Lin-Manuel Miranda: Por qué necesitamos los musicales
- por © Alba Mallenco-NOTICINE.com
Al igual que muchos otros, Lin-Manuel Miranda también espera el regreso de Broadway y de la normalidad teatral y cinematográfica tras la pandemia. A día de hoy, la pérdida para las personas que se dedican al teatro alcanza niveles incalculables, los actores y actrices que se dedicaban a ello, ahora buscan otras salidas. Un verdadero "agujero" que les mueve de un lado a otro, según Miranda: "Los actores son infinitamente adaptables y descubren otras formas de hacer que las cosas funcionen. Podría enumerar las mías antes de ‘In the Heights’: era bailarín de bar mitzvah, maestro suplente, escribía jingles. Haces lo que puedas para pagar el alquiler y hacer lo que amas".
En Variety, Lin-Manuel Miranda ha escrito sobre esto y muchas cosas más. La crisis en el cine no solo afecta a quien se coloca delante de la pantalla o detrás de las cámaras, sino a un equipo entero de costureras, personal de recepción, acomodadores e incluso los restaurantes de alrededor: un verdadero ecosistema que gira en torno a los teatros. "La gente tardará en volver sentirse segura. No creo que el teatro haya muerto. Pero muchas partes de este ecosistema han quedado a la deriva", decía el cineasta.
"Había una gran demanda de ‘Hamilton’ en Disney Plus, y estaba muy agradecido. ¡Lo que ha sido emocionante es escuchar de primera mano a otros creadores de teatro musical que grabaran sus shows en vivo! Y eso es genial porque durante mucho tiempo se pensaba que si algo se lanzaba en streaming, se comería a la audiencia en vivo", comentaba el director respecto a los nuevos tiempos. Y puso de ejemplo algunas creaciones como "Rent" que llegó nueve años después a Broadway y volvió a triunfar por lo que generaba en el espectador, o el musical "Chicago" que todavía se realiza desde 1975. Estos ejemplos demuestran que aunque el teatro en vivo es la mejor opción para las obras, el resto puede ser "una gran ventaja".
Ahora, Hollywood y Broadway mantienen su preocupación en lo mismo: la conversión. Se llega a muchos más espectadores cuando pasas a la zona virtual, y tanto el teatro como el cine no dejan de tener su parte económica. La tecnología se ha hecho un lugar en las nuevas formas de distribución. Para mostrar que puede ser una buena opción, Miranda pone de ejemplo el teatro virtual de Andrew Scott en el Old Vic y la producción de Michael Urie de "Buyer & Cellar".
Terminaba el artículo con un halo de esperanza: "Creo que se va a necesitar un poco del increíble activismo que hemos visto en los jóvenes y las personas de color este año, en términos de poner realmente sus acciones donde está su boca, en términos de representación al frente de y detrás de la cámara, y delante y detrás del escenario".
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En Variety, Lin-Manuel Miranda ha escrito sobre esto y muchas cosas más. La crisis en el cine no solo afecta a quien se coloca delante de la pantalla o detrás de las cámaras, sino a un equipo entero de costureras, personal de recepción, acomodadores e incluso los restaurantes de alrededor: un verdadero ecosistema que gira en torno a los teatros. "La gente tardará en volver sentirse segura. No creo que el teatro haya muerto. Pero muchas partes de este ecosistema han quedado a la deriva", decía el cineasta.
"Había una gran demanda de ‘Hamilton’ en Disney Plus, y estaba muy agradecido. ¡Lo que ha sido emocionante es escuchar de primera mano a otros creadores de teatro musical que grabaran sus shows en vivo! Y eso es genial porque durante mucho tiempo se pensaba que si algo se lanzaba en streaming, se comería a la audiencia en vivo", comentaba el director respecto a los nuevos tiempos. Y puso de ejemplo algunas creaciones como "Rent" que llegó nueve años después a Broadway y volvió a triunfar por lo que generaba en el espectador, o el musical "Chicago" que todavía se realiza desde 1975. Estos ejemplos demuestran que aunque el teatro en vivo es la mejor opción para las obras, el resto puede ser "una gran ventaja".
Ahora, Hollywood y Broadway mantienen su preocupación en lo mismo: la conversión. Se llega a muchos más espectadores cuando pasas a la zona virtual, y tanto el teatro como el cine no dejan de tener su parte económica. La tecnología se ha hecho un lugar en las nuevas formas de distribución. Para mostrar que puede ser una buena opción, Miranda pone de ejemplo el teatro virtual de Andrew Scott en el Old Vic y la producción de Michael Urie de "Buyer & Cellar".
Terminaba el artículo con un halo de esperanza: "Creo que se va a necesitar un poco del increíble activismo que hemos visto en los jóvenes y las personas de color este año, en términos de poner realmente sus acciones donde está su boca, en términos de representación al frente de y detrás de la cámara, y delante y detrás del escenario".
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