Entrevista exclusiva con Benjamín Vicuña: "Me permito equivocarme"
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
El chileno de internacional carrera, Benjamín Vicuña, ha sido uno de los invitados de la décima gala de los Premios Platino, celebrada este sábado en Madrid. Con él, NOTICINE.com repasó su actualidad y su carrera, cuando filma la película que hace la número 30 desde sus inicios a finales de los años 90. Feliz y orgulloso, Vicuña no rehuye la autocrítica y reconoce que no todas sus cintas han sido buenas.
- Se puede decir que usted es uno de los invitados más fieles a Los Platino, año tras año...
Soy un veterano de los Platino, sí. Tuve la oportunidad de estar en la primera, la de Panamá, y después en todas o casi, estuve en el México en dos ocasiones, también en Uruguay y acá en España... Son unos premios que me movilizan, me siento identificado con lo que pregonan, con su filosofía, de tender puentes y generar vínculos entre nosotros, de encontrarnos. Me parece una muy linda iniciativa, y siempre que puedo vengo.
- En esta ocasión el esfuerzo ha sido menor, porque está usted filmando en España...
Claro, estoy rodando una película que se llama "El silencio de Marcos Tremmer", con Adriana Ugarte, Félix Gómez y Daniel Hendler. Es un ejercicio que tiene que ver con el espíritu de los Platino, la coproducción de países, en este caso España, Uruguay y de República Dominicana, con actores de varios países iberoamericanos. Estoy muy contento, porque es un drama muy potente, que está quedando muy lindo, muy bien filmado. Estamos muy orgullosos.
- Leí unas declaraciones suyas en las que decía que "Tremmer" era quizás su película más difícil...
Mira, el otro día pensaba... He hecho 30 películas con esta. Es difícil hablar de los diferentes procesos, pero para mi edad y para lo que hoy significa abordar el tema de la enfermedad, tiene que ver con estos caminos sinuosos que nos toca en la vida transitar, a nuestro pesar, tenerlos que vivir con lucha, con dignidad. Eso me conmueve, me atraviesa, me emplaza, y además es una historia de amor. Porque la enfermedad es el contexto para contar una historia de amor, de idas y vueltas, del poder de las decisiones. Mi personaje es un tipo que decide por los otros, el error de decidir por los otros y alejar a sus seres queridos en este momento de su vida, para vivir la enfermedad solo para no lastimar a su entorno. Tiene muchas vueltas, muchos viajes, con elementos muy potentes. Por esto y por lo que te comenté es un desafío en mi vida y mi carrera, contar la historia y las diferentes etapas y estados por las que pasa el personaje, en la enfermedad, en su vínculo con la madre...
- ¿Si mira para atrás, su actual carrera responde a lo que usted imaginó cuando empezaba, o ha sido fruto de las circunstancias y las casualidades?
Reconozco que me permito tener una "libertad editorial" sobre mi trabajo, y saber elegir pero también reconozco que vivo de esto y he hecho películas buenas y otras malas. Es algo que no puedes obviar. Tienes que tener un nivel de cariño y compromiso con el trabajo, pero hay películas que van directas a las plataformas, aunque soñemos con las salas llenas y los festivales. Son diferentes momentos de expresión. Me ha pasado de rodar últimamente varias películas de temática política, porque se cumplen este año los 50 del golpe militar en Chile y la muerte de Salvador Allende. Me ha tocado también hacer comedias en momentos de mi vida, como el año pasado, y haciendo teatro de comedia. La paradoja es que estaba pasando por mi momento muy difícil, por la muerte de mi papá, y me tenía que subir a un escenario cada noche a hacer reir. Tiene esas cosas raras nuestra profesión, pero necesarias. Cuando hice "La memoria del agua" toqué un tema muy muy sensible, porque yo perdí una hija, y esa película hablaba de eso, de la pérdida de un hijo y cómo afectaba a una pareja. Por momentos voy eligiendo y también me permito equivocarme y experimentar cosas. Hace poco hice también una comedia familiar, la más vista en Chile los últimos cuatro años, "Papá al rescate", con cuatro personajes que van en busca de un hijo, con mi personaje como el primer hombre en casarse con otro en Chile legalmente. Son películas en este caso que me divierten, el guión, el grupo... Reconozco que a veces para tomar decisiones no me baso sólo en el guión, también en lo que puede significar de experiencia, por los compañeros, el director... Cuando vine a trabajar por primera vez a España, con Nacho García Velilla, en "Fuera de carta", lo que me atrajo fue experimentar un género nuevo, vinculado a la "sitcom", con además Javier Cámara, que es un tremendo actor. Son decisiones que tienen muchos factores.
- Pero, ¿se imaginaba una carrera tan internacional cuando empezó en los años 90?
Estudié Licenciatura en Arte en la Universidad de Chile, y al primer año hice "LSD" que fue la primera película en digital en Chile, y eso significó un cambio de paradigma. Y luego otra de Pablo Larraín, "Fuga", y asumí que era un mundo que me gustaba, en el que me sentía cómodo. No me imaginé que me iba a mover tanto, que iba a trabajar y moverme tanto, en México, en Argentina, Uruguay, Colombia, aquí en España... Nunca me lo imaginé, pensé que siempre iba a estar en mi país filmando. El cine fue para mí amor a primera vista, me apasiona, me gusta y hago lo posible por darle lugar y vivir de eso.
- ¿Y a estas alturas no le cansa un poco ir dando tumbos por el mundo?
Creo que parte del ADN de los actores, de nuestra esencia, la de los cómicos del pasado, los carromatos, los intérpretes eran nómadas y hoy, desde otro lugar, con aviones, viajando, vuelvo a sentir que es parte de mi oficio. Y lo que más me gusta de este oficio es conocer gente, diferentes puntos de vista... Y volvemos a los Platino, que sirven para reencontrarte con actores y te das cuenta que tenemos los mismo problemas, las mismas miserias, el mismo humor... Eso es muy lindo. Es algo maravilloso que me regaló mi oficio.
- El éxito, la fama, hace también que determinados medios aireen la vida privada de los actores, y usted en algún momento ha sido víctima de la prensa amarilla. ¿Es la parte menos grata de su trabajo?
Sí, se puede decir que es la parte menos bonita, que escapa de alguna manera a lo que es nuestro trabajo, pero también es una consecuencia. Hay compañeros que manejan esto mejor y otros peor. La vida te lleva a situaciones desagradables, pero no me considero una víctima ni mucho menos. Gozo del cariño de la gente, poder estar caminando y que se acerque gente y te diga "perdón, te quiero felicitar por tal película que me emocionó". Uno se da cuenta de la misión que tiene, que lo que haces va mucho más allá del entretenimiento. Por ejemplo cuando hice "El bosque de Karadima", que hablaba de abusos de niños, y hubo gente que se atrevió a denunciar a sus victimarios, después de 15 o 20 años, porque una película hizo liberar algo. El cine puede ser algo sanador. Por tanto me quedo con todo lo bueno, me quedo con el amor a mi trabajo, por mis compañeros, por lo que trasciende al Séptimo Arte, contar historias... y entonces lo de perder la privacidad... Estamos en un tiempo en el que la privacidad es algo muy extraño. No se si la gente cuida su privacidad. Está todo el mundo contando lo que hace con su vida en las redes sociales, ese exhibicionismo...
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- Se puede decir que usted es uno de los invitados más fieles a Los Platino, año tras año...
Soy un veterano de los Platino, sí. Tuve la oportunidad de estar en la primera, la de Panamá, y después en todas o casi, estuve en el México en dos ocasiones, también en Uruguay y acá en España... Son unos premios que me movilizan, me siento identificado con lo que pregonan, con su filosofía, de tender puentes y generar vínculos entre nosotros, de encontrarnos. Me parece una muy linda iniciativa, y siempre que puedo vengo.
- En esta ocasión el esfuerzo ha sido menor, porque está usted filmando en España...
Claro, estoy rodando una película que se llama "El silencio de Marcos Tremmer", con Adriana Ugarte, Félix Gómez y Daniel Hendler. Es un ejercicio que tiene que ver con el espíritu de los Platino, la coproducción de países, en este caso España, Uruguay y de República Dominicana, con actores de varios países iberoamericanos. Estoy muy contento, porque es un drama muy potente, que está quedando muy lindo, muy bien filmado. Estamos muy orgullosos.
- Leí unas declaraciones suyas en las que decía que "Tremmer" era quizás su película más difícil...
Mira, el otro día pensaba... He hecho 30 películas con esta. Es difícil hablar de los diferentes procesos, pero para mi edad y para lo que hoy significa abordar el tema de la enfermedad, tiene que ver con estos caminos sinuosos que nos toca en la vida transitar, a nuestro pesar, tenerlos que vivir con lucha, con dignidad. Eso me conmueve, me atraviesa, me emplaza, y además es una historia de amor. Porque la enfermedad es el contexto para contar una historia de amor, de idas y vueltas, del poder de las decisiones. Mi personaje es un tipo que decide por los otros, el error de decidir por los otros y alejar a sus seres queridos en este momento de su vida, para vivir la enfermedad solo para no lastimar a su entorno. Tiene muchas vueltas, muchos viajes, con elementos muy potentes. Por esto y por lo que te comenté es un desafío en mi vida y mi carrera, contar la historia y las diferentes etapas y estados por las que pasa el personaje, en la enfermedad, en su vínculo con la madre...
- ¿Si mira para atrás, su actual carrera responde a lo que usted imaginó cuando empezaba, o ha sido fruto de las circunstancias y las casualidades?
Reconozco que me permito tener una "libertad editorial" sobre mi trabajo, y saber elegir pero también reconozco que vivo de esto y he hecho películas buenas y otras malas. Es algo que no puedes obviar. Tienes que tener un nivel de cariño y compromiso con el trabajo, pero hay películas que van directas a las plataformas, aunque soñemos con las salas llenas y los festivales. Son diferentes momentos de expresión. Me ha pasado de rodar últimamente varias películas de temática política, porque se cumplen este año los 50 del golpe militar en Chile y la muerte de Salvador Allende. Me ha tocado también hacer comedias en momentos de mi vida, como el año pasado, y haciendo teatro de comedia. La paradoja es que estaba pasando por mi momento muy difícil, por la muerte de mi papá, y me tenía que subir a un escenario cada noche a hacer reir. Tiene esas cosas raras nuestra profesión, pero necesarias. Cuando hice "La memoria del agua" toqué un tema muy muy sensible, porque yo perdí una hija, y esa película hablaba de eso, de la pérdida de un hijo y cómo afectaba a una pareja. Por momentos voy eligiendo y también me permito equivocarme y experimentar cosas. Hace poco hice también una comedia familiar, la más vista en Chile los últimos cuatro años, "Papá al rescate", con cuatro personajes que van en busca de un hijo, con mi personaje como el primer hombre en casarse con otro en Chile legalmente. Son películas en este caso que me divierten, el guión, el grupo... Reconozco que a veces para tomar decisiones no me baso sólo en el guión, también en lo que puede significar de experiencia, por los compañeros, el director... Cuando vine a trabajar por primera vez a España, con Nacho García Velilla, en "Fuera de carta", lo que me atrajo fue experimentar un género nuevo, vinculado a la "sitcom", con además Javier Cámara, que es un tremendo actor. Son decisiones que tienen muchos factores.
- Pero, ¿se imaginaba una carrera tan internacional cuando empezó en los años 90?
Estudié Licenciatura en Arte en la Universidad de Chile, y al primer año hice "LSD" que fue la primera película en digital en Chile, y eso significó un cambio de paradigma. Y luego otra de Pablo Larraín, "Fuga", y asumí que era un mundo que me gustaba, en el que me sentía cómodo. No me imaginé que me iba a mover tanto, que iba a trabajar y moverme tanto, en México, en Argentina, Uruguay, Colombia, aquí en España... Nunca me lo imaginé, pensé que siempre iba a estar en mi país filmando. El cine fue para mí amor a primera vista, me apasiona, me gusta y hago lo posible por darle lugar y vivir de eso.
- ¿Y a estas alturas no le cansa un poco ir dando tumbos por el mundo?
Creo que parte del ADN de los actores, de nuestra esencia, la de los cómicos del pasado, los carromatos, los intérpretes eran nómadas y hoy, desde otro lugar, con aviones, viajando, vuelvo a sentir que es parte de mi oficio. Y lo que más me gusta de este oficio es conocer gente, diferentes puntos de vista... Y volvemos a los Platino, que sirven para reencontrarte con actores y te das cuenta que tenemos los mismo problemas, las mismas miserias, el mismo humor... Eso es muy lindo. Es algo maravilloso que me regaló mi oficio.
- El éxito, la fama, hace también que determinados medios aireen la vida privada de los actores, y usted en algún momento ha sido víctima de la prensa amarilla. ¿Es la parte menos grata de su trabajo?
Sí, se puede decir que es la parte menos bonita, que escapa de alguna manera a lo que es nuestro trabajo, pero también es una consecuencia. Hay compañeros que manejan esto mejor y otros peor. La vida te lleva a situaciones desagradables, pero no me considero una víctima ni mucho menos. Gozo del cariño de la gente, poder estar caminando y que se acerque gente y te diga "perdón, te quiero felicitar por tal película que me emocionó". Uno se da cuenta de la misión que tiene, que lo que haces va mucho más allá del entretenimiento. Por ejemplo cuando hice "El bosque de Karadima", que hablaba de abusos de niños, y hubo gente que se atrevió a denunciar a sus victimarios, después de 15 o 20 años, porque una película hizo liberar algo. El cine puede ser algo sanador. Por tanto me quedo con todo lo bueno, me quedo con el amor a mi trabajo, por mis compañeros, por lo que trasciende al Séptimo Arte, contar historias... y entonces lo de perder la privacidad... Estamos en un tiempo en el que la privacidad es algo muy extraño. No se si la gente cuida su privacidad. Está todo el mundo contando lo que hace con su vida en las redes sociales, ese exhibicionismo...
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