La cinta de la holandesa Mijke de Jong "Layla M" crea debate en Gijón
- por © Ingrid Ortiz (Gijón)-NOTICINE.com
El Festival de Gijón comenzaba con una gala de inaugural tradicional, salpicada con algunos chistes sobre Donald Trump de la mano de Toni Garrido que no consiguieron motivar a un público que se mostraba apático. Sin embargo, la posterior proyección de "Layla M", de Mijke de Jong, consiguió cierto sentimiento de incomodidad en la sala y, finalmente, un aluvión de elogios para la protagonista, la joven de 19 años Nora El Kousour, que aunque se mostró "nerviosa e insegura" durante el rodaje, parecía moverse como pez en el agua dentro de la pantalla.
La cinta narra la historia de Layla, una estudiante preocupada por el concepto que se tiene de los inmigrantes marroquíes y de la fe islámica en Occidente e, incomprendida por sus padres, afronta un proceso de radicalización y se une a un grupo de musulmanes extremistas.
Al contrario de lo que se pueda pensar, la directora holandesa pone el foco en ese debate interno de la protagonista más que en el entorno. En una rueda de prensa afirmó que la película "no es sobre radicalismo islámico, sino sobre una adolescente radical que se busca a sí misma", y añadió "lo que le pasa a Layla le puede pasar a cualquiera".
En efecto, el conflicto del argumento trasciende el tema religioso. A medida que avanza la historia de la joven, el espectador comienza a cuestionarse sus propios límites entre lo racional y lo impulsivo, la realidad y la ficción de los medios de comunicación, los peligros que encierra Internet y la propia inexperiencia… Preguntas que se refuerzan con un final abierto –y una última frase demoledora- que incita a los espectadores a decidir qué posición tomar ante un conflicto tan cercano a la actualidad.
"Es la primera vez que toco un tema tan próximo. La película está generando un debate muy interesante (en Holanda, donde ya ha sido estrenada) y eso es algo que nos gusta", afirma de Jong. "Tengo curiosidad por ver cómo funciona en España".
"Todo esto me afecta, porque soy una mujer musulmana marroquí" aseveró Nora el Koussour. "La situación política me preocupa, pero no me da miedo, porque todo esto no tiene sólo efectos negativos. Me ha hecho más fuerte".
Este es el noveno largometraje de la holandesa, que se ha caracterizado por abordar diversos conflictos sociales con protagonistas femeninos. Así lo hizo con gran éxito en "Joy" (2010) o en "Bluebird" (2014), que fue seleccionada por el país para competir en los 78º Premios de la Academia.
Con "Layla M.", de Jong continúa en esta misma línea, creando inquietudes, generando polémica sin mostrarla de manera explícita. Recordaba la directora en la rueda de prensa que al tiempo que rodaban la película se sucedieron los atentados en París y, aunque tuvo la tentación de incorporarlos, desistió. La razón: "corría el riesgo de transformar la historia en otra cosa". Y es que seguramente, de nuevo, era difícil discernir cuáles son los límites.
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La cinta narra la historia de Layla, una estudiante preocupada por el concepto que se tiene de los inmigrantes marroquíes y de la fe islámica en Occidente e, incomprendida por sus padres, afronta un proceso de radicalización y se une a un grupo de musulmanes extremistas.
Al contrario de lo que se pueda pensar, la directora holandesa pone el foco en ese debate interno de la protagonista más que en el entorno. En una rueda de prensa afirmó que la película "no es sobre radicalismo islámico, sino sobre una adolescente radical que se busca a sí misma", y añadió "lo que le pasa a Layla le puede pasar a cualquiera".
En efecto, el conflicto del argumento trasciende el tema religioso. A medida que avanza la historia de la joven, el espectador comienza a cuestionarse sus propios límites entre lo racional y lo impulsivo, la realidad y la ficción de los medios de comunicación, los peligros que encierra Internet y la propia inexperiencia… Preguntas que se refuerzan con un final abierto –y una última frase demoledora- que incita a los espectadores a decidir qué posición tomar ante un conflicto tan cercano a la actualidad.
"Es la primera vez que toco un tema tan próximo. La película está generando un debate muy interesante (en Holanda, donde ya ha sido estrenada) y eso es algo que nos gusta", afirma de Jong. "Tengo curiosidad por ver cómo funciona en España".
"Todo esto me afecta, porque soy una mujer musulmana marroquí" aseveró Nora el Koussour. "La situación política me preocupa, pero no me da miedo, porque todo esto no tiene sólo efectos negativos. Me ha hecho más fuerte".
Este es el noveno largometraje de la holandesa, que se ha caracterizado por abordar diversos conflictos sociales con protagonistas femeninos. Así lo hizo con gran éxito en "Joy" (2010) o en "Bluebird" (2014), que fue seleccionada por el país para competir en los 78º Premios de la Academia.
Con "Layla M.", de Jong continúa en esta misma línea, creando inquietudes, generando polémica sin mostrarla de manera explícita. Recordaba la directora en la rueda de prensa que al tiempo que rodaban la película se sucedieron los atentados en París y, aunque tuvo la tentación de incorporarlos, desistió. La razón: "corría el riesgo de transformar la historia en otra cosa". Y es que seguramente, de nuevo, era difícil discernir cuáles son los límites.
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