Cine asiático, en la segunda jornada del Festival de Guanajuato
- por © A. López / Correcamara.com-NOTICINE.com
Como parte de la Selección Oficial del GIFF 2017 se proyectan dos cintas de la lejana Asia del este, “Sexy Durga” (Sanal Kumar Sasidharan | India | 2017) y “Pop Aye” (Kirsten Tan | Tailandia-Singapur | 2017). Ambas cintas muestran la diversidad cinematográfica del mundo, pero, al mismo tiempo, develan la universalidad de la condición humana, que sin importar regiones, parece sufrir de los mismos calambres.
“Pop Aye” es una road movie a velocidad de elefante, pues Thana (Thanet Warakulnukroh), un viejo arquitecto, encuentra uno de sus más preciados tesoros de la infancia, Pop Eye, un elefante que lo acompañó cuando niño, y que ahora decide llevar a su pueblo natal. Durante el camino, Thana va encontrando personajes pintorescos y, sobretodo, ilustres, que le van mostrando la precariedad de su autómata vida y lo fascinante que puede ser el camino. Como buena película de viaje, este se vuelve interno, introspectivo y reivindicador; pues la línea que se sigue es la de la vida, la cumbre misma de comprender, o tratar de, la razón de nuestro existir.
“Pop Aye” juega lo mismo con un humor negro, que con el romanticismo plano; hace de personajes estereotipados algo cautivador, en el aspecto interno, pero repulsivo, en el aspecto físico; lo que muestra claro el mensaje de la cinta, hay que aprender a ver más allá de lo evidente. Gags sencillos que no provocan la carcajada, pero sí una risa franca, y que rompe con el ritmo de la película, llevándola a otro cause. Momento brutales, de soledad y desamparo, también rodean la cinta, lo que la colocan en un plano realista, pero a la vez franco; no es una película de escaparate, a pesar de su buena vibra; es una vía para desmitificar los errores de la vida, y eliminar sus cadenas. Se libres, como niños, otra vez
“Sexy Durga” también es una cinta de viaje, pero con sabor a escape. Una pareja de inmigrantes buscan llegar lo más lejos posible. La accidentada huida, se vuelve errante gracias a un grupo de gangsters, que misteriosos, dan y quitan posibilidades. La trama principal se conecta con los ritos hacia la diosa Kali, que representa la fuira de la diosa Durga.
En esta cinta el humor es mucho más parco y extraño, jamás involuntario, pero si ajeno a la idiosincrasia audiovisual que de este lado manejamos. Todo se vuelve más opaco, grotesco y hasta surrealista, pero como todo chiste, devela los problemas sociales y políticos de una región que se encuentra a la deriva. El miedo al viaje y a la calle es palpable, pues afuera habitan seres de poder absoluto que corrompen la paz nocturna, y esto no puede ser más cercano para las vías de México que otra cosa. Aquí el camino no es de salvación, pues precisamente se busca la salida, pero siempre hay agente externos que pueden controlar, si así lo quieren, nuestras vidas. Para usos concretos que aquellos que no permiten el fin de la noche, son el Estado (visto en la policía), la Mafia y la religión (o por lo menos sus cegados seguidores).
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“Pop Aye” es una road movie a velocidad de elefante, pues Thana (Thanet Warakulnukroh), un viejo arquitecto, encuentra uno de sus más preciados tesoros de la infancia, Pop Eye, un elefante que lo acompañó cuando niño, y que ahora decide llevar a su pueblo natal. Durante el camino, Thana va encontrando personajes pintorescos y, sobretodo, ilustres, que le van mostrando la precariedad de su autómata vida y lo fascinante que puede ser el camino. Como buena película de viaje, este se vuelve interno, introspectivo y reivindicador; pues la línea que se sigue es la de la vida, la cumbre misma de comprender, o tratar de, la razón de nuestro existir.
“Pop Aye” juega lo mismo con un humor negro, que con el romanticismo plano; hace de personajes estereotipados algo cautivador, en el aspecto interno, pero repulsivo, en el aspecto físico; lo que muestra claro el mensaje de la cinta, hay que aprender a ver más allá de lo evidente. Gags sencillos que no provocan la carcajada, pero sí una risa franca, y que rompe con el ritmo de la película, llevándola a otro cause. Momento brutales, de soledad y desamparo, también rodean la cinta, lo que la colocan en un plano realista, pero a la vez franco; no es una película de escaparate, a pesar de su buena vibra; es una vía para desmitificar los errores de la vida, y eliminar sus cadenas. Se libres, como niños, otra vez
“Sexy Durga” también es una cinta de viaje, pero con sabor a escape. Una pareja de inmigrantes buscan llegar lo más lejos posible. La accidentada huida, se vuelve errante gracias a un grupo de gangsters, que misteriosos, dan y quitan posibilidades. La trama principal se conecta con los ritos hacia la diosa Kali, que representa la fuira de la diosa Durga.
En esta cinta el humor es mucho más parco y extraño, jamás involuntario, pero si ajeno a la idiosincrasia audiovisual que de este lado manejamos. Todo se vuelve más opaco, grotesco y hasta surrealista, pero como todo chiste, devela los problemas sociales y políticos de una región que se encuentra a la deriva. El miedo al viaje y a la calle es palpable, pues afuera habitan seres de poder absoluto que corrompen la paz nocturna, y esto no puede ser más cercano para las vías de México que otra cosa. Aquí el camino no es de salvación, pues precisamente se busca la salida, pero siempre hay agente externos que pueden controlar, si así lo quieren, nuestras vidas. Para usos concretos que aquellos que no permiten el fin de la noche, son el Estado (visto en la policía), la Mafia y la religión (o por lo menos sus cegados seguidores).
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