Silvia Pinal recibe homenaje en Palacio de Bellas Artes
- por © Redacción (México)-NOTICINE.com
La Secretaría de Cultura Federal dispensa este lunes a la diva de la Epoca de Oro del cine mexicano y musa de Buñuel Silvia Pinal, que está próxima a cumplir 91 años. Su nieta, Stephanie Salas, participará interpretando canciones del musical "Hello Dolly". El historiador de cine y crítico fílmico Jorge Ayala Blanco establece para Reporte Indigo tres etapas en la carrera de Pinal: "La primera sería antes de Buñuel, antes de los años 60; después vendría este intermedio que son las tres películas con el cineasta español y, posteriormente, lo que es para mí una post-Silvia Pinal; de hecho, son tres personajes completamente distintos".
Durante la ceremonia, que será conducida por Diana Bracho, se reconocerá a Silvia Pinal como pionera del teatro musical en México, por lo que se han sumado integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), de la Compañía Nacional de Danza (CND) y el coro de Solistas Ensamble de Bellas Artes, bajo la dirección artística de Diego del Río y el coreógrafo Óscar Carpía, en la dirección artística.
El reconocimiento internacional le llegó a Pinal de la mano de las tres películas que interpretó para el español exiliado en México Luis Buñuel, "Simón del Desierto", "El ángel exterminador" y "Viridiana". Ésta última ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes en 1961. La presea se encuentra ahora mismo en la casa de la actriz, en un pequeño armario de madera y cristal.
"Luis Buñuel era un ser maravilloso, sabía muy bien lo que hacía. Me dio tres películas extraordinarias, y me regaló la Palma de Oro, así que la conservo con mucho cariño. Luego Gustavo Alatriste y yo creíamos que él (el realizador) debía tenerla, pero su hijo Juan Luis dijo que su padre querría que la tuviera yo", contó la intérprete. cuando hace 6 años presentó su autobiografía.
Jorge Ayala Blanco subraya que ya antes Pinal era una "sex symbol" para el público mexicano, gracias por ejemplo a "Locura pasional" (1956), dirigida por Tulio Demicheli, que le hizo ganar su primer Premio Ariel como Mejor Actriz. "Mi primer contacto con las películas de Silvia Pinal fue con un personaje que para mí encarnaba la sensualidad, es la Silvia Pinal que acompañó, lo confieso, mis fantasías eróticas adolescentes. Vamos a los 14 años, yo me encontré con este largometraje al que, evidentemente, no podía yo acceder, por lo menos en la sala de cine, al área de luneta, había que irse a salas de segunda o tercera y ahí me topaba a este personaje realmente inquietante, era una mujer extraordinariamente bella", dice el reconocido crítico e historiador.
"Cuando realmente significaba algo, ser una diva y un "sex symbol mexicano", le guste o no le guste a la actual Silvia Pinal o a sus adoradores, ella permanece en mi memoria como el gran símbolo erótico de mi adolescencia", agrega Ayala.
La carrera de Pinal no se estancó, fue capaz de evolucionar para ser estrella y pionera del teatro musical en México, así como exitosa productora de dramáticos en televisión. "Con o sin Viridiana, con o sin Buñuel, con o sin la televisión, Silvia Pinal seguiría siendo una extraordinaria diva (…). La única versión que tenemos de un equivalente del mito de Marilyn Monroe sería Silvia Pinal; uno, es la rubia; dos, es una mujer con un cuerpo formidable y tercero, era una mujer extraordinariamente graciosa, que jugaba entre la ingenuidad y el libertinaje", concluye Jorge Ayala Blanco.
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Durante la ceremonia, que será conducida por Diana Bracho, se reconocerá a Silvia Pinal como pionera del teatro musical en México, por lo que se han sumado integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), de la Compañía Nacional de Danza (CND) y el coro de Solistas Ensamble de Bellas Artes, bajo la dirección artística de Diego del Río y el coreógrafo Óscar Carpía, en la dirección artística.
El reconocimiento internacional le llegó a Pinal de la mano de las tres películas que interpretó para el español exiliado en México Luis Buñuel, "Simón del Desierto", "El ángel exterminador" y "Viridiana". Ésta última ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes en 1961. La presea se encuentra ahora mismo en la casa de la actriz, en un pequeño armario de madera y cristal.
"Luis Buñuel era un ser maravilloso, sabía muy bien lo que hacía. Me dio tres películas extraordinarias, y me regaló la Palma de Oro, así que la conservo con mucho cariño. Luego Gustavo Alatriste y yo creíamos que él (el realizador) debía tenerla, pero su hijo Juan Luis dijo que su padre querría que la tuviera yo", contó la intérprete. cuando hace 6 años presentó su autobiografía.
Jorge Ayala Blanco subraya que ya antes Pinal era una "sex symbol" para el público mexicano, gracias por ejemplo a "Locura pasional" (1956), dirigida por Tulio Demicheli, que le hizo ganar su primer Premio Ariel como Mejor Actriz. "Mi primer contacto con las películas de Silvia Pinal fue con un personaje que para mí encarnaba la sensualidad, es la Silvia Pinal que acompañó, lo confieso, mis fantasías eróticas adolescentes. Vamos a los 14 años, yo me encontré con este largometraje al que, evidentemente, no podía yo acceder, por lo menos en la sala de cine, al área de luneta, había que irse a salas de segunda o tercera y ahí me topaba a este personaje realmente inquietante, era una mujer extraordinariamente bella", dice el reconocido crítico e historiador.
"Cuando realmente significaba algo, ser una diva y un "sex symbol mexicano", le guste o no le guste a la actual Silvia Pinal o a sus adoradores, ella permanece en mi memoria como el gran símbolo erótico de mi adolescencia", agrega Ayala.
La carrera de Pinal no se estancó, fue capaz de evolucionar para ser estrella y pionera del teatro musical en México, así como exitosa productora de dramáticos en televisión. "Con o sin Viridiana, con o sin Buñuel, con o sin la televisión, Silvia Pinal seguiría siendo una extraordinaria diva (…). La única versión que tenemos de un equivalente del mito de Marilyn Monroe sería Silvia Pinal; uno, es la rubia; dos, es una mujer con un cuerpo formidable y tercero, era una mujer extraordinariamente graciosa, que jugaba entre la ingenuidad y el libertinaje", concluye Jorge Ayala Blanco.
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