Crítica: "Astrogauchos", desgracia con escasa gracia
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Por Edurne Sarriegui
Matías Szulansky estrena en Argentina, su país natal, "Astrogauchos", su último largometraje. El director y guionista opta por el absurdo más profundo y traslada la acción a los años previos a la llegada del hombre a la Luna, colocando a la Argentina como posible potencia mundial en vuelos espaciales.
El doctor Emilio Castillo (Ezequiel Tronconi) es un joven científico que asegura que su proyecto para colocar un satélite en órbita alrededor de la Tierra fue robado por la Unión Soviética, que así consiguió lanzar con éxito el Sputnik 1. No solo eso. También asegura que Estados Unidos trata de robarle su proyecto para llevar un hombre a la Luna.
Dividido en tres capítulos y un epílogo, el guion sigue las desventuras del desdichado de Castillo que ve cómo se truncan sus sueños de situar a su país como potencia tecnológica debido a la ineficacia estatal, a la enorme burocracia y a oscuros manejos políticos.
Además de los contratiempos laborales que debe enfrentar el protagonista, su vida familiar se hunde cuando su esposa se va con su mejor amigo y además se apropian de sus bienes.
No solo las situaciones son absurdas. También los personajes, su comportamiento y sus reacciones lo son.
El protagonista, sufre todos los desplantes, ofensas y robos sin mostrar reacción a ellos (salvo en una única ocasión). Esa misma falta de matices se da en el resto de los personajes.
Es destacable la estética pop de toda la cinta, que presenta un cuidado trabajo de ambientación y caracterización, sobre todo de los múltiples personajes femeninos.
Ese estilo sesentero, sumado a la rigidez de los personajes, ciertos encuadres de la cámara y la repetición de muchas acciones, dan al espectador la sensación de estar ante un cómic.
"Astrogauchos", a pesar de sus intentos, no logra alcanzar el tono de comedia descabellada que pretende. Su planteamiento disparatado y sin matices queda reservado para cultores del cine extravagante.
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Matías Szulansky estrena en Argentina, su país natal, "Astrogauchos", su último largometraje. El director y guionista opta por el absurdo más profundo y traslada la acción a los años previos a la llegada del hombre a la Luna, colocando a la Argentina como posible potencia mundial en vuelos espaciales.
El doctor Emilio Castillo (Ezequiel Tronconi) es un joven científico que asegura que su proyecto para colocar un satélite en órbita alrededor de la Tierra fue robado por la Unión Soviética, que así consiguió lanzar con éxito el Sputnik 1. No solo eso. También asegura que Estados Unidos trata de robarle su proyecto para llevar un hombre a la Luna.
Dividido en tres capítulos y un epílogo, el guion sigue las desventuras del desdichado de Castillo que ve cómo se truncan sus sueños de situar a su país como potencia tecnológica debido a la ineficacia estatal, a la enorme burocracia y a oscuros manejos políticos.
Además de los contratiempos laborales que debe enfrentar el protagonista, su vida familiar se hunde cuando su esposa se va con su mejor amigo y además se apropian de sus bienes.
No solo las situaciones son absurdas. También los personajes, su comportamiento y sus reacciones lo son.
El protagonista, sufre todos los desplantes, ofensas y robos sin mostrar reacción a ellos (salvo en una única ocasión). Esa misma falta de matices se da en el resto de los personajes.
Es destacable la estética pop de toda la cinta, que presenta un cuidado trabajo de ambientación y caracterización, sobre todo de los múltiples personajes femeninos.
Ese estilo sesentero, sumado a la rigidez de los personajes, ciertos encuadres de la cámara y la repetición de muchas acciones, dan al espectador la sensación de estar ante un cómic.
"Astrogauchos", a pesar de sus intentos, no logra alcanzar el tono de comedia descabellada que pretende. Su planteamiento disparatado y sin matices queda reservado para cultores del cine extravagante.
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