Crítica: "Madraza", una revelación sorprendente
- por © NOTICINE.com
Por Edurne Sarriegui
El argentino Hernán Aguilar estrena en su país su opera prima "Madraza", un largometraje fuera de lo común. Aguilar toma riesgos y se anima con un policial en el que confluyen la denuncia social, la reivindicación femenina y un humor bastante oscuro. Y no sólo sale airoso de la empresa sino que logra una película redonda y sorprendente.
Además del significado habitual, "madraza" en Argentina tiene otra acepción de uso local. Se les dice así a las mujeres que colaboran en comedores para niños de bajos recursos, aportando además del alimento, cariño y contención para aquellos que carecen de todo.
Ese es el caso de Matilde (Loren Acuña), una mujer de clase media-baja que vive con su marido remisero (conductor de coches de alquiler). No tienen hijos y Matilde, que colabora en un comedor, tiene bajo su protección a Vanina (Sofía Gala), una joven que lidia con una madre drogadicta y ausente.
Un día, su marido es asesinado ante sus ojos durante un robo en la calle. Esa circunstancia la sume en la tristeza y la soledad primero y más tarde, en la miseria. Su marido no le dejó ningún tipo de respaldo económico ni pensión, pues trabajaba en negro.
El mundo parece confabularse contra Matilde: la policía le investiga por el crimen, se entera de que su marido le era infiel, el asesino le amenaza y sus escasos recursos desaparecen. Matilde toca fondo. Y en una extraña pirueta de la vida -y gracias sobre todo a un guión hábilmente construido- Matilde pasa de victima a asesina a sueldo trabajando para alguien a quien no conoce pero que paga escrupulosamente por su trabajo.
Mientras se desempeña en su nueva vida, comienza una relación con un inspector de policía (Gustavo Garzón), situación que nos mantendrá en vilo pues no sabemos hasta dónde llega el policía en sus investigaciones, propiciadas por el comisario a cargo (Osmar Núñez).
Uno de los puntos fuertes de la cinta es su reparto. Tanto Gustavo Garzón como Osmar Núñez de reconocida solvencia ambos, construyen personajes arquetípicos sin caer en la caricatura.
El principal encanto del film es el recorrido de la protagonista, que a pesar de lo descabellado de la propuesta no solo resulta creíble sino que, claramente, nos hace tomar partido por Matilde sin dudar. Loren Acuña -primera vez que una actriz paraguaya protagoniza una película argentina- se desempeña de manera brillante, asumiendo los riesgos de los cambios físicos, exponiendo por igual inseguridades, miedo y sensualidad, dando credibilidad a un personaje difícil que en otras manos seguramente no hubiera resultado tan convincente.
Con destacables escenas de acción, escenas gore que no molestan, un ritmo que no decae y el humor atravesando toda la cinta, Aguilar nos mantiene en vilo e interesados por el destino de Matilde.
"Madraza" es una agradable sorpresa. Es la prueba de que el cine independiente no tiene por qué ser ni tedioso, ni lento, ni para unos pocos. Merece la oportunidad de ser visto y recorrer un largo camino.
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El argentino Hernán Aguilar estrena en su país su opera prima "Madraza", un largometraje fuera de lo común. Aguilar toma riesgos y se anima con un policial en el que confluyen la denuncia social, la reivindicación femenina y un humor bastante oscuro. Y no sólo sale airoso de la empresa sino que logra una película redonda y sorprendente.
Además del significado habitual, "madraza" en Argentina tiene otra acepción de uso local. Se les dice así a las mujeres que colaboran en comedores para niños de bajos recursos, aportando además del alimento, cariño y contención para aquellos que carecen de todo.
Ese es el caso de Matilde (Loren Acuña), una mujer de clase media-baja que vive con su marido remisero (conductor de coches de alquiler). No tienen hijos y Matilde, que colabora en un comedor, tiene bajo su protección a Vanina (Sofía Gala), una joven que lidia con una madre drogadicta y ausente.
Un día, su marido es asesinado ante sus ojos durante un robo en la calle. Esa circunstancia la sume en la tristeza y la soledad primero y más tarde, en la miseria. Su marido no le dejó ningún tipo de respaldo económico ni pensión, pues trabajaba en negro.
El mundo parece confabularse contra Matilde: la policía le investiga por el crimen, se entera de que su marido le era infiel, el asesino le amenaza y sus escasos recursos desaparecen. Matilde toca fondo. Y en una extraña pirueta de la vida -y gracias sobre todo a un guión hábilmente construido- Matilde pasa de victima a asesina a sueldo trabajando para alguien a quien no conoce pero que paga escrupulosamente por su trabajo.
Mientras se desempeña en su nueva vida, comienza una relación con un inspector de policía (Gustavo Garzón), situación que nos mantendrá en vilo pues no sabemos hasta dónde llega el policía en sus investigaciones, propiciadas por el comisario a cargo (Osmar Núñez).
Uno de los puntos fuertes de la cinta es su reparto. Tanto Gustavo Garzón como Osmar Núñez de reconocida solvencia ambos, construyen personajes arquetípicos sin caer en la caricatura.
El principal encanto del film es el recorrido de la protagonista, que a pesar de lo descabellado de la propuesta no solo resulta creíble sino que, claramente, nos hace tomar partido por Matilde sin dudar. Loren Acuña -primera vez que una actriz paraguaya protagoniza una película argentina- se desempeña de manera brillante, asumiendo los riesgos de los cambios físicos, exponiendo por igual inseguridades, miedo y sensualidad, dando credibilidad a un personaje difícil que en otras manos seguramente no hubiera resultado tan convincente.
Con destacables escenas de acción, escenas gore que no molestan, un ritmo que no decae y el humor atravesando toda la cinta, Aguilar nos mantiene en vilo e interesados por el destino de Matilde.
"Madraza" es una agradable sorpresa. Es la prueba de que el cine independiente no tiene por qué ser ni tedioso, ni lento, ni para unos pocos. Merece la oportunidad de ser visto y recorrer un largo camino.
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