Crítica: "Guava Island", el arte frente a la industria
- por © NOTICINE.com
Por Covadonga Díaz
El director japonés Hiro Murai ha vuelto a sorprender, y esta vez lo hace llevando a la pantalla de Amazon Prime Video un thriller filmado en Cuba cuya acción se desarrolla en una isla que bautiza bajo el nombre de "Guava Island", un lugar previamente pacífico convertido ahora en la jaula de sus habitantes tras la llegada de una empresa industrial que lo domina todo. Con un elenco protagonizado por el cantante Donald Glover, más conocido como Childish Gambino, y Rihanna, artista reconocida a nivel internacional, la trama sigue a un músico local decidido a organizar un festival para que todos sus habitantes lo disfruten.
Es de destacar que la mayoría de su trabajo previo estaba basado en numerosos vídeos musicales de gran éxito internacional, pues Hiro Murai consigue plasmar esa línea de trabajo a la pantalla, haciendo que la música, los colores y la trama de "Guava Island" conviertan un largometraje de 54 minutos de duración en una perfecta combinación de drama y distensión, logrando el equilibrio del suspense con ligeros toques de humor y notas musicales que, si bien acompañadas de una guitarra, se sirven también de motores, máquinas y ruidos ambientales para su base musical, para el que Cuba y sus gentes se convierten en escenario ideal.
Y es que su director no se equivocó a la hora de escoger a Donald Glover como protagonista, pues con su interpretación deja entrever el múltiple talento que se esconde bajo la piel del artista y sus distintas formas de expresarlo. Es a través de su personaje, el de Deni Maroon, con el que el espectador se desliza sobre la trama, siguiendo sus pasos e identificándose con el grito reivindicativo que refleja su papel, recuperando una forma prácticamente olvidada de contar historias.
No obstante, ocurre lo contrario con el personaje de Rihanna, Kofi, pues su papel queda empequeñecido bajo la sombra de Donald Glover. Y no se debe a una mala actuación por parte de la artista, sino que su intervención en la trama no parece tener una justificación específica más que la de ser la mera narradora de los acontecimientos.
En lo que a la fotografía de la cinta se refiere, planos y colores consiguen reflejar a la perfección la situación del momento: colores vivos y llamativos que logran ocultar la tensión al espectador y que ofrecen paz y relajación, para pasar a momentos de suspense en los que la oscuridad se abre hueco en la pantalla, guiando en todo momento la mirada del espectador. Un hecho que Murai logra también con una elección adecuada de localizaciones, todas ellas cubanas.
Con todo ello, y bajo la mirada de sus personajes y director, "Guava Island" consigue transmitir, a través de la tensión, el drama y la comedia, un carácter crítico y denunciante muy peculiar y personal sobre cómo lo mercantil se antepone frente lo artístico, desarrollando un argumento que, además de original, encuentra importantes giros y referencias en su línea narrativa, condenando el capitalismo frente a la industria del arte.
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El director japonés Hiro Murai ha vuelto a sorprender, y esta vez lo hace llevando a la pantalla de Amazon Prime Video un thriller filmado en Cuba cuya acción se desarrolla en una isla que bautiza bajo el nombre de "Guava Island", un lugar previamente pacífico convertido ahora en la jaula de sus habitantes tras la llegada de una empresa industrial que lo domina todo. Con un elenco protagonizado por el cantante Donald Glover, más conocido como Childish Gambino, y Rihanna, artista reconocida a nivel internacional, la trama sigue a un músico local decidido a organizar un festival para que todos sus habitantes lo disfruten.
Es de destacar que la mayoría de su trabajo previo estaba basado en numerosos vídeos musicales de gran éxito internacional, pues Hiro Murai consigue plasmar esa línea de trabajo a la pantalla, haciendo que la música, los colores y la trama de "Guava Island" conviertan un largometraje de 54 minutos de duración en una perfecta combinación de drama y distensión, logrando el equilibrio del suspense con ligeros toques de humor y notas musicales que, si bien acompañadas de una guitarra, se sirven también de motores, máquinas y ruidos ambientales para su base musical, para el que Cuba y sus gentes se convierten en escenario ideal.
Y es que su director no se equivocó a la hora de escoger a Donald Glover como protagonista, pues con su interpretación deja entrever el múltiple talento que se esconde bajo la piel del artista y sus distintas formas de expresarlo. Es a través de su personaje, el de Deni Maroon, con el que el espectador se desliza sobre la trama, siguiendo sus pasos e identificándose con el grito reivindicativo que refleja su papel, recuperando una forma prácticamente olvidada de contar historias.
No obstante, ocurre lo contrario con el personaje de Rihanna, Kofi, pues su papel queda empequeñecido bajo la sombra de Donald Glover. Y no se debe a una mala actuación por parte de la artista, sino que su intervención en la trama no parece tener una justificación específica más que la de ser la mera narradora de los acontecimientos.
En lo que a la fotografía de la cinta se refiere, planos y colores consiguen reflejar a la perfección la situación del momento: colores vivos y llamativos que logran ocultar la tensión al espectador y que ofrecen paz y relajación, para pasar a momentos de suspense en los que la oscuridad se abre hueco en la pantalla, guiando en todo momento la mirada del espectador. Un hecho que Murai logra también con una elección adecuada de localizaciones, todas ellas cubanas.
Con todo ello, y bajo la mirada de sus personajes y director, "Guava Island" consigue transmitir, a través de la tensión, el drama y la comedia, un carácter crítico y denunciante muy peculiar y personal sobre cómo lo mercantil se antepone frente lo artístico, desarrollando un argumento que, además de original, encuentra importantes giros y referencias en su línea narrativa, condenando el capitalismo frente a la industria del arte.
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