Crítica: "El sonido de los tulipanes", flores de poco olor
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Por Edurne Sarriegui
El argentino Alberto Masliah estrena esta semana su largometraje "El sonido de los tulipanes" (2019), un policial un tanto enrevesado que coescribe el realizador junto a Hernán Alvarenga y que nos deja con las ganas de un misterio impactante o por lo menos de un conflicto sólido.
En su comienzo, una escena de un crimen en medio de un basural nos hace pensar que ese será el meollo de cuestión. Pero no. Es la excusa para presentarnos al protagonista, el periodista Marcelo Di Marco (Pablo Rago), destacado al lugar por el periódico para el que trabaja en busca de la noticia sensacionalista. El escenario dará lugar a la reflexión de Di Marco sobre la muerte de su padre, el vínculo conflictivo que los unía y sus experiencias tratando de encontrar culpables y motivos para el misterioso deceso de su progenitor (Roberto Carnaghi).
Este largometraje cuenta con un elenco extenso en el que, además de los nombrados, se encuentran Calu Rivero, Gerardo Romano, Gustavo Garzón e Iván Masliah, entre otros. Dice la sinopsis del film que los hechos transcurren durante los conflictos sociales que tuvieron lugar en Argentina en el año 2001. Pero salvo por algún artículo electrónico que se ve un tanto demodé, no vemos ninguna otra referencia a la época convulsa en la que se supone transcurre la cinta.
La trama argumental incluye varias subtramas y diversos personajes, sin profundizar demasiado en ninguno de ellos. Se entrecruzan la política con el respaldo de negocios sucios, hampones revolucionarios, estafadores profesionales y falsificadores de arte internacionales. Algún policía que plantea intrigas pero no las resuelve, las dudas existenciales del protagonista envuelto en difíciles relaciones tanto con su padre como con su hijo, por no mencionar sus desventuras con las mujeres y su insatisfacción con su trabajo. Muchas citas literarias, un juego de mesa extraño y una puesta en escena del crimen de su padre travestido que reproduce el cuadro "La muerte de Marat" (un líder de la revolución francesa). Demasiadas cosas para digerir e interpretar.
La cinta se queda en la superficialidad de nombrar muchos conflictos sin desarrollarlos. La búsqueda del protagonista comprometido siempre con la verdad, no alcanza para interesar ni provoca la inquietud del desenlace.
"El silencio de los tulipanes" resulta un policial deslucido al que no le alcanza el sinnúmero de elementos presentados para hacerlo interesante o, por lo menos, ameno.
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El argentino Alberto Masliah estrena esta semana su largometraje "El sonido de los tulipanes" (2019), un policial un tanto enrevesado que coescribe el realizador junto a Hernán Alvarenga y que nos deja con las ganas de un misterio impactante o por lo menos de un conflicto sólido.
En su comienzo, una escena de un crimen en medio de un basural nos hace pensar que ese será el meollo de cuestión. Pero no. Es la excusa para presentarnos al protagonista, el periodista Marcelo Di Marco (Pablo Rago), destacado al lugar por el periódico para el que trabaja en busca de la noticia sensacionalista. El escenario dará lugar a la reflexión de Di Marco sobre la muerte de su padre, el vínculo conflictivo que los unía y sus experiencias tratando de encontrar culpables y motivos para el misterioso deceso de su progenitor (Roberto Carnaghi).
Este largometraje cuenta con un elenco extenso en el que, además de los nombrados, se encuentran Calu Rivero, Gerardo Romano, Gustavo Garzón e Iván Masliah, entre otros. Dice la sinopsis del film que los hechos transcurren durante los conflictos sociales que tuvieron lugar en Argentina en el año 2001. Pero salvo por algún artículo electrónico que se ve un tanto demodé, no vemos ninguna otra referencia a la época convulsa en la que se supone transcurre la cinta.
La trama argumental incluye varias subtramas y diversos personajes, sin profundizar demasiado en ninguno de ellos. Se entrecruzan la política con el respaldo de negocios sucios, hampones revolucionarios, estafadores profesionales y falsificadores de arte internacionales. Algún policía que plantea intrigas pero no las resuelve, las dudas existenciales del protagonista envuelto en difíciles relaciones tanto con su padre como con su hijo, por no mencionar sus desventuras con las mujeres y su insatisfacción con su trabajo. Muchas citas literarias, un juego de mesa extraño y una puesta en escena del crimen de su padre travestido que reproduce el cuadro "La muerte de Marat" (un líder de la revolución francesa). Demasiadas cosas para digerir e interpretar.
La cinta se queda en la superficialidad de nombrar muchos conflictos sin desarrollarlos. La búsqueda del protagonista comprometido siempre con la verdad, no alcanza para interesar ni provoca la inquietud del desenlace.
"El silencio de los tulipanes" resulta un policial deslucido al que no le alcanza el sinnúmero de elementos presentados para hacerlo interesante o, por lo menos, ameno.
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