Menos pantallas y escaso público en la reapertura de salas de México y Buenos Aires
- por © Alvaro Juanas-NOTICINE.com
Con público bastante escaso, tras permanecer cerradas varios meses se procedió a la reapertura de las salas de las capitales de México y Argentina, algo muy importante teniendo en cuenta el porcentaje de población que vive en esos municipios respecto al total en dichos países. Si bien es cierto que todavía faltan numerosos teatros por abrirse, con características muy diferentes en ambos casos, con cines menos tiempo cerrados en Ciudad de México pero unas condiciones para volver a las proyecciones mucho más duras que en Buenos Aires, donde casi se cumple un año desde las clausura de los mismos y la situación era especialmente crítica. Todavía no se puede predecir lo que falta para que la industria en Latinoamérica vuelva a la normalidad, pero con estos datos todavía se encuentra lejos de conseguirlo.
En Ciudad de México las salas permanecían cerradas desde el 18 de diciembre debido al preocupante aumento de los casos en el distrito federal, algo que al verse revertido se ha decidido volver a las proyecciones. La reapertura no fue del todo como se esperaba, pese a que se dio en 46 complejos en la capital y 64 en el circundante Estado de México, por la falta de alguna de las principales cadenas como es CineMex, la segunda más grandes del país de la que se ha rumoreado que puede estar en quiebra, y las restricciones que sólo permiten que se complete un 20% del aforo, medir la temperatura a los espectadores antes de su ingreso y el uso de la mascarilla en todo el recinto, excepto cuando se encuentra consumiendo productos típicos de los teatros como palomitas o refrescos.
Los datos en el país son más que preocupantes, con una disminución que pasa de 19 050 millones de pesos (925 millones de dólares) en 2019 a 3692 millones de pesos (180 millones de dólares) en 2020, una reducción de casi el 81% menos. Algo por lo que se había pedido su apertura mucho antes desde la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) argumentando que "los lugares cerrados con más probabilidad de contagio de COVID-19 son aquellos donde se habla, grita y canta, por lo que, los cines no son centros de contagio". Desde los cines no se han mostrado especialmente inquietos con las cifras del primer día de la vuelta a los largometrajes ya que se ha dado en una jornada laborable, por lo que entienden que el fin de semana subirán los espectadores.
En Argentina la situación ha sido similar, pero teniendo en cuenta que las salas permanecían completamente clausuradas desde el pasado abril en la capital, algo que ha hecho que el cine de dicho país se encuentre en una profunda crisis. La tan esperada reapertura se ha dado primero en Showcase, el 26 de febrero, seguida por otras cadenas importantes como Hoyts Cinema y Cinemark que lo harán este miércoles. Los recintos clásicos como CinemaCity General Paz, Artemultiplex Belgrano o el Cine Cosmos, entre otros, tardarán más en desempolvar los proyectores porque tienen que acondicionar los teatros a las restricciones exigidas que incluyen mayor ventilación. Además sólo se podrá completar un 30% del aforo, obligando a tener la mascarilla puesta y mantener una distancia mínima de 1,5 metros, con su correspondiente desinfección entre pases.
Por desgracia tampoco ha acudido tanto público como se esperaba, dónde los espectadores que han ido a ver las proyecciones han sido los que eran los más fieles antes de la pandemia, como la mayoría de ellos han confirmado en las entrevistas realizadas a la entrada del cine por La Nación, algo que se ha achacado al temor a los contagios por parte de la población. El curso pasado fue especialmente duro para la industria argentina, que pasó de vender casi 49 millones de entradas en el 2019 a ni siquiera 9 en 2020, haciendo que muchos estrenos nacionales tuvieran que postergarse o pasaran directamente a plataformas digitales. Habrá que esperar para saber si con la mayoría de teatros abiertos se empieza a recuperar, pero todavía queda mucho por delante. Tampoco ayudan la falta de estrenos importantes y las aún vigentes restricciones en el transporte público.
En Ciudad de México las salas permanecían cerradas desde el 18 de diciembre debido al preocupante aumento de los casos en el distrito federal, algo que al verse revertido se ha decidido volver a las proyecciones. La reapertura no fue del todo como se esperaba, pese a que se dio en 46 complejos en la capital y 64 en el circundante Estado de México, por la falta de alguna de las principales cadenas como es CineMex, la segunda más grandes del país de la que se ha rumoreado que puede estar en quiebra, y las restricciones que sólo permiten que se complete un 20% del aforo, medir la temperatura a los espectadores antes de su ingreso y el uso de la mascarilla en todo el recinto, excepto cuando se encuentra consumiendo productos típicos de los teatros como palomitas o refrescos.
Los datos en el país son más que preocupantes, con una disminución que pasa de 19 050 millones de pesos (925 millones de dólares) en 2019 a 3692 millones de pesos (180 millones de dólares) en 2020, una reducción de casi el 81% menos. Algo por lo que se había pedido su apertura mucho antes desde la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) argumentando que "los lugares cerrados con más probabilidad de contagio de COVID-19 son aquellos donde se habla, grita y canta, por lo que, los cines no son centros de contagio". Desde los cines no se han mostrado especialmente inquietos con las cifras del primer día de la vuelta a los largometrajes ya que se ha dado en una jornada laborable, por lo que entienden que el fin de semana subirán los espectadores.
En Argentina la situación ha sido similar, pero teniendo en cuenta que las salas permanecían completamente clausuradas desde el pasado abril en la capital, algo que ha hecho que el cine de dicho país se encuentre en una profunda crisis. La tan esperada reapertura se ha dado primero en Showcase, el 26 de febrero, seguida por otras cadenas importantes como Hoyts Cinema y Cinemark que lo harán este miércoles. Los recintos clásicos como CinemaCity General Paz, Artemultiplex Belgrano o el Cine Cosmos, entre otros, tardarán más en desempolvar los proyectores porque tienen que acondicionar los teatros a las restricciones exigidas que incluyen mayor ventilación. Además sólo se podrá completar un 30% del aforo, obligando a tener la mascarilla puesta y mantener una distancia mínima de 1,5 metros, con su correspondiente desinfección entre pases.
Por desgracia tampoco ha acudido tanto público como se esperaba, dónde los espectadores que han ido a ver las proyecciones han sido los que eran los más fieles antes de la pandemia, como la mayoría de ellos han confirmado en las entrevistas realizadas a la entrada del cine por La Nación, algo que se ha achacado al temor a los contagios por parte de la población. El curso pasado fue especialmente duro para la industria argentina, que pasó de vender casi 49 millones de entradas en el 2019 a ni siquiera 9 en 2020, haciendo que muchos estrenos nacionales tuvieran que postergarse o pasaran directamente a plataformas digitales. Habrá que esperar para saber si con la mayoría de teatros abiertos se empieza a recuperar, pero todavía queda mucho por delante. Tampoco ayudan la falta de estrenos importantes y las aún vigentes restricciones en el transporte público.