Crítica: "Recreo", comedia de corazón amargo
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Por Edurne Sarriegui
Jazmín Stuart, actriz directora y guionista argentina (“Desmadre”, “Pistas para volver a casa”), estrena “Recreo”, su tercer trabajo como realizadora, acompañada en la dirección y la escritura por Hernán Guerschuny. En este nuevo film vuelve a mostrar su gusto por las relaciones humanas con una historia que se presenta como comedia pero esconde el drama existencial de sus protagonistas, profesionales de clase media alta rondando la cuarentena. Una historia coral que pone en evidencia las contradicciones de una sociedad que exige el éxito y perdona la inmadurez.
Tres matrimonios amigos se reúnen en una casa de campo durante un fin de semana. Las obligaciones de la vida diaria les impiden verse tanto como quisieran y están dispuestos a ponerse al día y pasarlo bien.
Los anfitriones, Andrea (Carla Peterson) y Leo (Fernán Mirás), son arquitectos exitosos, asiduos viajeros de ideas progres y tienen un hijo de doce años.
Lupe (Jazmín Stuart) y Mariano (Juan Minujín) acaban de ser padres y viven una profunda crisis profesional y de pareja. Sol (Pilar Gamboa) y Nacho (Martín Slipak) viven desbordados por sus pequeños hijos trillizos.
La reunión será la oportunidad para retomar su amistad pero también pondrá en evidencia las miserias de los personajes y viejas rencillas que permanecen agazapadas dispuestas a avivarse en cualquier momento.
El tono de la cinta, que aparenta en su comienzo ser una comedia liviana, va ganando en dramatismo a medida que avanza logrando algunos momentos de gran intensidad. El grupo actoral se desempeña con soltura en ambos registros y logra credibilidad tanto en momentos hilarantes como en otros que rozan el melodrama.
A pesar de que se excede al presentar muchos clichés –como el machismo, la falta de autovaloración femenina o el descuido de los hijos- la cinta retrata con acierto a un grupo humano que parece destinado a alcanzar el éxito en todo lo que emprende pero sin embargo vive un mundo de apariencias y máscaras que esconde debilidades, insatisfacciones e irresponsabilidades.
“Recreo” no propone soluciones ideales para los problemas que presenta ni dogmatiza sobre las actitudes expuestas. Se limita a entretener e inquietar al espectador que asiste a la vorágine de sucesos y sentimientos de ese fin de semana en el que los amigos pondrán a prueba su amistad y sus parejas.
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Jazmín Stuart, actriz directora y guionista argentina (“Desmadre”, “Pistas para volver a casa”), estrena “Recreo”, su tercer trabajo como realizadora, acompañada en la dirección y la escritura por Hernán Guerschuny. En este nuevo film vuelve a mostrar su gusto por las relaciones humanas con una historia que se presenta como comedia pero esconde el drama existencial de sus protagonistas, profesionales de clase media alta rondando la cuarentena. Una historia coral que pone en evidencia las contradicciones de una sociedad que exige el éxito y perdona la inmadurez.
Tres matrimonios amigos se reúnen en una casa de campo durante un fin de semana. Las obligaciones de la vida diaria les impiden verse tanto como quisieran y están dispuestos a ponerse al día y pasarlo bien.
Los anfitriones, Andrea (Carla Peterson) y Leo (Fernán Mirás), son arquitectos exitosos, asiduos viajeros de ideas progres y tienen un hijo de doce años.
Lupe (Jazmín Stuart) y Mariano (Juan Minujín) acaban de ser padres y viven una profunda crisis profesional y de pareja. Sol (Pilar Gamboa) y Nacho (Martín Slipak) viven desbordados por sus pequeños hijos trillizos.
La reunión será la oportunidad para retomar su amistad pero también pondrá en evidencia las miserias de los personajes y viejas rencillas que permanecen agazapadas dispuestas a avivarse en cualquier momento.
El tono de la cinta, que aparenta en su comienzo ser una comedia liviana, va ganando en dramatismo a medida que avanza logrando algunos momentos de gran intensidad. El grupo actoral se desempeña con soltura en ambos registros y logra credibilidad tanto en momentos hilarantes como en otros que rozan el melodrama.
A pesar de que se excede al presentar muchos clichés –como el machismo, la falta de autovaloración femenina o el descuido de los hijos- la cinta retrata con acierto a un grupo humano que parece destinado a alcanzar el éxito en todo lo que emprende pero sin embargo vive un mundo de apariencias y máscaras que esconde debilidades, insatisfacciones e irresponsabilidades.
“Recreo” no propone soluciones ideales para los problemas que presenta ni dogmatiza sobre las actitudes expuestas. Se limita a entretener e inquietar al espectador que asiste a la vorágine de sucesos y sentimientos de ese fin de semana en el que los amigos pondrán a prueba su amistad y sus parejas.
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