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Antonio Banderas y María Casado pueden enorgullecerse de una gala sobria, emotiva, intensa, rápida y más global que nunca, con la presencia (grabada) de grandes figuras de Hollywood y otros países, para algunos la mejor en bastantes años, y razonablemente bien resuelta técnicamente, salvo algún borrón, dada la dificultad de tener en vivo a decenas por no decir cientos de candidatos en sus casas o puntos de reunión.

La gala ha sido la primera en su historia en adoptar un formato híbrido a causa de la pandemia, con algunos entregadores desfilando por la Alfombra Roja del teatro Soho de Málaga, y los posibles premiados e invitados en casa viéndolos desde sus pantallas, dejando butacas vacías, como metáfora de una realidad que ha acuciado al mundo durante los últimos meses.

Ha sido una edición que se ha caracterizado por un homenaje a sectores de la industria y profesionales tradicionalmente olvidados, como los chóferes o los empleados y dueños de las salas, en la que los presentadores han ido al grano de lo importante, en la que no ha habido chistes malos ni comentarios forzados, en la que los ganadores han estado cómodos en sus discursos con unos agradecimientos más sentidos, más auténticos y más reivindicativos, y en la que momentos como el "in memoriam" han brillado por su sobriedad.

Sin duda el guion lo firmó Antonio Banderas, quien ha arrancado la gala con un discurso emotivo donde ha reconocido a los productores, a los directores, y a todos los que hacen posible la industria del cine, consiguiendo reunir de forma telemática a todos los protagonistas de los Goya. Fue un discurso sentido, en el que ha dejado claro el papel del mundo del cine como un servicio reflexivo frente a los acontecimientos que ha vivido la humanidad, y en el que ha homenajeado también a los miembros de la orquesta, los técnicos, los cámaras, los nominados los taquilleros, chófers, extras, repartidores de comida, exhibidores, proyeccionistas y todos aquellos que trabajan de forma invisible de alguna manera u otra detrás de las cámaras, demostrando su solidaridad hacia el colectivo, afectado por la pandemia. Tras ello siguió acompañado de María Casado y juntos le han dado un abrazo figurado a Pedro Almodóvar, Penélope Cruz, Alejandro Amenábar, Paz Vega y Juan Antonio Bayona, Paz Vega, quienes se encargaron de repartir los premios técnicos a mejor vestuario, a mejor maquillaje y peluquería, a mejor sonido, efectos especiales, y a mejor dirección de producción.

Belén Cuesta, Antonio de la Torre, María Barranco, Julián López, Adrián Lastra, Hiba Abouk, Elena Irureta, Emma Suárez, Marisa Paredes, Roberto Álamo, José Coronado, Natalia Verbeque, y Jon Kortajarena, entre otros, fueron los encargados de entregar el resto de premios. Este último lanzó un discurso de admiración hacia aquellas producciones que han salido adelante en tiempos de pandemia: "No hay nada que pueda parar un cine de calidad" , antes de entregar el premio a la coproducción de animación hispano argentina "La gallina turuleca".

También la gala ha sido tendencia por los mensajes de apoyo cargados de admiración y respeto de manera online desde diferentes partes del mundo por parte de los astros Hollywoodienses Julianne Moore, Laura Dern, Benicio del Toro, Emma Thompson, Silvester Stallone, Halle Berry, Melanie Griffith, Mel Gibson, Naomi Watts, Tom Cruise, Margot Robbie, Charlize Theron, Guillermo del Toro, Barbara Streisand, Al Pacino, Nicole Kidman, Helen Mirren, Dustin Hoffman, Gael García Bernal, el argentino Ricardo Darín y la actriz mexicana Salma Hayek, entre otros: "La lengua hispana ha sido uno de los protagonistas de nuestras historias, de nuestra forma de contarlas, espero que siga brillando, inspirando a gente como a mí, trayéndonos historias inesperadas y formas animadoras de transmitirlas, y estoy aquí para poyar al cine español", dijo la mexicana uniéndose también a las emotivas frases del argentino Oscar Martínez: "Celebro y aplauso el seguir celebrando más cine español, y dejo paso al recuerdo y homenaje de aquellos que tristemente se fueron para siempre en este último año", quien dio paso al in memoriam al que ha puesto voz Vanesa Martín, con la canción "Una nube blanca", de Ana Belén.

No todo fue redondo, pero puede disculparse dado el desafío tecnológico. El director Fernando Trueba tenía apagado el micro al agradecer el premio a Mejor Película Iberoamericana por "El olvido que seremos", pero pudo resolverse: "Es una película sobre un médico que luchó por la medicina pública, por las vacunas, por el acceso de todo el mundo a la sanidad y que fue un visionario, y que curiosamente hoy resulta oportuno en los tiempos que vivimos", expresó.

Hubo anécdotas más divertidas, como la fiesta montada en la casa del joven francés Ada Nourou, quien celebró con amigos (y sin mascarillas) el premio a Mejor Actor Revelación, convirtiéndose en el mejor actor negro en ganar un Goya; el agradecimiento de Mario Casas a Mejor Actor Protagonista por "No matarás" con su cabezón improvisado de Iron Man; la broma de Najwa Nimri haciendo que no puede abrir el sobre a mejor canción original, y quien ha acabado titulando a la película ganadora como "La boda de Rozalén", por la canción de Rozalén "Que no, que no"; la celebración a mejor actriz de reparto que la amiga de Natalia de Molina pensaba que iba a ser para ella, pero que al final fue para Natalie Poza por "La boda de Rosa"; la celebración cantando en euskera de las vascas Aránzazu Calleja, Maite Arroitajauregi, ganadoras a mejor música original por "Akelarre".

Pero las vascas no fueron las únicas que pusieron la nota musical, ya que la gala tuvo sus propias actuaciones en el escenario, vibrantes, llenas de homenajes y versiones como la de la argentina Nathy Peluso reinterpretando en directo y acompañada de la orquesta sinfónica "La violetera" (tema que recuerda a la querida Sara Montiel); la exitosa cantante Aitana,  con una versión a petición expresa de Antonio Banderas de la canción de Bárbara Streisand, "Happy days are here again"; la coplilla de las divisas de Diana navarro en su homenaje a Berlanga y la malagueña Vanesa Martín, quien actuó en su ciudad natal para poner la nota en los agradecimientos al homenaje a los fallecidos: "Nuestro recuerdo y cariño para todas las familias que han perdido a uno de los suyos, desde cualquier rincón del mundo" ha finalizado la artista en el In memoriam que este año se ha rodeado de una maravillosa escenografía.

Los discursos reivindicativos también marcaron esta edición, como el de la directora del mejor cortometraje documental, "Biografía del cadáver de una mujer", Mabel Lozano, quien denunció la condescendencia hacia la prostitución y la falta de atención a las víctimas de trata: "Míralas, míralas bien, de lo que están desnudas es de derechos"; Rozalén también ha recordado el 8M en su discurso de agradecimiento: "Desde nuestra ventanita podemos seguir reivindicando"; o el mensaje al PSOE de reivindicación de la ley de vivienda por el derecho a una vivienda digna del ganador a Mejor Actor de Reparto, Alberto San Juan por "Sentimental"; y hasta el discurso del presidente de la academia Mariano Borroso, que este año se hizo menos tedioso de lo normal, y quien recordó la importancia del cine en tiempos de pandemia: "Si se pudiera sumar el tiempo que hemos dedicado a ver cine este año, saldrían millones de horas, millones de días. Saldrían miles de años de cine"; y destacó que la mitad de las nominadas a Mejor Dirección de este año eran mujeres.

En la gala los homenajes también fueron protagonistas, como el del cineasta valenciano Berlanga, que cumpliría 100 años este 12 de junio, al que Diana Navarro y Carlos Latre le han rendido culto y de quien se ha hecho un recorrido por todas sus películas; y al de los sanitarios y víctimas de la pandemia en cualquiera de sus formas, representados por Ana María Ruiz, una enfermera del Samur, que puso el broche de oro final de la gala con la entrega del premio más importante de la noche, como es el de Mejor Película: "Hoy es la noche de uno de los grandes cuidadores del prójimo, el séptimo arte",

Otro de los momentos más esperados ha sido el Goya de Honor de Angela Molina, siendo la octava mujer en 35 años en recoger el goya honorífico, de la mano de Jaime Chávarri y ovacionada tras un enorme recibimiento flamenco: "Nuestro cine de nuestra alma ha marcado el calendario de mi vida, ha sido horizonte y camino, un viaje hacia el ser humano hecho por humanos, se nos van las horas hablando de nuestro trabajo, necesitamos compartir nuestro entusiasmo, comunicar con alguien para que nos fascine lo que comunicamos, necesitamos sentir que nos necesitamos y quiero darle las gracias al cine por haberme llevado con él, y por enseñarme a mirar, quizá la vida se parezca al cine, no se disfruta sin los demás", agradeció la actriz a la Academia, a sus compañeros y a los espectadores.

La ceremonia se despidió con el "Moon River" de Mancini, digno colofón a una gala que en definitiva ha cambiado con respecto al año pasado, como lo hemos hecho nosotros, a lo largo de un año. Acabó una gala con carga esperanzada, que se despidió augurando un futuro mejor para la edición del próximo año, que viajará según han anunciado Antonio Banderas y María Casado, a Valencia.

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