Ripstein y Herrero, a vueltas con el público
- por © Redacción-NOTICINE.com
9-VIII-04
El realizador mexicano Arturo Ripstein y el productor y director Gerardo Herrero colaboraron en "El coronel no tiene quien le escriba", hace cinco años, y nunca más han vuelto a hacerlo. Estos días, sin pretenderlo, ambos han discrepado sobre la importancia del público en el hecho cinematográfico. Afirma el primero que el cine de la "Epoca de Oro" era importante más que por sí mismo por el interés que despertaba en la audiencia, mientras que Herrero cree que se le da demasiada importancia a los resultados comerciales de las cintas.
"No hubo tal cine de oro mexicano, porque mira que tuvo sus altibajos; pero lo que sí había era espectadores de oro, público que le daba seguimiento al cine, que estimulaba a hacer películas. Hoy los espectadores de cine mexicano son cada vez más infrecuentes. Las películas que tienen continuidad son las grandotas, las del gran respaldo: "Y Tu Mamá También", "Amores Perros"...", asegura Ripstein en una entrevista publicada este lunes por Reforma.
Cree "Rip" que en este momento, para llegar al público es preciso lo que él llama "jaleo", o sea, llamar la atención. "Pregúntate si, por ejemplo, "Fahrenheit 9/11" hubiera tenido éxito de no ser por el jaleo previo". Para el cineasta mexicano, la cinta de Moore no es cine, sino que "entra en otro territorio: la propaganda, el escándalo. Tiene éxito porque hay jaleo. "Fahrenheit..." es divertidísima. La primera media hora es soberbia, pero no es cine. Produce ámpula, pero habría que ver si tiene futuro".
"El cine es fórmula y concesión. El riesgo existe siempre, incluso en películas que están hechas para que funcionen, como "Spiderman 2", porque no se sabe si se ganará o no lo suficiente. El cine de ahora ya no es hecho por cineastas, sino por los de mercadotecnia, y en México, como estamos tan determinados por lo que se hace en Hollywood, queremos hacer lo mismo. Todo esto quita a este público de oro que hoy nos falta, porque está domado, domesticado".
Ripstein, quien aún tiene dos cintas sin distribuir en su propio país, "La Virgen de la Lujuria" y "La Mujer del Puerto", dice estar buscando productores para adaptar la novela "Carnaval de Sodoma", del dominicano Pedro Antonio Valdés.
Por su parte, el prolífico Gerardo Herrero, quien como director acaba de terminar "Heroína", anda un tanto molesto con el público, quizás por el poco caso que han hecho a sus últimos trabajos, "El misterio Galíndez" y "El principio de Arquímedes". "El público va a ver películas que normalmente no suelen ser las mejores pero la gente hace cine no para que le digan cuantos miles de espectadores la han visto sino para contar una historia. Buñuel es reconocido como un gran cineasta y nunca fue un director de romper taquillas", dijo Herrero en el Curso de Cine de la Universidad de Valladolid.
De paso, el productor-realizador descalificó a un colega del mismo curso, el catedrático de Historia del Cine de la Universidad de Vigo José Luis Castro de Paz, quien allí mismo había hablado de "la falta de imaginación de los cineastas españoles". En su opinión, "El éxito de una película es un elemento subjetivo, tiene que encontrar su público porque si lo que se quiere es llenar las salas se tiene que hacer un determinado cine que no interesa a muchos ni como directores ni como espectadores" y afirmó que lo dicho por Castro de Paz fue una "solemne estupidez", añadiendo -quizás por propia experiencia: "Lo que pasa es que la gente no va a ver las películas interesantes que hay un montón cada año y que pasan sin pena ni gloria" y ello lo achaca "a la falta de curiosidad intelectual" del público.
El realizador mexicano Arturo Ripstein y el productor y director Gerardo Herrero colaboraron en "El coronel no tiene quien le escriba", hace cinco años, y nunca más han vuelto a hacerlo. Estos días, sin pretenderlo, ambos han discrepado sobre la importancia del público en el hecho cinematográfico. Afirma el primero que el cine de la "Epoca de Oro" era importante más que por sí mismo por el interés que despertaba en la audiencia, mientras que Herrero cree que se le da demasiada importancia a los resultados comerciales de las cintas.
"No hubo tal cine de oro mexicano, porque mira que tuvo sus altibajos; pero lo que sí había era espectadores de oro, público que le daba seguimiento al cine, que estimulaba a hacer películas. Hoy los espectadores de cine mexicano son cada vez más infrecuentes. Las películas que tienen continuidad son las grandotas, las del gran respaldo: "Y Tu Mamá También", "Amores Perros"...", asegura Ripstein en una entrevista publicada este lunes por Reforma.
Cree "Rip" que en este momento, para llegar al público es preciso lo que él llama "jaleo", o sea, llamar la atención. "Pregúntate si, por ejemplo, "Fahrenheit 9/11" hubiera tenido éxito de no ser por el jaleo previo". Para el cineasta mexicano, la cinta de Moore no es cine, sino que "entra en otro territorio: la propaganda, el escándalo. Tiene éxito porque hay jaleo. "Fahrenheit..." es divertidísima. La primera media hora es soberbia, pero no es cine. Produce ámpula, pero habría que ver si tiene futuro".
"El cine es fórmula y concesión. El riesgo existe siempre, incluso en películas que están hechas para que funcionen, como "Spiderman 2", porque no se sabe si se ganará o no lo suficiente. El cine de ahora ya no es hecho por cineastas, sino por los de mercadotecnia, y en México, como estamos tan determinados por lo que se hace en Hollywood, queremos hacer lo mismo. Todo esto quita a este público de oro que hoy nos falta, porque está domado, domesticado".
Ripstein, quien aún tiene dos cintas sin distribuir en su propio país, "La Virgen de la Lujuria" y "La Mujer del Puerto", dice estar buscando productores para adaptar la novela "Carnaval de Sodoma", del dominicano Pedro Antonio Valdés.
Por su parte, el prolífico Gerardo Herrero, quien como director acaba de terminar "Heroína", anda un tanto molesto con el público, quizás por el poco caso que han hecho a sus últimos trabajos, "El misterio Galíndez" y "El principio de Arquímedes". "El público va a ver películas que normalmente no suelen ser las mejores pero la gente hace cine no para que le digan cuantos miles de espectadores la han visto sino para contar una historia. Buñuel es reconocido como un gran cineasta y nunca fue un director de romper taquillas", dijo Herrero en el Curso de Cine de la Universidad de Valladolid.
De paso, el productor-realizador descalificó a un colega del mismo curso, el catedrático de Historia del Cine de la Universidad de Vigo José Luis Castro de Paz, quien allí mismo había hablado de "la falta de imaginación de los cineastas españoles". En su opinión, "El éxito de una película es un elemento subjetivo, tiene que encontrar su público porque si lo que se quiere es llenar las salas se tiene que hacer un determinado cine que no interesa a muchos ni como directores ni como espectadores" y afirmó que lo dicho por Castro de Paz fue una "solemne estupidez", añadiendo -quizás por propia experiencia: "Lo que pasa es que la gente no va a ver las películas interesantes que hay un montón cada año y que pasan sin pena ni gloria" y ello lo achaca "a la falta de curiosidad intelectual" del público.