Crítica: "El mejor verano de mi vida", para mayor gloria de Leo Harlem
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Por Julián G. Machado
Dani de la Orden, el joven director español de 28 años vuelve con otra comedia veraniega, "El mejor verano de mi vida". El cineasta, que ya nos trajo entre otras las películas "Barcelona, noche de verano" y "Barcelona, noche de invierno" sin llegar a sobresalir demasiado, esta vez apuesta por un remake de la exitosa cinta italiana 'Sole a Catinelle' (2013) con inspiraciones de la relación padre-hijo de "La vida es bella" (1977).
Esta comedia nos narra la historia de Curro, interpretada por Leo Harlem, un padre que es un desastre y un autentico perdedor, que se dedica a vender como buenamente puede máquinas de cocina, de estas que te ofrecen en la teletienda y prometen que la vida te irá mucho mejor. Como anillo al dedo para el personaje, puesto que es un parlanchín manchego cuyo don está en el palabrerío constante.
Endeudado a más no poder, para colmo, le promete a su hijo (interpretado por Alejandro Serrano, quien tiene el hilo narrativo de la película de cara al espectador) que sacando todo sobresalientes, tendrá el mejor verano de todos. En efecto, el muchacho lo consigue. Es aquí donde se ve Curro en el compromiso de cumplir con su palabra y, sin saberlo, en fortalecer su relación paternal.
El ritmo de la película está claramente marcado por Harlem. Es el motor y la transición entre escenas. Incluso en algunos momentos se excede con una consecución de secuencias que parecen varios tráiler de la propia película uno tras otro.
Daniel Castro ha metido mano en el guión de la película, pero lo que te entra por los ojos es un monólogo largo del propio Harlem, humorista que se ha hecho popular en televisión precisamente como figura de "stand comedy". Sería arriesgado decir que Harlem interpreta a Harlem, pero quien sea seguidor de este tipo de humor vertiginoso se puede dar cuenta de que en efecto, así es.
Desde luego el estilo de comedia es muy sano, para todos los públicos y nada ofensivo. Muy familiar. Se nota que se intenta llegar a una audiencia lo más amplia posible, con el inestimable apoyo de un canal televisivo privado como productor. No es tanto reírse con el chiste de turno, puesto que la película es una constante aparición de gags, sino pasártelo bien con los personajes.
Parte de la película es padre e hijo yendo al destino vacacional, lo que le da un toque de "road movie", donde la interpretación de Alejandro Serrano intenta que que puedas meterte mas en la historia, que no es precisamente lo mas fuerte de la película. Van apareciendo personajes, como los que interpretan Maggie Civantos o Jordi Sánchez, lo que da cierto dinamismo a trompicones, así como la aparición más fugaz de Berto Romero, Silvia Abril, Salva Reina o Gracia Olayo con pequeños papeles a modo de cameo.
Un importante protagonista a lo largo del film es el color, y es que son elegidos muy cuidadosamente para acompañar a las emociones que se quiere transmitir en ciertos momentos. Tanto como en la vestimenta de cada uno de los personajes, siendo un reflejo de sus respectivas personalidades, como en el atrezzo elegido de fondo para dar mas intensidad a la escena.
Por otro lado, la música está igualmente ligada a la esencia de "verano familiar", que le da el toque de comedia simpaticona, haciendo casi imposible que, mínimo, no se te saque de la cabeza el estribillo de "Ni tú ni nadie", de Alaska y Dinarama.
¿Qué es lo diferente? Se nos muestra una familia algo distinta a los típicos cánones tradicionales: Padre endeudado con su trabajo y emocionalmente con su mujer (que busca la reconstrucción de su matrimonio) y con el agua al cuello para no decepcionar, de nuevo, a su hijo.
"El mejor verano de mi vida" es una película que, de no ser por la elección Leo Harlem como protagonista, que es el que da la chispa que hace falta, posiblemente no funcionaría igual.
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Dani de la Orden, el joven director español de 28 años vuelve con otra comedia veraniega, "El mejor verano de mi vida". El cineasta, que ya nos trajo entre otras las películas "Barcelona, noche de verano" y "Barcelona, noche de invierno" sin llegar a sobresalir demasiado, esta vez apuesta por un remake de la exitosa cinta italiana 'Sole a Catinelle' (2013) con inspiraciones de la relación padre-hijo de "La vida es bella" (1977).
Esta comedia nos narra la historia de Curro, interpretada por Leo Harlem, un padre que es un desastre y un autentico perdedor, que se dedica a vender como buenamente puede máquinas de cocina, de estas que te ofrecen en la teletienda y prometen que la vida te irá mucho mejor. Como anillo al dedo para el personaje, puesto que es un parlanchín manchego cuyo don está en el palabrerío constante.
Endeudado a más no poder, para colmo, le promete a su hijo (interpretado por Alejandro Serrano, quien tiene el hilo narrativo de la película de cara al espectador) que sacando todo sobresalientes, tendrá el mejor verano de todos. En efecto, el muchacho lo consigue. Es aquí donde se ve Curro en el compromiso de cumplir con su palabra y, sin saberlo, en fortalecer su relación paternal.
El ritmo de la película está claramente marcado por Harlem. Es el motor y la transición entre escenas. Incluso en algunos momentos se excede con una consecución de secuencias que parecen varios tráiler de la propia película uno tras otro.
Daniel Castro ha metido mano en el guión de la película, pero lo que te entra por los ojos es un monólogo largo del propio Harlem, humorista que se ha hecho popular en televisión precisamente como figura de "stand comedy". Sería arriesgado decir que Harlem interpreta a Harlem, pero quien sea seguidor de este tipo de humor vertiginoso se puede dar cuenta de que en efecto, así es.
Desde luego el estilo de comedia es muy sano, para todos los públicos y nada ofensivo. Muy familiar. Se nota que se intenta llegar a una audiencia lo más amplia posible, con el inestimable apoyo de un canal televisivo privado como productor. No es tanto reírse con el chiste de turno, puesto que la película es una constante aparición de gags, sino pasártelo bien con los personajes.
Parte de la película es padre e hijo yendo al destino vacacional, lo que le da un toque de "road movie", donde la interpretación de Alejandro Serrano intenta que que puedas meterte mas en la historia, que no es precisamente lo mas fuerte de la película. Van apareciendo personajes, como los que interpretan Maggie Civantos o Jordi Sánchez, lo que da cierto dinamismo a trompicones, así como la aparición más fugaz de Berto Romero, Silvia Abril, Salva Reina o Gracia Olayo con pequeños papeles a modo de cameo.
Un importante protagonista a lo largo del film es el color, y es que son elegidos muy cuidadosamente para acompañar a las emociones que se quiere transmitir en ciertos momentos. Tanto como en la vestimenta de cada uno de los personajes, siendo un reflejo de sus respectivas personalidades, como en el atrezzo elegido de fondo para dar mas intensidad a la escena.
Por otro lado, la música está igualmente ligada a la esencia de "verano familiar", que le da el toque de comedia simpaticona, haciendo casi imposible que, mínimo, no se te saque de la cabeza el estribillo de "Ni tú ni nadie", de Alaska y Dinarama.
¿Qué es lo diferente? Se nos muestra una familia algo distinta a los típicos cánones tradicionales: Padre endeudado con su trabajo y emocionalmente con su mujer (que busca la reconstrucción de su matrimonio) y con el agua al cuello para no decepcionar, de nuevo, a su hijo.
"El mejor verano de mi vida" es una película que, de no ser por la elección Leo Harlem como protagonista, que es el que da la chispa que hace falta, posiblemente no funcionaría igual.
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