Experiencia de inmigrante mexicano "Dr. Q" inspira proyecto de Brad Pitt
- por © Noemí Romero Vera-NOTICINE.com
El astro y director Hollywoodiense Brad Pitt ha tomado como fuente de inspiración la vida del Doctor Alfredo Quiñones, más conocido como "Dr. Q", un mexicano inmigrante que llegó a Estados Unidos sin papeles, a los 19 años, sobrevivió trabajando en el campo, y ahora es uno de los mejores neurocirujanos del mundo, tanto como para producir una película, la cual acabará en las manos de Disney.
A través de su productora Plan B Entertainment, Pitt recibió el sí del doctor Alfredo Quiñones Hinojosa para trasladar su historia de superación a la gran pantalla. En una entrevista con Infobae, el reconocido cirujano expresó que está harto de que el mexicano se muestre siempre en el papel de narco o delincuente, y está dispuesto a romper con el rol estereotipado tradicional del mexicano dentro del cine en Estados Unidos.
No obstante, aunque su vida ya fue retratada en uno de los capítulos de la serie de Netflix "Ases del bisturí", en ella relató que "se acostaba llorando porque dejó todo, a su familia, sus padres, hermanos, tíos, abuelos, todo". Será este terreno emocional en el que ahondará la historia que narrará Brad Pitt y que según algunos medios especializados será de ayuda para reivindicar el papel del migrante en todo el mundo.
Quiñones tenía 19 años cuando decidió cruzar el muro como migrante hacia Estados Unidos. Al otro lado de la frontera comenzó a estudiar inglés y trabajar en la agricultura, extirpar la maleza de los campos de algodón y recolectar tomates de sol a sol por 3,50 dólares la hora: "Trabajaba en el campo con mis manos, las mismas manos con las que ahora hago cirugía", confesó a Infobae, mostrando orgulloso sus manos a cámara: "Estaba sucio, dormía en una casa rodante, era muy pobre, indocumentado. Lo más difícil de ser inmigrante es eso: ser invisible".
Tras años de esfuerzo logró estudiar la carrera de medicina, y llegó a endeudarse para poder obtener finalmente el título de médico. Hoy en día, ha logrado ser uno de los neurocirujanos más prestigiosos y reconocido de Estados Unidos al ser el director de la Clínica Mayo, considerada la mejor del mundo en neurocirugía.
Nacido en un pequeño pueblo de Mexicali, Alfredo perdió a su hermanita, por la pobreza, deshidratación y diarrea, fue el mayor de cinco hermanos lleno de sueños pero al mismo tiempo tenía unas pesadillas increíbles en las que a pesar de todos estos poderes no podía salvar a sus padres, a sus hermanos, o a sus abuelos: "Creo que esa es la razón por la que sigo luchando por encontrar una cura contra el cáncer y sostengo una fundación junto con los cuatro o cinco neurocirujanos más famosos del mundo, para ayudar a la gente pobre que no tiene acceso a neurocirujanos como yo o como mis colegas", confesó a Infobae.
El Doctor Q hace neurocirugías a pacientes de escasos recursos en México y el mundo con Mission: BRAIN, y por primera vez operó a tres niños en Monterrey: "Muchas familias piensan que yo los he tocado pero ellos me han tocado mucho más y me han cambiado la vida mucho más que la forma en la que yo se las he cambiado a ellos", declaró en un video para Grupo Reforma.
Entre algunas de las anécdotas de la historia de vida y superación del Dr.Q como migrante se encuentran que el 14 de abril de 1989 casi pierde la vida al caer a un tanque de 35 000 galones de gas LP, mientras reparaba sus válvulas, cuando desempañaba uno de los tantos trabajos que tuvo hasta ser médico, entre ellos el trabajo en el ferrocarril: "Mi cuñado me salvó la vida y yo desperté en el hospital, fue cuando tuve mi primera interacción con un doctor, y ahí creo que empieza a surgir el amor por la medicina". Quiñones fue becado en Berkeley, y un identificador de talentos le animó a estudiar medicina en Hardvard, de donde egresó con honores: "A veces tienes que arriesgar en la vida, y de tomar ese paso que es a base de fe y de pensar que vas a lograr algo mucho más grande, soy una persona que me encanta enfocarme en lo que hago y tengo ese sentido de dirección que no me desvía, pero todo eso es a base de sacrificio".
Con respecto a su amor por el cáncer, el neurocirujano reveló que le surgió después de Harvard y de ser residente, cuando empezó a conocer pacientes afectados por el cáncer del cerebro: "Quería ser parte de ese grupo de personas que les daba esperanzas a los pacientes, porque es la misma esperanza que yo buscaba cuando estaba en el campo", confesó el Doctor quien ahora vive de abrir cerebros para extirparles tumores empleando terapias celulares de células madre: "Creo que en uno o dos años podremos agarrar el tejido del paciente y lo podremos poner de regreso en el cerebro después de las operaciones para que puedan empezar a matar el cáncer".
En 2010, el Dr. Q ya era un neurocirujano y catedrático reconocido mundialmente, y terminó de pagar sus deudas. Además, al año siguiente publicó su libro autobiográfico: "La Historia de Cómo Un Jornalero Migrante Se Convirtió en Neurocirujano"
En 2015 fue cuando se le acercó Jeremy Kleiner, productor que ha obtenido reconocimiento por títulos como "12 años de esclavitud / 12 Years a Slave" o "The Last Black Man in San Francisco", y que forma parte de la productora de Brad Pitt, al interesarse por su historia. Ese año también Forbes lo eligió como "una de las mentes más brillantes de México en el mundo".
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A través de su productora Plan B Entertainment, Pitt recibió el sí del doctor Alfredo Quiñones Hinojosa para trasladar su historia de superación a la gran pantalla. En una entrevista con Infobae, el reconocido cirujano expresó que está harto de que el mexicano se muestre siempre en el papel de narco o delincuente, y está dispuesto a romper con el rol estereotipado tradicional del mexicano dentro del cine en Estados Unidos.
No obstante, aunque su vida ya fue retratada en uno de los capítulos de la serie de Netflix "Ases del bisturí", en ella relató que "se acostaba llorando porque dejó todo, a su familia, sus padres, hermanos, tíos, abuelos, todo". Será este terreno emocional en el que ahondará la historia que narrará Brad Pitt y que según algunos medios especializados será de ayuda para reivindicar el papel del migrante en todo el mundo.
Quiñones tenía 19 años cuando decidió cruzar el muro como migrante hacia Estados Unidos. Al otro lado de la frontera comenzó a estudiar inglés y trabajar en la agricultura, extirpar la maleza de los campos de algodón y recolectar tomates de sol a sol por 3,50 dólares la hora: "Trabajaba en el campo con mis manos, las mismas manos con las que ahora hago cirugía", confesó a Infobae, mostrando orgulloso sus manos a cámara: "Estaba sucio, dormía en una casa rodante, era muy pobre, indocumentado. Lo más difícil de ser inmigrante es eso: ser invisible".
Tras años de esfuerzo logró estudiar la carrera de medicina, y llegó a endeudarse para poder obtener finalmente el título de médico. Hoy en día, ha logrado ser uno de los neurocirujanos más prestigiosos y reconocido de Estados Unidos al ser el director de la Clínica Mayo, considerada la mejor del mundo en neurocirugía.
Nacido en un pequeño pueblo de Mexicali, Alfredo perdió a su hermanita, por la pobreza, deshidratación y diarrea, fue el mayor de cinco hermanos lleno de sueños pero al mismo tiempo tenía unas pesadillas increíbles en las que a pesar de todos estos poderes no podía salvar a sus padres, a sus hermanos, o a sus abuelos: "Creo que esa es la razón por la que sigo luchando por encontrar una cura contra el cáncer y sostengo una fundación junto con los cuatro o cinco neurocirujanos más famosos del mundo, para ayudar a la gente pobre que no tiene acceso a neurocirujanos como yo o como mis colegas", confesó a Infobae.
El Doctor Q hace neurocirugías a pacientes de escasos recursos en México y el mundo con Mission: BRAIN, y por primera vez operó a tres niños en Monterrey: "Muchas familias piensan que yo los he tocado pero ellos me han tocado mucho más y me han cambiado la vida mucho más que la forma en la que yo se las he cambiado a ellos", declaró en un video para Grupo Reforma.
Entre algunas de las anécdotas de la historia de vida y superación del Dr.Q como migrante se encuentran que el 14 de abril de 1989 casi pierde la vida al caer a un tanque de 35 000 galones de gas LP, mientras reparaba sus válvulas, cuando desempañaba uno de los tantos trabajos que tuvo hasta ser médico, entre ellos el trabajo en el ferrocarril: "Mi cuñado me salvó la vida y yo desperté en el hospital, fue cuando tuve mi primera interacción con un doctor, y ahí creo que empieza a surgir el amor por la medicina". Quiñones fue becado en Berkeley, y un identificador de talentos le animó a estudiar medicina en Hardvard, de donde egresó con honores: "A veces tienes que arriesgar en la vida, y de tomar ese paso que es a base de fe y de pensar que vas a lograr algo mucho más grande, soy una persona que me encanta enfocarme en lo que hago y tengo ese sentido de dirección que no me desvía, pero todo eso es a base de sacrificio".
Con respecto a su amor por el cáncer, el neurocirujano reveló que le surgió después de Harvard y de ser residente, cuando empezó a conocer pacientes afectados por el cáncer del cerebro: "Quería ser parte de ese grupo de personas que les daba esperanzas a los pacientes, porque es la misma esperanza que yo buscaba cuando estaba en el campo", confesó el Doctor quien ahora vive de abrir cerebros para extirparles tumores empleando terapias celulares de células madre: "Creo que en uno o dos años podremos agarrar el tejido del paciente y lo podremos poner de regreso en el cerebro después de las operaciones para que puedan empezar a matar el cáncer".
En 2010, el Dr. Q ya era un neurocirujano y catedrático reconocido mundialmente, y terminó de pagar sus deudas. Además, al año siguiente publicó su libro autobiográfico: "La Historia de Cómo Un Jornalero Migrante Se Convirtió en Neurocirujano"
En 2015 fue cuando se le acercó Jeremy Kleiner, productor que ha obtenido reconocimiento por títulos como "12 años de esclavitud / 12 Years a Slave" o "The Last Black Man in San Francisco", y que forma parte de la productora de Brad Pitt, al interesarse por su historia. Ese año también Forbes lo eligió como "una de las mentes más brillantes de México en el mundo".
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