Crítica: "La reina de España", caricatura y desmesura de una época
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Por Eduardo Larrocha
En "La reina de España" Penélope Cruz no es "La niña de tus Ojos" ni uno de los personajes de "Belle Epoque"- aquel Oscar que ganó Fernando Trueba después de haber sido rechazada su película por sesgadamente machista en el Festival de Berlín. Penélope Cruz vuelve no obstante a ser Macarena Granada de la que se enamoró Goebels el líder nazi que marcaba directrices en los estudios de la UFA. Han pasado veinte años desde que Hitler perdiera su guerra, ahora ya triunfante en Hollywood, Macarena lleva una carrera propia de éxito y amores apasionados.
La actriz española confiesa que ha repetido con este personaje en "La reina de España" por amor al buen hacer de Fernando Trueba. El director vuelve a meternos en los platós, rodajes y en el mundillo de los actores, apasionado sobre todo por el cine americano. Aunque a muchos puede fastidiar la obvia caricatura de John Huston que aquí se llama John Scott, el director que rueda en España una superpoducción de contenido histórico. La película se teje con decorados en la Sierra madrileña, mientras Isabel la Católica rinde y llena de lágrimas al moro Boabdil en Granada. Es verdad que para Trueba Dios es Billy Wilder, pero eso no le da todo el derecho del mundo a ridiculizar a otro de los grandes. Ese es precisamente uno de los errores de esta comedia esperpéntica: a veces la caricatura y situaciones previsibles resultan patéticas.
Jalonan esta tragicomedia, la visita de Franco, el Dictador, al rodaje, la construcción del Valle de los Caídos en Cuelgamuros, escenas de flamenco y también una mirada a la homosexualidad que seguramente serán tan del desagrado del mundo gay como lo fue "Belle Epoque" para el feminismo berlinés en 1992. En fin, que "La reina de España" no es una película para todos los gustos por más que repitan los actores de entonces en sus papeles de "La niña de tus Ojos". Vemos de nuevo a Antonio Resines, el veterano director ha superado el encierro en Matthausen y se acerca al rodaje de sus viejos camaradas y amores: Jorge Sanz, Rosa María Sardá, Ana Belén, Loles León, Neus Asensi, Santiago Segura. Todos ellos repiten en este "topical spanish" con guiños envidiosos al cine de Hollywood, a los que se suman el realizador mexicano Arturo Ripstein, y actores americanos como Cary Elwes, Mandy Patinkin o Clive Rewill. Por cierto, entre los homenajes de todo el equipo artístico y técnico están las composiciones de Zbigniew Preisner, el músico que acompañó en gran parte de su carrera a Krzysztof Kieslowski.
Puede resultar entretenida, pero "La reina de España" no llega a la altura del mejor cine de Trueba, quien -por cierto- ha esquivado de momento una denuncia de dos de los firmantes guionistas de "La niña de tus ojos". Carlos López y Manuel Angel Egea consideran que los personajes son creación suya. En su defensa la productora alega que los sucesos que narra la película están basados en hechos vagamente reales y que ninguna frase del guión original se mantuvo ni en aquella ni en esta última producción española que este fin de semana llega a las salas de cine de nuestro país. La justicia dirá si acepta la demanda y el público decidirá sobre el interés cinematográfico o, al menos de entretenimiento, que le ofrezca "La reina de España".
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En "La reina de España" Penélope Cruz no es "La niña de tus Ojos" ni uno de los personajes de "Belle Epoque"- aquel Oscar que ganó Fernando Trueba después de haber sido rechazada su película por sesgadamente machista en el Festival de Berlín. Penélope Cruz vuelve no obstante a ser Macarena Granada de la que se enamoró Goebels el líder nazi que marcaba directrices en los estudios de la UFA. Han pasado veinte años desde que Hitler perdiera su guerra, ahora ya triunfante en Hollywood, Macarena lleva una carrera propia de éxito y amores apasionados.
La actriz española confiesa que ha repetido con este personaje en "La reina de España" por amor al buen hacer de Fernando Trueba. El director vuelve a meternos en los platós, rodajes y en el mundillo de los actores, apasionado sobre todo por el cine americano. Aunque a muchos puede fastidiar la obvia caricatura de John Huston que aquí se llama John Scott, el director que rueda en España una superpoducción de contenido histórico. La película se teje con decorados en la Sierra madrileña, mientras Isabel la Católica rinde y llena de lágrimas al moro Boabdil en Granada. Es verdad que para Trueba Dios es Billy Wilder, pero eso no le da todo el derecho del mundo a ridiculizar a otro de los grandes. Ese es precisamente uno de los errores de esta comedia esperpéntica: a veces la caricatura y situaciones previsibles resultan patéticas.
Jalonan esta tragicomedia, la visita de Franco, el Dictador, al rodaje, la construcción del Valle de los Caídos en Cuelgamuros, escenas de flamenco y también una mirada a la homosexualidad que seguramente serán tan del desagrado del mundo gay como lo fue "Belle Epoque" para el feminismo berlinés en 1992. En fin, que "La reina de España" no es una película para todos los gustos por más que repitan los actores de entonces en sus papeles de "La niña de tus Ojos". Vemos de nuevo a Antonio Resines, el veterano director ha superado el encierro en Matthausen y se acerca al rodaje de sus viejos camaradas y amores: Jorge Sanz, Rosa María Sardá, Ana Belén, Loles León, Neus Asensi, Santiago Segura. Todos ellos repiten en este "topical spanish" con guiños envidiosos al cine de Hollywood, a los que se suman el realizador mexicano Arturo Ripstein, y actores americanos como Cary Elwes, Mandy Patinkin o Clive Rewill. Por cierto, entre los homenajes de todo el equipo artístico y técnico están las composiciones de Zbigniew Preisner, el músico que acompañó en gran parte de su carrera a Krzysztof Kieslowski.
Puede resultar entretenida, pero "La reina de España" no llega a la altura del mejor cine de Trueba, quien -por cierto- ha esquivado de momento una denuncia de dos de los firmantes guionistas de "La niña de tus ojos". Carlos López y Manuel Angel Egea consideran que los personajes son creación suya. En su defensa la productora alega que los sucesos que narra la película están basados en hechos vagamente reales y que ninguna frase del guión original se mantuvo ni en aquella ni en esta última producción española que este fin de semana llega a las salas de cine de nuestro país. La justicia dirá si acepta la demanda y el público decidirá sobre el interés cinematográfico o, al menos de entretenimiento, que le ofrezca "La reina de España".
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