Todo el cine de Emiliano Zapata, en el libro de Hugo Lara y Eduardo de la Vega
- por © Correcamara.com-NOTICINE.com
Después de haberse cumplido cien años de su muerte y coincidiendo con el aniversario de la revolución mexicana, se publica el ensayo "Zapata en el cine", obra coordinada por Hugo Lara y Eduardo de la Vega, la cual hace un recorrido por toda la filmografía que se centró en contar la historia del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata tanto en ficción como documental. Éste fue símbolo del movimiento revolucionario, al mando del Ejercito Libertador del Sur y fue uno de los líderes militares y campesinos más importantes de la Revolución mexicana.
"Zapata en el cine", disponible en la librería de la Cineteca Nacional y otras, integra textos de varios autores como el Eduardo De la Vega, Rosario Vidal, Elisa Lozano, Adela Pineda, Bernd Hausberger, Raffaele Moro, Eduardo Espinosa y Hugo Lara. En las páginas escritas por Eduardo De la Vega y Rosario Vidal se aborda la extensa filmografía documental sobre la figura del General, con materiales que proceden desde la revolución mexicana hasta la actualidad, con títulos como "Sangre hermana" y "Revolución zapatista", o de los emblemáticos "Los últimos zapatistas / Héroes olvidados" (Francesco Taboada Tabone, 1998) o "Los zapatos de Zapata" (Luciano Larobina, 1998).
El texto de Hugo Lara describe los films mexicanos de ficción en torno a Zapata, el zapatismo y los zapatistas. Muy pocas son las biopics que se dan de su figura, "Emiliano Zapata" de Felipe Cazals, de 1970, y "Zapata, el sueño del héroe", de Alfonso Arau, de 1994. Sin embargo, hay un gran conjunto de películas nacionales que se refieren a la revolución zapatista, mediante alegorías y personajes que encarnan la lucha zapatista, como el clásico "El compadre Mendoza (Fernando de Fuentes, 1933); "Enamorada" (1946) y "Un día de vida" (1950), ambas de Emilio Fernández, "La negra Angustias" (1950) de Matilde Landeta, así como varias películas protagonizadas por el charro Antonio Aguilar, entre otras. También hay casos donde el personaje de Zapata es aludido de forma peculiar, como en "Pafnucio Santos" (1976) de Rafael Corkidi, donde el General es personificado por una mujer, Gina Morett, o en "Cosa fácil" Alfredo Gurrola (1979), donde se juega con la posibilidad de que Zapata no murió en Chinameca y llegó a viejo.
Por su parte, Elisa Lozano centra su investigación en la película "Emiliano Zapata" (1970) de Felipe Cazals, la película mexicana de ficción más emblemática, donde el papel protagonista recayó en Antonio Aguilar, también productor de la cinta y que posteriormente regresaría al personaje del general en otras películas, como "Zapata en Chinameca" de Mario Hernández. En el análisis de Lozano, se da cuenta de los detalles de esta gran producción y de la complicada filmación donde existió hostilidad entre el director y el productor.
Eduardo Espinosa escribe sobre la geografía de Zapata en el cine mexicano, donde se da cuenta de las múltiples locaciones que han servido para las películas sobre la revolución y especialmente sobre el zapatismo, muchas de ellas en el estado de Morelos, que posee no solo paisajes naturales sino un conjunto de edificaciones propicias, como las viejas haciendas porfirianas, pueblos típicos, iglesias y otros espacios.
En cuanto al cine internacional que se ha acercado a la figura del general de Anenecuilco, dos textos tratan desde distintas perspectivas sobre "¡Viva zapata!" (1952), la película hollywoodense dirigida por el mítico Elia Kazan y protagonizada por Marlon Brando. El primero de ellos, a cargo de Adela Pineda, hace un análisis minucioso sobre la presencia autoral de Kazan así como el papel del escritor John Steinbeck, responsable del guion. Mientras tanto, Bernd Hausberger escribe sobre la promoción y repercusión internacional de "¡Viva Zapata!", donde da cuenta de la recepción de la prensa europea, sobre todo, en la que muchos críticos resaltaron el dramatismo y la calidad de espectáculo de la película.
Finalmente, Raffaele Moro aborda un curioso fenómeno fílmico conocido como "Zapata western", una ramificación del spaghetti-western italiano en la que varios cineastas importantes, como Damiano Damiani, Segio Corbucci e incluso Sergio Leone, se permitieron reconstruir el ambiente de la revolución mexicana, bajo la lente de la ideología de izquierdas vigente en los años sesenta. Incluso, se menciona la curiosa aparición de Pier Paolo Pasolini en uno de esos films, así como su preocupación ideológica de dar cabal espacio a la figura de Zapata y su causa social.
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"Zapata en el cine", disponible en la librería de la Cineteca Nacional y otras, integra textos de varios autores como el Eduardo De la Vega, Rosario Vidal, Elisa Lozano, Adela Pineda, Bernd Hausberger, Raffaele Moro, Eduardo Espinosa y Hugo Lara. En las páginas escritas por Eduardo De la Vega y Rosario Vidal se aborda la extensa filmografía documental sobre la figura del General, con materiales que proceden desde la revolución mexicana hasta la actualidad, con títulos como "Sangre hermana" y "Revolución zapatista", o de los emblemáticos "Los últimos zapatistas / Héroes olvidados" (Francesco Taboada Tabone, 1998) o "Los zapatos de Zapata" (Luciano Larobina, 1998).
El texto de Hugo Lara describe los films mexicanos de ficción en torno a Zapata, el zapatismo y los zapatistas. Muy pocas son las biopics que se dan de su figura, "Emiliano Zapata" de Felipe Cazals, de 1970, y "Zapata, el sueño del héroe", de Alfonso Arau, de 1994. Sin embargo, hay un gran conjunto de películas nacionales que se refieren a la revolución zapatista, mediante alegorías y personajes que encarnan la lucha zapatista, como el clásico "El compadre Mendoza (Fernando de Fuentes, 1933); "Enamorada" (1946) y "Un día de vida" (1950), ambas de Emilio Fernández, "La negra Angustias" (1950) de Matilde Landeta, así como varias películas protagonizadas por el charro Antonio Aguilar, entre otras. También hay casos donde el personaje de Zapata es aludido de forma peculiar, como en "Pafnucio Santos" (1976) de Rafael Corkidi, donde el General es personificado por una mujer, Gina Morett, o en "Cosa fácil" Alfredo Gurrola (1979), donde se juega con la posibilidad de que Zapata no murió en Chinameca y llegó a viejo.
Por su parte, Elisa Lozano centra su investigación en la película "Emiliano Zapata" (1970) de Felipe Cazals, la película mexicana de ficción más emblemática, donde el papel protagonista recayó en Antonio Aguilar, también productor de la cinta y que posteriormente regresaría al personaje del general en otras películas, como "Zapata en Chinameca" de Mario Hernández. En el análisis de Lozano, se da cuenta de los detalles de esta gran producción y de la complicada filmación donde existió hostilidad entre el director y el productor.
Eduardo Espinosa escribe sobre la geografía de Zapata en el cine mexicano, donde se da cuenta de las múltiples locaciones que han servido para las películas sobre la revolución y especialmente sobre el zapatismo, muchas de ellas en el estado de Morelos, que posee no solo paisajes naturales sino un conjunto de edificaciones propicias, como las viejas haciendas porfirianas, pueblos típicos, iglesias y otros espacios.
En cuanto al cine internacional que se ha acercado a la figura del general de Anenecuilco, dos textos tratan desde distintas perspectivas sobre "¡Viva zapata!" (1952), la película hollywoodense dirigida por el mítico Elia Kazan y protagonizada por Marlon Brando. El primero de ellos, a cargo de Adela Pineda, hace un análisis minucioso sobre la presencia autoral de Kazan así como el papel del escritor John Steinbeck, responsable del guion. Mientras tanto, Bernd Hausberger escribe sobre la promoción y repercusión internacional de "¡Viva Zapata!", donde da cuenta de la recepción de la prensa europea, sobre todo, en la que muchos críticos resaltaron el dramatismo y la calidad de espectáculo de la película.
Finalmente, Raffaele Moro aborda un curioso fenómeno fílmico conocido como "Zapata western", una ramificación del spaghetti-western italiano en la que varios cineastas importantes, como Damiano Damiani, Segio Corbucci e incluso Sergio Leone, se permitieron reconstruir el ambiente de la revolución mexicana, bajo la lente de la ideología de izquierdas vigente en los años sesenta. Incluso, se menciona la curiosa aparición de Pier Paolo Pasolini en uno de esos films, así como su preocupación ideológica de dar cabal espacio a la figura de Zapata y su causa social.
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