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Que el curso 2020 fue un desastre en el mundo cinematográfico no es una sorpresa para nadie: detención de las producciones, cierre de las salas, pérdida de puestos de trabajo... Si un país es representativo de este fenómeno ese es Colombia, que vio como su contenido audiovisual se detenía en seco con las pérdidas económicas y creativas correspondientes. Por desgracia el año entrante no parece ser muy prometedor para dicha nación, en parte por lo que arrastra de la temporada anterior que no se arregla con el cambio de cifra, y debido a que la pandemia sigue muy presente algunos teatros no prevén abrir estos primeros meses, como es el caso de Cine Colombia, una de las más importantes cadenas dentro de sus fronteras.

El comienzo de la debacle se dio a mediados de marzo, cuándo las producciones tuvieron que detenerse tal y como estaban, y las salas fueron cerradas por el Gobierno para evitar la propagación del virus. Esto no solo afectó a los proyectos nacionales, también a obras extranjeras que se estaban rodando en suelo colombiano como es el caso de "Bogotá", del coreano Kim Seong-je ("Blood Rain"), que decidió volver con todo su equipo a su país de origen antes de que se cerraran las fronteras. Estas restricciones duraron hasta septiembre, seis largos meses en los que se comprobó que la industria del cine es mucho más frágil de lo que parece y depende de muchos factores externos ajenos a ella.

Con la reactivación de los rodajes parecía que la situación se empezaba a solucionar, pero las medidas, como un máximo de cincuenta personas por producción y nueve permisos de filmación diarios, seguían condicionando en gran parte llevarlos a cabo con una velocidad adecuada. Aún así, Paula Villegas, gerente de Artes Audiovisuales y directora de la Cinemateca de Bogotá, defendía que había que seguir trabajando todo lo que se pudiese ya que "parar significa una pérdida tanto en dinero como en puestos de trabajo", pese a que "los rodajes están supeditados a que estén habilitados servicios como aeropuertos, hoteles, transporte terrestre, alimentación... por lo que no sólo es tarea nuestra que funcionen".

Pese a volver a encender las cámaras, los números en los teatros son preocupantes. El mayor ejemplo es la cadena Cine Colombia, la más potente del país seguida por Cinemark, Procinal y Royal Films, que ha estimado un desplome del 98% anual entre el 15 de marzo y el 31 de diciembre. A nivel de cifras esto se traduce en 9 357 millones de pesos (2,7 millones de dólares), frente a los 537 321 millones (154 millones de dólares) del curso anterior en las mismas fechas. Además las salas de cine tienen que restar los ingresos que reciben por la venta de bebidas y alimentos, que en el caso de dicha empresa se redujo en un 82 %. Pérdidas que han hecho replantearse la apertura de algunos locales.

Cine Colombia ya ha anunciado que no se plantea abrir durante los primeros meses del año porque no ve ninguna rentabilidad en ello. Así lo confirmaba el gerente de la cadena, Munir Falah, a través de su cuenta de Twitter: "Muchos me preguntan por una fecha de apertura de Cine Colombia. Por las circunstancias, es difícil definir una fecha con tanta anticipación. Este virus es errático, y es necesario ir evaluando la situación día a día. Por ahora les confirmo que no será en este 1º bimestre". Por ello ha pedido que la población siga las medidas sanitarias pertinentes para poder volver a la normalidad cuanto antes, o si no el "2021 será inclusive peor que el 2020 en todos los sentidos".

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