La vida del falsificador anarquista Lucio Urtubia vuelve a la gran pantalla
- por © Redacción-NOTICINE.com
Para el cine, la figura de Lucio Urtibia fue "descubierta" hace 14 años por los vascos Garaño, Arregui y Goenaga en el documental ficcionado "Lucio", y ahora su particular historia de resistencia antifranquista, falsificaciones y apoyo a causas anarquistas y revolucionarias se convertirá en película de ficción, tras el acuerdo entre Editorial Txalaparta y Friki Films.
Lucio Urtubia, ya fallecido, fue albañil y anarquista, se exilió y con su inigualable habilidad para la falsificación llegó a engañar al poderoso City Bank estadounidense. Pero el navarro no lo hacía en beneficio propio, sino -cual Robin Hood- robaba a los ricos para repartir los beneficios entre diferentes movimientos revolucionarios de todo el mundo.
Su familia, junto a la editorial navarra Txalaparta, donde publicó varias obras autobiográficas, han negociado con la productora catalana Friki Films los derechos audiovisuales de esos libros, que podrían dar lugar a una película o una teleserie.
"A punto de celebrarse el primer aniversario de la muerte de Urtubia, ha llegado el momento de reivindicar su enorme figura y sus espectaculares e impresionantes logros en un formato audiovisual. Una historia con gran proyección internacional que persigue entretener e inspirar a las nuevas generaciones en el valor de la lucha, los derechos sociales y el trabajo", aseguran.
Las actividades políticas y los primeros golpes de Lucio tuvieron que ver con el contrabando, incluso durante su servicio militar, y a mediados de los años 50 se vio obligado a exiliarse a París, donde trabajó como albañil, mientras secretamente organizaba "operaciones de recuperación de dinero", que empezaron con simples robos a bancos, cuyos beneficios entregaba a "la causa". Sin embargo, esta actividad se fue sofisticando para evitar daños a los trabajadores bancarios, y el anarquista navarro se convirtió en falsificador de documentos, una técnica que culminó con la copia de cheques de viaje del City Bank, tan perfecta que eran prácticamente iguales que los auténticos. En los primeros 80 distribuyó miles de estos falsos cheques por Europa y América Latina, por valor de millones de pesetas.
A pesar de que la policía consiguió desmantelar su estructura, nunca encontraron las planchas de impresión de los cheques, lo que obligó al City Bank y al gobierno francés a negociar con Urtubia extrajudicialmente.
Antes había ya logrado falsificar dólares de gran calidad, lo que le llevó a negociar con Cuba, y particularmente con Che Guevara, ministro del gobierno castrista, al que propuso una edición masiva de billetes verdes en favor de la Revolución, iniciativa que fue rechazada.
Sus dólares y cheques de viaje financiaron a movimientos guerrilleros en Latinoamérica (tupamaros, montoneros, etc.) y Europa. Dotado de tanta suerte como inteligencia y habilidad, Urtubia vio conmutada su pena -de sólo seis meses de cárcel- a cambio de entregar sus planchas.
Anarquista hasta su muerte, y con el ejemplo de su propia vida, en la que ejerció como albañil para mantenerse, colaboró con varios grupos revolucionarios y participó en acciones como el secuestro del nazi Klaus Barbie en Bolivia, la fuga del líder de los Panteras Negras, la intercesión en el secuestro de Javier Rupérez o la fuga de prisión de Albert Boadella, que se encontraba en espera de un juicio por un delito de injurias al Ejército español.
"Somos albañiles, pintores, electricistas, no necesitamos el Estado para nada" y "si el paro y la marginación crearan revolucionarios, los gobiernos habrían acabado ya con el paro y la marginación" son algunas de sus frases.
En 2007, Aitor Arregui y Jose Mari Goenaga estrenaron su documental "Lucio", donde con el recurso al documental y escenas reproducidas con actores, contaron su trayectoria, una "vida de película" donde las haya.
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Lucio Urtubia, ya fallecido, fue albañil y anarquista, se exilió y con su inigualable habilidad para la falsificación llegó a engañar al poderoso City Bank estadounidense. Pero el navarro no lo hacía en beneficio propio, sino -cual Robin Hood- robaba a los ricos para repartir los beneficios entre diferentes movimientos revolucionarios de todo el mundo.
Su familia, junto a la editorial navarra Txalaparta, donde publicó varias obras autobiográficas, han negociado con la productora catalana Friki Films los derechos audiovisuales de esos libros, que podrían dar lugar a una película o una teleserie.
"A punto de celebrarse el primer aniversario de la muerte de Urtubia, ha llegado el momento de reivindicar su enorme figura y sus espectaculares e impresionantes logros en un formato audiovisual. Una historia con gran proyección internacional que persigue entretener e inspirar a las nuevas generaciones en el valor de la lucha, los derechos sociales y el trabajo", aseguran.
Las actividades políticas y los primeros golpes de Lucio tuvieron que ver con el contrabando, incluso durante su servicio militar, y a mediados de los años 50 se vio obligado a exiliarse a París, donde trabajó como albañil, mientras secretamente organizaba "operaciones de recuperación de dinero", que empezaron con simples robos a bancos, cuyos beneficios entregaba a "la causa". Sin embargo, esta actividad se fue sofisticando para evitar daños a los trabajadores bancarios, y el anarquista navarro se convirtió en falsificador de documentos, una técnica que culminó con la copia de cheques de viaje del City Bank, tan perfecta que eran prácticamente iguales que los auténticos. En los primeros 80 distribuyó miles de estos falsos cheques por Europa y América Latina, por valor de millones de pesetas.
A pesar de que la policía consiguió desmantelar su estructura, nunca encontraron las planchas de impresión de los cheques, lo que obligó al City Bank y al gobierno francés a negociar con Urtubia extrajudicialmente.
Antes había ya logrado falsificar dólares de gran calidad, lo que le llevó a negociar con Cuba, y particularmente con Che Guevara, ministro del gobierno castrista, al que propuso una edición masiva de billetes verdes en favor de la Revolución, iniciativa que fue rechazada.
Sus dólares y cheques de viaje financiaron a movimientos guerrilleros en Latinoamérica (tupamaros, montoneros, etc.) y Europa. Dotado de tanta suerte como inteligencia y habilidad, Urtubia vio conmutada su pena -de sólo seis meses de cárcel- a cambio de entregar sus planchas.
Anarquista hasta su muerte, y con el ejemplo de su propia vida, en la que ejerció como albañil para mantenerse, colaboró con varios grupos revolucionarios y participó en acciones como el secuestro del nazi Klaus Barbie en Bolivia, la fuga del líder de los Panteras Negras, la intercesión en el secuestro de Javier Rupérez o la fuga de prisión de Albert Boadella, que se encontraba en espera de un juicio por un delito de injurias al Ejército español.
"Somos albañiles, pintores, electricistas, no necesitamos el Estado para nada" y "si el paro y la marginación crearan revolucionarios, los gobiernos habrían acabado ya con el paro y la marginación" son algunas de sus frases.
En 2007, Aitor Arregui y Jose Mari Goenaga estrenaron su documental "Lucio", donde con el recurso al documental y escenas reproducidas con actores, contaron su trayectoria, una "vida de película" donde las haya.
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