Protestas de la prensa europea por las imposiciones informativas de Hollywood
- por © Redacción-NOTICINE.com
23-VI-05
Puede que simplemente se trate de una cuestión de diferente concepción. Para los grandes estudios de de Hollywood sus películas son productos, sujetos a un "marketing" que sólo ellos quieren controlar, y en su organigrama el periodista o crítico es uno de los penúltimos eslabones de la cadena, a veces potencialmente peligrosos pero normalmente fieles transmisores de sus estrenos. Para los periodistas, se trata de información, y como tal sujeta a principios tan sacrosantos de la profesión como los de la "primicia".
Muchas son las condiciones que estas "majors" imponen a la prensa a la hora de ejercer su labor informativa, pero ahora la comprensible lucha contra la pirateria se lleva hasta extremos que rozan lo grotesco, y a la vez se pretenden imponer condicionantes en el trabajo que pueden chocar con la libertad de expresión. Así lo han visto los periodistas europeos estos días frente a la campaña promocional de "La guerra de los mundos" por parte de la UIP, joint-venture que distribuye en este continente los films de varios estudios, entre ellos Dreamworks y Paramount, que coprodujeron la cinta con las compañías de Spielberg y Cruise.
La Asociación alemana de Críticos de Cine hizo pública su protesta frente a United International Pictures (UIP) porque antes del pase de prensa les obligaron a firmar un documento escrito que les compromete a no publicar comentarios o críticas sobre el film antes del estreno mundial, el próximo día 29.
"Ese procedimiento obstaculiza a la prensa -en este caso a la crítica de cine- en el ejercicio de los derechos que garantiza la Constitución", afirman los críticos germanos, que se sienten amenazados por "algún tipo de represalia jurídica" si no cumplen con esa petición, que a todas luces busca por una parte evitar análisis negativos del film los días anteriores al estreno y de paso centralizar en una misma jornada todos los artículos.
Por otro lado, los comentaristas alemanes que acudieron al pase en Berlín previo a la rueda de prensa de Tom Cruise, del pasado día 14, fueron obligados a dejar fuera de la sala no sólo sus cámaras, sino cualquier aparato electrónico, como teléfonos móviles, Palm PCs o similares, además de chaquetas y bolsos. Por si fuera poco, esta medida -que se repitió también esta misma semana en Madrid- agentes privados de seguridad vigilaron con dispositivos especiales a los periodistas mientras duró la proyección: "Un tratamiento como ése nos acerca a la consideración de delincuentes", dicen los críticos alemanes. En la capital española, algunos molestos informadores exigieron que esas medidas parapoliciales las impusieran los estudios en sus propias instalaciones, de donde salen muchas de las copias piratas que circulan por la red.
Puede que simplemente se trate de una cuestión de diferente concepción. Para los grandes estudios de de Hollywood sus películas son productos, sujetos a un "marketing" que sólo ellos quieren controlar, y en su organigrama el periodista o crítico es uno de los penúltimos eslabones de la cadena, a veces potencialmente peligrosos pero normalmente fieles transmisores de sus estrenos. Para los periodistas, se trata de información, y como tal sujeta a principios tan sacrosantos de la profesión como los de la "primicia".
Muchas son las condiciones que estas "majors" imponen a la prensa a la hora de ejercer su labor informativa, pero ahora la comprensible lucha contra la pirateria se lleva hasta extremos que rozan lo grotesco, y a la vez se pretenden imponer condicionantes en el trabajo que pueden chocar con la libertad de expresión. Así lo han visto los periodistas europeos estos días frente a la campaña promocional de "La guerra de los mundos" por parte de la UIP, joint-venture que distribuye en este continente los films de varios estudios, entre ellos Dreamworks y Paramount, que coprodujeron la cinta con las compañías de Spielberg y Cruise.
La Asociación alemana de Críticos de Cine hizo pública su protesta frente a United International Pictures (UIP) porque antes del pase de prensa les obligaron a firmar un documento escrito que les compromete a no publicar comentarios o críticas sobre el film antes del estreno mundial, el próximo día 29.
"Ese procedimiento obstaculiza a la prensa -en este caso a la crítica de cine- en el ejercicio de los derechos que garantiza la Constitución", afirman los críticos germanos, que se sienten amenazados por "algún tipo de represalia jurídica" si no cumplen con esa petición, que a todas luces busca por una parte evitar análisis negativos del film los días anteriores al estreno y de paso centralizar en una misma jornada todos los artículos.
Por otro lado, los comentaristas alemanes que acudieron al pase en Berlín previo a la rueda de prensa de Tom Cruise, del pasado día 14, fueron obligados a dejar fuera de la sala no sólo sus cámaras, sino cualquier aparato electrónico, como teléfonos móviles, Palm PCs o similares, además de chaquetas y bolsos. Por si fuera poco, esta medida -que se repitió también esta misma semana en Madrid- agentes privados de seguridad vigilaron con dispositivos especiales a los periodistas mientras duró la proyección: "Un tratamiento como ése nos acerca a la consideración de delincuentes", dicen los críticos alemanes. En la capital española, algunos molestos informadores exigieron que esas medidas parapoliciales las impusieran los estudios en sus propias instalaciones, de donde salen muchas de las copias piratas que circulan por la red.