Mariano Luque habla sobre el estreno de "Otra madre"
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
El director de "Salsipuedes" (2012), Mariano Luque, estrena su segundo largometraje después de haber participado de los festivales de Rotterdam y BAFICI. Durante diez días y a partir de este jueves se presenta en el marco de un foco programado por el equipo de la Sala Leopoldo Lugones toda la obra de Luque. "Otra madre" (2017) habla de la cooperación y solidaridad de estos personajes entre sí. También es una película sobre el paso del tiempo y sobre las diferentes etapas o circunstancias de la vida por las que pasan estos personajes de diferentes edades", sostiene en una charla con nuestros compañeros de EscribiendoCine.
- En "Otra madre" trabaja desde un lado no convencional el tema de la maternidad: se enfoca en una madre que no puede ver a su hija durante todo el día debido al exceso de trabajo. ¿Cómo fue que llegó al tema?
Todo tiene su germen en cuestiones que uno va viviendo en la vida. Yo tomo mucho de mi entorno personal para poder escribir y trabajar en mis películas. Pero en definitiva el resultado es parte de todo el proceso, desde las primeras ideas que uno escribe hasta que se cierra el montaje. Todas las personas que trabajan en la película, las condiciones en las que se trabaja y el tiempo inciden en el resultado final. A mí me interesaba trabajar la fortaleza de estos personajes, que lo que fui construyendo con el personaje de Mabel quintándole la idealización del típico personaje materno. Ella no es una madre perfecta sino todo lo contrario. Se la humanizó y se le dio diferentes capas en su personalidad. Me pareció importante jugar con la representación de una madre en cine, que por lo general se muestra siempre como una madre condicionada por los mandatos. Si bien acá también se muestra así, ella está luchando por cambiar eso, o reniega de eso.
- ¿Cómo fue trabajar con tanta delicadeza el universo femenino desde su óptica masculina?
Yo creo que la sensibilidad que uno puede tener es por referencias personales y por el mismo contacto con las actrices. El ir trabajando los personajes y profundizarlos. La forma de sofisticar una película es dándole complejidad a los personajes, generándole diferentes matices. Así es como se generan las escenas de intimidad o de sutileza. Me interesaba mucho mostrar cómo afectan las condiciones económicas en estas dos familias que aparecen y desdibujan los roles familiares.
- Trabajó muy mayoritariamente con actrices, algo que no suele verse tan a menudo y que forma parte del reclamo por parte de las mujeres de la industria del cine. ¿Qué opinión le merece esa lucha?
La lucha feminista es una cuenta pendiente en todos los aspectos, no solamente en el cine. La búsqueda de equidad de oportunidades y de valoración de las mujeres en relación a los hombres es un pendiente que debería haber sucedido hace muchos años. En el cine por supuesto que deben reflejarse no sólo las historias sobre mujeres sino también las contadas por mujeres. ¿Qué pasaría si yo fuese mujer y estuviera haciendo una película del estilo Rambo? Sería ridículo que me preguntaran "¿Cómo es que sos mujer y estás haciendo una película sobre hombres duros?". Todos deberíamos tener las mismas oportunidades.
- ¿Qué destacaría del trabajo con las actrices?
Fue muy lindo, con cada actriz en particular un trabajo distinto. Con Mara Santucho yo ya había trabajado en "Salsipuedes", nos entendíamos un montón de antes porque ya conocemos nuestros códigos. Con Eva Bianco también había trabajado en el corto "Así me duermo" (2015). Ella es una gran actriz, con mucha experiencia en cine. Es todo terreno, maneja las escenas de forma increíble porque sabe aprovechar bien lo que la rodea. Pero el mayor desafío fue con Julieta Niztzschmann, la niñita que es mi prima. El descubrimiento fue haciendo una prueba de cámara con ella. Me di cuenta al instante porque el carisma que tiene y su soltura. Interpretaba y sabía cómo manejar la escena a pesar de sus cuatro años. Antes del rodaje hubo unos primeros encuentros con Mara para generar el vínculo de madre e hija, y Mara fue súper profesional y cariñosa.
- ¿Se le puede enseñar a actuar a una niña tan chiquita?
Sí, precisamente. Por supuesto que la niña es mucho más fresca y no tiene herramientas de actuación como sí las tienen las actrices adultas, pero Julieta dijo líneas de texto del guion. Yo le contaba más o menos lo que tenía que decir, le describía la escena junto con Mara, y ella la hacía. Incluso la repetíamos varias veces. Había momentos muy sorprendentes porque ella comprendió la lógica del rodaje, en donde las escenas se filman de forma desordenada. Había escenas en las que, por ejemplo, Mara se olvidaba su parte del texto en toma y la niña en su diálogo introducía la información que tenia que decir Mara para que ella se acuerde. Una niña súper perceptiva, una pequeña genia.
- Si tuviera que definir sobre qué habla la película, ¿cómo lo haría?
La película habla de la cooperación y solidaridad de estos personajes entre sí. También es una película sobre el paso del tiempo y sobre las diferentes etapas o circunstancias de la vida por las que pasan estos personajes de diferentes edades.
- ¿Cómo cree que puede afectar al cine argentino lo que está pasando en la actualidad con la Resolución 942?
"Otra madre" fue mi primera película con un subsidio del INCAA y es importante decir que no se hubiese podido hacer sin ese apoyo. No se puede hacer un cine que dependa absolutamente del mercado porque se elimina una faceta cultural de un país. Además del reconocimiento de nuestras películas en el mundo y del hecho de que sin subsidio no habría manera de hacerlas, es muy grave el impacto cultural que podría causar. Tiene que ver con la independencia cultural de un país. Si las películas que se hacen sólo tienen fines comerciales, no se podrían ocupar por ejemplo de lo que está pasando con Santiago Maldonado. Se callan voces y eso es terrible. En las futuras generaciones va a tener un impacto muy jodido. Y aunque aparece solapada, está muy presente la idea de censura, que es una lucha que se ha ganado hace muchos años y que está volviendo. Siempre los gobiernos neoliberales atacan la cultura primero, por algo será. Tienen que callar voces por todas las cagadas que se van echando.
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- En "Otra madre" trabaja desde un lado no convencional el tema de la maternidad: se enfoca en una madre que no puede ver a su hija durante todo el día debido al exceso de trabajo. ¿Cómo fue que llegó al tema?
Todo tiene su germen en cuestiones que uno va viviendo en la vida. Yo tomo mucho de mi entorno personal para poder escribir y trabajar en mis películas. Pero en definitiva el resultado es parte de todo el proceso, desde las primeras ideas que uno escribe hasta que se cierra el montaje. Todas las personas que trabajan en la película, las condiciones en las que se trabaja y el tiempo inciden en el resultado final. A mí me interesaba trabajar la fortaleza de estos personajes, que lo que fui construyendo con el personaje de Mabel quintándole la idealización del típico personaje materno. Ella no es una madre perfecta sino todo lo contrario. Se la humanizó y se le dio diferentes capas en su personalidad. Me pareció importante jugar con la representación de una madre en cine, que por lo general se muestra siempre como una madre condicionada por los mandatos. Si bien acá también se muestra así, ella está luchando por cambiar eso, o reniega de eso.
- ¿Cómo fue trabajar con tanta delicadeza el universo femenino desde su óptica masculina?
Yo creo que la sensibilidad que uno puede tener es por referencias personales y por el mismo contacto con las actrices. El ir trabajando los personajes y profundizarlos. La forma de sofisticar una película es dándole complejidad a los personajes, generándole diferentes matices. Así es como se generan las escenas de intimidad o de sutileza. Me interesaba mucho mostrar cómo afectan las condiciones económicas en estas dos familias que aparecen y desdibujan los roles familiares.
- Trabajó muy mayoritariamente con actrices, algo que no suele verse tan a menudo y que forma parte del reclamo por parte de las mujeres de la industria del cine. ¿Qué opinión le merece esa lucha?
La lucha feminista es una cuenta pendiente en todos los aspectos, no solamente en el cine. La búsqueda de equidad de oportunidades y de valoración de las mujeres en relación a los hombres es un pendiente que debería haber sucedido hace muchos años. En el cine por supuesto que deben reflejarse no sólo las historias sobre mujeres sino también las contadas por mujeres. ¿Qué pasaría si yo fuese mujer y estuviera haciendo una película del estilo Rambo? Sería ridículo que me preguntaran "¿Cómo es que sos mujer y estás haciendo una película sobre hombres duros?". Todos deberíamos tener las mismas oportunidades.
- ¿Qué destacaría del trabajo con las actrices?
Fue muy lindo, con cada actriz en particular un trabajo distinto. Con Mara Santucho yo ya había trabajado en "Salsipuedes", nos entendíamos un montón de antes porque ya conocemos nuestros códigos. Con Eva Bianco también había trabajado en el corto "Así me duermo" (2015). Ella es una gran actriz, con mucha experiencia en cine. Es todo terreno, maneja las escenas de forma increíble porque sabe aprovechar bien lo que la rodea. Pero el mayor desafío fue con Julieta Niztzschmann, la niñita que es mi prima. El descubrimiento fue haciendo una prueba de cámara con ella. Me di cuenta al instante porque el carisma que tiene y su soltura. Interpretaba y sabía cómo manejar la escena a pesar de sus cuatro años. Antes del rodaje hubo unos primeros encuentros con Mara para generar el vínculo de madre e hija, y Mara fue súper profesional y cariñosa.
- ¿Se le puede enseñar a actuar a una niña tan chiquita?
Sí, precisamente. Por supuesto que la niña es mucho más fresca y no tiene herramientas de actuación como sí las tienen las actrices adultas, pero Julieta dijo líneas de texto del guion. Yo le contaba más o menos lo que tenía que decir, le describía la escena junto con Mara, y ella la hacía. Incluso la repetíamos varias veces. Había momentos muy sorprendentes porque ella comprendió la lógica del rodaje, en donde las escenas se filman de forma desordenada. Había escenas en las que, por ejemplo, Mara se olvidaba su parte del texto en toma y la niña en su diálogo introducía la información que tenia que decir Mara para que ella se acuerde. Una niña súper perceptiva, una pequeña genia.
- Si tuviera que definir sobre qué habla la película, ¿cómo lo haría?
La película habla de la cooperación y solidaridad de estos personajes entre sí. También es una película sobre el paso del tiempo y sobre las diferentes etapas o circunstancias de la vida por las que pasan estos personajes de diferentes edades.
- ¿Cómo cree que puede afectar al cine argentino lo que está pasando en la actualidad con la Resolución 942?
"Otra madre" fue mi primera película con un subsidio del INCAA y es importante decir que no se hubiese podido hacer sin ese apoyo. No se puede hacer un cine que dependa absolutamente del mercado porque se elimina una faceta cultural de un país. Además del reconocimiento de nuestras películas en el mundo y del hecho de que sin subsidio no habría manera de hacerlas, es muy grave el impacto cultural que podría causar. Tiene que ver con la independencia cultural de un país. Si las películas que se hacen sólo tienen fines comerciales, no se podrían ocupar por ejemplo de lo que está pasando con Santiago Maldonado. Se callan voces y eso es terrible. En las futuras generaciones va a tener un impacto muy jodido. Y aunque aparece solapada, está muy presente la idea de censura, que es una lucha que se ha ganado hace muchos años y que está volviendo. Siempre los gobiernos neoliberales atacan la cultura primero, por algo será. Tienen que callar voces por todas las cagadas que se van echando.
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