen previsto cenar con una pareja de amigos se ven obligados a hacerlo solos ante la repentina separación de sus compañeros de salida. Esta inesperada circunstancia y la reunión durante la velada con otra pareja que aporta su particular manera de vivir el matrimonio, provocaran entre Leonel y Paola diversas discusiones y pases de facturas.
El encuentro cara a cara con la separación ajena sacude las telarañas de su relación y pone sobre la mesa viejos reclamos y nuevos planteos, así como las inevitables diferencias entre ambos sexos.
Guerschuny aseguró este martes en Huelva que su espera que su película haya logrado un "equilibrio entre el mundo particular y único de un matrimonio" y una realidad "universal con la que se ha identificado mucha gente".
"La identificación funcionó, mi madre es psicóloga de parejas y varios pacientes le hablaron de la película como ejemplo de lo que les sucedía a ellos. Eso es lo más lindo que te puede pasar como director, que tu película se vuelva un hecho social, el cine puede ayudar a generar preguntas", agregaba Guerschuny, quien debutó hace dos años con "El crítico" y ahora prepara un nuevo film sobre el mismo tema de la crisis de la pareja aunque más amplio, con el encuentro de tres parejas diferentes.
Por su parte, "Los modernos" también es más coral, aunque en cierta forma coincide con "Una noche de amor" en parte de su temática. Sus directores debutantes, Marcela Matta y Mauro Sarser, se conocieron en la escuela de cine en Uruguay y decidieron colaborar con un reparto de roles en lo que ellos califican como "drama sexual con momentos de humor" sobre varios treintañeros que plantean en un baile de parejas diferentes formas de entender su relación y afrontar su vida.
"Queríamos hacer una película que se comunicara con la gente, que no fuera hermética, que no respondiera a esos dogmas del cine independiente que hace que las películas vayan bien en los festivales y con la crítica pero no con el público. Nuestro desafío era contar la película que queríamos hacer pero que conectase con la gente", explicó en rueda de prensa Matta, quien viajó a Huelva junto a su codirector Mauro Sarser.
Este cree por su parte que "la película lanza un grito de basta, inicialmente era una especie de alegato contra la posmodernidad pero después eso quedó implícito pero no explícito". La cinta se filmó con escaso presupuesto y de forma "artesanal", con una receta que quisieran repetir: "La manera de hacer una película sin recursos es despojarse de divismos, todos hacíamos de todo".
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Estrenada el pasado febrero en Buenos Aires con buena aceptación del público, "Una noche de amor" es la historia de Leonel (Sebastián Wainraich) y Paola (Carla Peterson), quienes llevan doce años casados. Guionista él y psicóloga ella, gozan del éxito laboral, tienen dos hijos pequeños y disfrutan de la tranquilidad de un matrimonio bien avenido aunque, en el caso de Leonel, la tentación viva en el mismo edificio. Una noche en la que tienen previsto cenar con una pareja de amigos se ven obligados a hacerlo solos ante la repentina separación de sus compañeros de salida. Esta inesperada circunstancia y la reunión durante la velada con otra pareja que aporta su particular manera de vivir el matrimonio, provocaran entre Leonel y Paola diversas discusiones y pases de facturas.
El encuentro cara a cara con la separación ajena sacude las telarañas de su relación y pone sobre la mesa viejos reclamos y nuevos planteos, así como las inevitables diferencias entre ambos sexos.
Guerschuny aseguró este martes en Huelva que su espera que su película haya logrado un "equilibrio entre el mundo particular y único de un matrimonio" y una realidad "universal con la que se ha identificado mucha gente".
"La identificación funcionó, mi madre es psicóloga de parejas y varios pacientes le hablaron de la película como ejemplo de lo que les sucedía a ellos. Eso es lo más lindo que te puede pasar como director, que tu película se vuelva un hecho social, el cine puede ayudar a generar preguntas", agregaba Guerschuny, quien debutó hace dos años con "El crítico" y ahora prepara un nuevo film sobre el mismo tema de la crisis de la pareja aunque más amplio, con el encuentro de tres parejas diferentes.
Por su parte, "Los modernos" también es más coral, aunque en cierta forma coincide con "Una noche de amor" en parte de su temática. Sus directores debutantes, Marcela Matta y Mauro Sarser, se conocieron en la escuela de cine en Uruguay y decidieron colaborar con un reparto de roles en lo que ellos califican como "drama sexual con momentos de humor" sobre varios treintañeros que plantean en un baile de parejas diferentes formas de entender su relación y afrontar su vida.
"Queríamos hacer una película que se comunicara con la gente, que no fuera hermética, que no respondiera a esos dogmas del cine independiente que hace que las películas vayan bien en los festivales y con la crítica pero no con el público. Nuestro desafío era contar la película que queríamos hacer pero que conectase con la gente", explicó en rueda de prensa Matta, quien viajó a Huelva junto a su codirector Mauro Sarser.
Este cree por su parte que "la película lanza un grito de basta, inicialmente era una especie de alegato contra la posmodernidad pero después eso quedó implícito pero no explícito". La cinta se filmó con escaso presupuesto y de forma "artesanal", con una receta que quisieran repetir: "La manera de hacer una película sin recursos es despojarse de divismos, todos hacíamos de todo".
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