A la espera de "Averno", el regreso del director boliviano Marcos Loayza
- por © Mireia Quintana-NOTICINE.com
El cineasta paceño Marcos Loayza, que alcanzó fama internacional años atrás con películas como "Cuestión de fe" y "Escrito en el agua", vuelve a los cines el próximo 11 de enero con "Averno", su séptimo largometraje. A través de su página de Facebook, el director presentó el martes el tráiler de la que será la primera película boliviana que se estrene en 2018.
Ambientada en la ciudad de La Paz, cuenta la historia de un limpiabotas llamado Thupa que debe llegar al averno a buscar a su tío. El joven se adentrará en lo más profundo de la noche paceña, donde se encontrará con pajpakus, lari laris, anchanchos, kusillos y demás personajes míticos bolivianos.
La cinta, según Loayza, se adentra en "ese lugar donde van las almas pecadoras cuando mueren, donde los vivos y muertos se encuentran, un lugar del que no hay nada escrito pero que reside en el imaginario de los habitantes andinos". El director de "Cuestión de fe", una de las películas más premiadas del cine boliviano, vuelve a la pantalla grande, después de cinco años de ausencia, con su séptima película, dando un giro a su carrera y apostando esta vez por la aventura, la fantasía y la oscuridad del submundo paceño.
Escribió el guion de "Averno" en 2007, pero el rodaje de la cinta tuvo lugar años más tarde, entre diciembre de 2015 y enero de 2017. "Tardé como dos años en escribir el guion, más las investigaciones que tuve que realizar en diversas bibliotecas. Después nos tomamos un tiempo para hacer más investigación y entrevistas con diversos intelectuales para enfocar el proyecto y conseguir los socios y coproductores. Después tuvimos la preproducción, pero de golpe todo se catalizó y tuvimos que trabajar a full para cumplir", contaba en una entrevista.
El rodaje se prolongó durante algo más de un año porque, según explica Loayza, "es una película de mucha complejidad en las puestas en escenas, de mucho vestuario, de mucho despliegue de personajes y actores, filmada en locaciones difíciles, de noche y con lluvias. Fue un trabajo muy duro y desgastante, que gracias a la ayuda de mucha gente llegó a buen puerto. Una película que requería actores de mucha presencia oficio y fotogenia".
El cineasta cree que el cine boliviano está "empezando a renacer" gracias a que el público ha vuelto a confiar en las producciones nacionales y a que hay jóvenes que tienen nuevas ideas que mostrar y que darán mucho que hablar en los próximos años. A pesar de ello, dice que dedicarse al séptimo arte en Bolivia es complicado: "Pocas cosas son fáciles en la vida, pocas que valgan la pena, pero no lo es casi en ninguna parte del mundo. Acá es mucho más difícil porque no hay políticas de apoyo ni de fomento, se necesita mucho amor al cine para serlo, pero, por otro lado, la sociedad reconoce el trabajo y lo agradece y te abre otras puertas, eso es una bendición y privilegio. Es un trabajo de largo aliento y perseverancia, de mucha perseverancia".
En "Averno", los espectadores podrán viajar a diferentes dimensiones donde cada uno encontrará un espejo en el que reflejarse. Loayza promete que su obra será "una invitación a caminar por senderos inéditos".
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Ambientada en la ciudad de La Paz, cuenta la historia de un limpiabotas llamado Thupa que debe llegar al averno a buscar a su tío. El joven se adentrará en lo más profundo de la noche paceña, donde se encontrará con pajpakus, lari laris, anchanchos, kusillos y demás personajes míticos bolivianos.
La cinta, según Loayza, se adentra en "ese lugar donde van las almas pecadoras cuando mueren, donde los vivos y muertos se encuentran, un lugar del que no hay nada escrito pero que reside en el imaginario de los habitantes andinos". El director de "Cuestión de fe", una de las películas más premiadas del cine boliviano, vuelve a la pantalla grande, después de cinco años de ausencia, con su séptima película, dando un giro a su carrera y apostando esta vez por la aventura, la fantasía y la oscuridad del submundo paceño.
Escribió el guion de "Averno" en 2007, pero el rodaje de la cinta tuvo lugar años más tarde, entre diciembre de 2015 y enero de 2017. "Tardé como dos años en escribir el guion, más las investigaciones que tuve que realizar en diversas bibliotecas. Después nos tomamos un tiempo para hacer más investigación y entrevistas con diversos intelectuales para enfocar el proyecto y conseguir los socios y coproductores. Después tuvimos la preproducción, pero de golpe todo se catalizó y tuvimos que trabajar a full para cumplir", contaba en una entrevista.
El rodaje se prolongó durante algo más de un año porque, según explica Loayza, "es una película de mucha complejidad en las puestas en escenas, de mucho vestuario, de mucho despliegue de personajes y actores, filmada en locaciones difíciles, de noche y con lluvias. Fue un trabajo muy duro y desgastante, que gracias a la ayuda de mucha gente llegó a buen puerto. Una película que requería actores de mucha presencia oficio y fotogenia".
El cineasta cree que el cine boliviano está "empezando a renacer" gracias a que el público ha vuelto a confiar en las producciones nacionales y a que hay jóvenes que tienen nuevas ideas que mostrar y que darán mucho que hablar en los próximos años. A pesar de ello, dice que dedicarse al séptimo arte en Bolivia es complicado: "Pocas cosas son fáciles en la vida, pocas que valgan la pena, pero no lo es casi en ninguna parte del mundo. Acá es mucho más difícil porque no hay políticas de apoyo ni de fomento, se necesita mucho amor al cine para serlo, pero, por otro lado, la sociedad reconoce el trabajo y lo agradece y te abre otras puertas, eso es una bendición y privilegio. Es un trabajo de largo aliento y perseverancia, de mucha perseverancia".
En "Averno", los espectadores podrán viajar a diferentes dimensiones donde cada uno encontrará un espejo en el que reflejarse. Loayza promete que su obra será "una invitación a caminar por senderos inéditos".
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