Hablamos con Emiliano Torres ante el estreno español de "El invierno"
- por © Carolina G. Guerrero-NOTICINE.com
Tras un exitoso recorrido por festivales internacionales, que incluye premios en San Sebastián, Biarritz, Macao, Pinamar y La Habana, y estrenarse en su país de origen, Argentina, el pasado octubre, llega esta semana los cines españolas la opera prima "El invierno", mezcla de drama rural, western moderno y ensayo sobre las diferencias generacionales y de clase. NOTICINE.com habló en exclusiva con su realizador, Emiliano Torres.
- ¿Qué puede contarnos sobre la trama de "El invierno"?
Es una película rodada en la Patagonia, en el suroeste de la provincia de Santa Cruz, en el último rincón del mundo, que muestra un aspecto de la Patagonia desconocido, donde no hay ni ballenas, ni pingüinos, ni paisajes alpinos. Es la otra cara de una postal de la Patagonia, una zona donde cada pequeña cosa es una verdadera epopeya, personajes que viven aislados durante muchos meses a cargo de grandes extensiones de terrenos en muchos casos de propietarios anónimos. La película narra el enfrentamiento de dos personajes, el viejo capataz de esa estancia que después de muchos años queda despedido, y reemplazado por un trabajador estacional, golondrina les llamamos en Argentina, que ocupa su lugar, a partir de ahí describe la adaptación a ese primer invierno en una soledad absoluta del nuevo capataz, y el recorrido del viejo capataz que trata de recuperar sus lazos familiares.
- ¿Podría hablarnos de los dos personajes?
Lo que de alguna manera muestro son dos caras de una misma moneda. En el fondo es el mismo personaje en dos momentos distintos de su vida: el viejo capataz de estancia llegando al invierno de su vida, y el joven capataz que de alguna manera va siguiendo los pasos al hombre que ha reemplazado. Me interesaba explorar los puntos de contacto entre los dos personajes, y de alguna forma investigar en esas relaciones, ver hasta que punto el nuevo peón, esta dispuesto a dejar atrás a su familia, sus sentimientos sus emociones y adaptarse a la nueva realidad. La película de alguna manera plantea la interrogante de cuánto sentido tienen estas batallas ambiciosas por ser capataces de nuestras pequeñas vidas, cuanto dejamos atrás, en ese sentido puede extrapolarse a casi cualquier actividad y a cualquier persona. La película se plantea esta pregunta y también da la respuesta.
- Imaginamos que fue duro el rodaje en esa zona de La Patagonia...
Sí, fue muy difícil, es una zona donde nunca antes se rodó una película. Estábamos completamente aislados, sin teléfono, sin señal de celular ni Internet,
con un clima que lo condiciona absolutamente todo, vientos de ochenta kilómetros por hora, temperaturas bajo cero, traslados a pie, pocas horas de luz...
Pero todo esto transformó la filmación en una aventura y una experiencia que va mas allá de lo cinematográfico, una experiencia vital, que me obligó de alguna manera a adaptarme como cineasta a las situaciones que se daban cada día, a dejar de lado mi guión obsesivamente escrito y abrir los ojos al paisaje y a las posibilidades que cada día me planteaba. Creo que la película sería otra si yo no hubiera afrontado el desafío de esta manera, así que agradezco todos esos inconvenientes, esas limitaciones... Porque creo que finalmente toda esa dureza, esa tensión y esa crudeza se reflejó y enriqueció la película.
- Anteriormente ha trabajado como ayudante de dirección, ¿ya tenía en el pasado la idea de esta cinta en la cabeza, o surgió de repente?
Trabajé en los lugares mas inhóspitos del mundo, viajé muchísimo con mi trabajo y el desarraigo es algo que llevé conmigo mucho tiempo, falté mucho tiempo de casa y de mi vida por trabajo. Creo que las experiencias como ayudante, por ejemplo en la isla de Lampedusa o en la selva colombiana, rodando películas sobre el conflicto armado entre las guerrillas y el ejercito, me han acercado a conflictos humanos, que son universales y que se repiten, ya sea con los inmigrantes africanos, o en medio de la selva, o en la Patagonia. Es un denominador común la necesidad de emigrar, de encontrar un lugar donde vivir mejor, y las disputas a veces tan terribles que se dan por cosas muy esenciales.
- ¿Que busca con su cine?
Yo hago un cine de autor entre comillas, pero pensando en el espectador en cada minuto, un cine narrativo. Me interesa mucho la comunicación con el espectador, y claro que me gusta que sea visto por la mayor cantidad de personas posibles.
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- ¿Qué puede contarnos sobre la trama de "El invierno"?
Es una película rodada en la Patagonia, en el suroeste de la provincia de Santa Cruz, en el último rincón del mundo, que muestra un aspecto de la Patagonia desconocido, donde no hay ni ballenas, ni pingüinos, ni paisajes alpinos. Es la otra cara de una postal de la Patagonia, una zona donde cada pequeña cosa es una verdadera epopeya, personajes que viven aislados durante muchos meses a cargo de grandes extensiones de terrenos en muchos casos de propietarios anónimos. La película narra el enfrentamiento de dos personajes, el viejo capataz de esa estancia que después de muchos años queda despedido, y reemplazado por un trabajador estacional, golondrina les llamamos en Argentina, que ocupa su lugar, a partir de ahí describe la adaptación a ese primer invierno en una soledad absoluta del nuevo capataz, y el recorrido del viejo capataz que trata de recuperar sus lazos familiares.
- ¿Podría hablarnos de los dos personajes?
Lo que de alguna manera muestro son dos caras de una misma moneda. En el fondo es el mismo personaje en dos momentos distintos de su vida: el viejo capataz de estancia llegando al invierno de su vida, y el joven capataz que de alguna manera va siguiendo los pasos al hombre que ha reemplazado. Me interesaba explorar los puntos de contacto entre los dos personajes, y de alguna forma investigar en esas relaciones, ver hasta que punto el nuevo peón, esta dispuesto a dejar atrás a su familia, sus sentimientos sus emociones y adaptarse a la nueva realidad. La película de alguna manera plantea la interrogante de cuánto sentido tienen estas batallas ambiciosas por ser capataces de nuestras pequeñas vidas, cuanto dejamos atrás, en ese sentido puede extrapolarse a casi cualquier actividad y a cualquier persona. La película se plantea esta pregunta y también da la respuesta.
- Imaginamos que fue duro el rodaje en esa zona de La Patagonia...
Sí, fue muy difícil, es una zona donde nunca antes se rodó una película. Estábamos completamente aislados, sin teléfono, sin señal de celular ni Internet,
con un clima que lo condiciona absolutamente todo, vientos de ochenta kilómetros por hora, temperaturas bajo cero, traslados a pie, pocas horas de luz...
Pero todo esto transformó la filmación en una aventura y una experiencia que va mas allá de lo cinematográfico, una experiencia vital, que me obligó de alguna manera a adaptarme como cineasta a las situaciones que se daban cada día, a dejar de lado mi guión obsesivamente escrito y abrir los ojos al paisaje y a las posibilidades que cada día me planteaba. Creo que la película sería otra si yo no hubiera afrontado el desafío de esta manera, así que agradezco todos esos inconvenientes, esas limitaciones... Porque creo que finalmente toda esa dureza, esa tensión y esa crudeza se reflejó y enriqueció la película.
- Anteriormente ha trabajado como ayudante de dirección, ¿ya tenía en el pasado la idea de esta cinta en la cabeza, o surgió de repente?
Trabajé en los lugares mas inhóspitos del mundo, viajé muchísimo con mi trabajo y el desarraigo es algo que llevé conmigo mucho tiempo, falté mucho tiempo de casa y de mi vida por trabajo. Creo que las experiencias como ayudante, por ejemplo en la isla de Lampedusa o en la selva colombiana, rodando películas sobre el conflicto armado entre las guerrillas y el ejercito, me han acercado a conflictos humanos, que son universales y que se repiten, ya sea con los inmigrantes africanos, o en medio de la selva, o en la Patagonia. Es un denominador común la necesidad de emigrar, de encontrar un lugar donde vivir mejor, y las disputas a veces tan terribles que se dan por cosas muy esenciales.
- ¿Que busca con su cine?
Yo hago un cine de autor entre comillas, pero pensando en el espectador en cada minuto, un cine narrativo. Me interesa mucho la comunicación con el espectador, y claro que me gusta que sea visto por la mayor cantidad de personas posibles.
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